La insuficiencia cardíaca descompensada aguda (ICDA) constituye una de las principales causas de hospitalización cardiovascular, con elevadas tasas de mortalidad y rehospitalización a corto plazo, además de un impacto económico y social considerable.
En los últimos años, diversos registros han permitido identificar determinantes pronósticos más allá de lo demográfico: fragilidad, sarcopenia, polifarmacia no cardiovascular, anemia y desnutrición.
Así, el registro CURE-HF documentó la relevancia de la hiperpolifarmacia y de la presencia de demencia como predictores de mal pronóstico,
mientras que el estudio AURORA puso en evidencia las diferencias entre octogenarios y no-octogenarios con ICDA.
Asimismo, el WET-HF identificó a las mujeres con fracción de eyección supranormal o levemente reducida como un subgrupo vulnerable,
implementación de terapias guiadas por guías.2
Otros estudios han ampliado la perspectiva. El trabajo publicado en Emergency Medicine International (2023) mostró que la duración de la estancia hospitalaria es un determinante pronóstico independiente, mientras que un análisis en ESC Heart Failure (2023) diferenció los perfiles clínicos y evolutivos de pacientes con shock cardiogénico por ICDA versus infarto agudo de miocardio (IAM). Por su parte, el CURE-HF Registry validó la utilidad del score HELT-E2 S2 en la estratificación pronóstica, y otros estudios recientes han señalado el papel del índice nutricional geriátrico (GNRI), de la hemoglobina y de biomarcadores inflamatorios sistémicos como predictores de evolución adversa.11-13
En este marco, resulta interesante el resumen objetivo del trabajo “Insuficiencia Cardiaca Descompensada”, ya que menciona cómo el registro ICARUS (Institutional a Cute Secompens Ated HeaRt FailUre RegiStry) ofrece un aporte original desde Latinoamérica al describir los primeros 1.595 casos de ICDA atendidos en un centro de alta complejidad.5
Entre los hallazgos de ICARUS se destacan una mortalidad intrahospitalaria del 4.3%, una rehospitalización a 30 días del 8.7 % y una mejora significativa en calidad de vida. Además, más del 70% de los pacientes recibieron terapia cuádruple al alta.5 En comparación, el registro EVOLUTION HF reportó una mortalidad cercana al 28% al año, pese a la disponibilidad de terapias recomendadas.1 En Asia, el estudio nacional publicado en JACC Asia (2025) mostró infrautilización de los inhibidores del receptor de angiotensina-neprilisina (ARNI) y los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2), aun cuando el uso de betabloqueantes y antagonistas de mineralocorticoides fue elevado.4 Estos contrastes sugieren que los desenlaces favorables observados en ICARUS podrían estar influidos tanto por características poblacionales como por el hecho de tratarse de un centro de referencia y/o por la administración al alta de los pacientes con la cuádruple terapia.
A diferencia de registros como CURE-HF o AURORA, ICARUS no exploró variables pronósticas como fragilidad, deterioro cognitivo o sarcopenia.7–10 Tampoco incluyó biomarcadores emergentes como GNRI, hemoglobina o índices de inflamación sistémica,11–13 ni evaluó la utilidad de scores de gravedad como SOFA (Ann Med Surg 2025). Esto limita su capacidad para identificar subgrupos de alto riesgo y restringe el potencial para generar herramientas de predicción aplicables en la práctica clínica.
En suma, mientras ICARUS representa un avance para comprender la ICDA en Latinoamérica y evidencia buenas prácticas con alta implementación del tratamiento médico óptimo de acuerdo a las guías, sus resultados deben ser interpretados con cautela en comparación con registros multicéntricos internacionales, que incorporan mayor diversidad de variables clínicas, biomarcadores y herramientas de estratificación de riesgo.
Limitaciones y controversia metodológica
El carácter monocéntrico del estudio ICARUS y el seguimiento limitado a 30 días restringen la generalización y la posibilidad de evaluar desenlaces sostenidos. Además, no se realizaron análisis multivariables que permitieran ajustar por factores de confusión.5
Lo más relevante es la controversia metodológica, los autores plantearon objetivos descriptivos (caracterizar pacientes, prácticas y desenlaces), pero concluyen que la terapia guiada por guías redujo mortalidad y rehospitalización.5 Tal inferencia causal excede el alcance de un diseño observacional y debe interpretarse con cautela, como subrayan también otras experiencias contemporáneas. 1,4
Por lo tanto, ICARUS debe considerarse un punto de partida para visibilizar la realidad regional y una base sólida para futuros estudios multicéntricos, con seguimiento prolongado y análisis multivariables, que permitan confirmar y ampliar estas observaciones.
Copyright © SIIC, 2025
Referencias bibliográficas
1 Bozkurt B, Savarese G, Adamsson Eryd S, et al. EVOLUTION HF. JACC Heart Fail 11(10):1320-1332, 2023.
2 Hamada K, Ueda T, Hayashi T, et al. Kochi Registry. ESC Heart Fail 10(2):1050-1060, 2023.
3 Stämpfli SF, Scherrenberg M, Seiler T, et al. Swiss Cohort Study. Eur J Prev Cardiol 30(12):1464-1473, 2023.
4 Lee S, Kim J, Park J, et al. Nationwide GDMT practice. JACC Asia 5(1):34-47, 2025.
5 Rojas LZ, Gómez-Ochoa SA, Rodríguez JA, et al. ICARUS registry. Arch Cardiol Mex 95(1):42-48, 2025.
6. Kawai A, Shiraishi Y, Kohsaka S, et al. WET-HF. Int J Cardiol 409:132166, 2024.
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8 Nishino M, Egami Y, Kawanami S, et al. AURORA study. Circ J. 88(1):103-109, 2023.
9 Kanai M, Egami Y, Kawanami S, et al. Hyperpolypharmacy in ADHF. Circ J. 88(1):33-42, 2024.
10 Machida K, Egami Y, Kawanami S, et al. Dementia in ADHF (CURE-HF). Circ J. 88(1):93-102, 2023.
11 Ono M, Mizuno A, Kohsaka S, et al. GNRI in ADHF. J Clin Med. 12(5):1891, 2023.
12 Omoomi S, Heidarpour M, Shafie D, et al. Hemoglobin and ADHF. BMC Cardiovasc Disord. 23:491, 2023.
13 Zhou Y, Li P, Wu F, et al. Inflammation biomarker in ADHF. Front Endocrinol 12:1627821, 2025.