Autor del informe
Rolando Espinoza Cárdenas
Universidad Católica de Cuenca, Cuenca, Ecuador
Las enfermedades dermatológicas crónicas como acné, vitíligo y psoriasis tienen una gran repercusión en la calidad de vida de los pacientes, así como en sus interrelaciones personales. Se ha visto que su aparición en edades tempranas, particularmente el acné, cuyos portadores son en su mayoría adolescentes, conlleva a la estigmatización y baja autoestima y a un aumento de la incidencia de
bullying entre sus compañeros de estudios
. Quienes presentan este tipo de enfermedades muchas veces tratan de evitar situaciones en las que podrían verse expuestas sus lesiones, como la natación, por ejemplo.
Otro punto importante a tratar es la falta de información de los pacientes y familiares acerca de la fisiopatogenia de estas patologías, lo que los lleva a recurrir a tratamientos engañosos y
falsas promesas de cura que pueden llegar a afectar su desarrollo interpersonal, como el matrimonio y su descendencia. Incluso hay quienes llegan a pensar que estas enfermedades son de carácter contagioso, y también afectan mucho su autoestima, esto último es particularmente más frecuente en las mujeres que padecen vitíligo.
Finalmente, la psoriasis que conlleva a sus portadores a un incremento de la frecuencia de consumo de alcohol y tabaco y a la disminución de la activad física y, consecuentemente, a un mayor grado de recidiva de la enfermedad. La poca comprensión de la causa de su patología por parte de familiares y demás allegados hace que estos pacientes eviten lugares públicos y círculos sociales, llevándolos a un mayor grado de depresión, lo cual es muy perjudicial para un adecuado manejo de esta enfermedad.
El acné, el vitíligo y la psoriasis no son las únicas enfermedades dermatológicas que pueden tener repercusión en la calidad de vida de nuestros pacientes; el factor emocional (estrés) es uno de sus detonantes, por lo que el manejo terapéutico debería ser interdisciplinario, no solo por dermatólogos sino incluir psicólogos, en favor de nuestros pacientes para mejorar su salud, no solo física sino también emocional, y de esta forma optimizar el tratamiento y evitar en lo posible las recidivas.
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