Autor del informe
Dora Felipoff
Hospital Córdoba, Córdoba, Argentina
El trabajo es un consenso entre varios especialistas, muy interesante. El propósito de este artículo es ofrecer una orientación sobre las etapas que deben ser cumplidas antes de decidir comenzar una terapia sistémica y como indicar la más apropiada para cada paciente en particular, teniendo en cuenta si el paciente presenta otras morbilidades, la edad y sus preferencias, posibilidades de embarazo, implicancias financieras, experiencias previas.
La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria crónica caracterizada por brotes y remisiones que suele durar varios meses o años, comprometiendo frecuentemente la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
Habría una disminución del factor humectante natural, de los ácidos grasos y ceramidas, alteración en el pH, disminución de los péptidos antimicrobianos y aumento de
la permeabilidad a los antígenos exógenos. Todas estas alteraciones conducen a la sintomatología característica de esta patología.
Es importante recordar que tanto los alimentos, como la inhalación de aeroalérgenos tienen un papel patogénico en ciertos enfermos con dermatitis atópica.
El tratamiento de la DA es un verdadero desafío, ya que afecta seriamente la calidad de vida de los pacientes y sus familias. Es importante transmitir al paciente como a su entorno familiar que el objetivo del tratamiento no es la curación, sino el control de los signos y síntomas hasta que la enfermedad remita.
Un aspecto muy importante del tratamiento es la prevención de la aparición de los brotes o que estos sean menos graves. El cuidado de la piel debe ser el primer objetivo, esto se logra con baños cortos y cuidadosos, temperatura del agua entre 27° y 30°, se puede agregar hipoclorito sódico al agua de baño ya que inhibe el crecimiento bacteriano, así como también son útiles las sales de baño, la hidratación de la piel posterior el baño, cuando la piel está todavía húmeda, es más efectiva. La hidratación de la piel debe ser frecuente.
Hay irritantes inespecíficos que inciden en la presentación de los brotes, como son los irritantes mecánicos, químicos y bacterianos. La información sobre el papel que cumplen estos factores en el agravamiento de la DA es un prerrequisito crucial para el manejo a largo plazo de la patología.
Otro pilar importante son los antiinflamatorios tópicos. Que sean efectivos depende de que tengan potencia suficiente, de que la dosis sea suficiente y de su aplicación correcta. El tratamiento tópico debe ser aplicado sobre una piel hidratada.
Cuando la dermatitis atópica no responde adecuadamente a los tratamientos tópicos, es grave en cuanto a extensión de las lesiones o alteración de la calidad de vida de los pacientes surge el dilema del uso o no de la medicación sistémica.
Este artículo nos presenta un algoritmo sumamente práctico donde se evalúa el grado de gravedad, si el paciente ha recibido una adecuada información, si existen otras alternativas diagnósticas, si se ha realizado en forma adecuada la terapia tópica, si se ha considerado la fototerapia como una terapia alternativa en algunos pacientes.
Además de destacar que lo principal antes de comenzar una terapia sistémica es evaluar si fue óptimo el tratamiento local, si se logró la adhesión del paciente y su familia, si hubo factores que exacerbaran la sintomatología, si es un diagnóstico correcto, y si se decide comenzar una terapia sistémica se debe realizar una exacta evaluación del riego/beneficio para cada paciente en particular, nos ofrece una tabla con las diferentes alternativas de tratamiento sistémico especificando dosis, efectos adversos, monitoreo requerido, eficacia y si han sido aprobados para la dermatitis atópica.
Una gran ayuda al momento de tomar decisiones en el tratamiento de estos pacientes que presentan una patología crónica que les afecta sobre todo su calidad de vida.
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