Programa Actualización Científica sin Exclusiones (ACisE)

Informes comentados

dispuestos por fecha de ingreso a SIIC

Informe
Autor del informe original
Israel Grilo-Bensusan
Columnista Experto de SIIC
Institución:
Écija España

Utilidad de la gammagrafía con macroagregados de albúmina en el síndrome hepatopulmonar
La gammagrafía con macroagregados de albúmina tiene baja sensibilidad para el diagnóstico del síndrome hepatopulmonar. Puede ser útil en caso de enfermedad pulmonar concomitante. Sus valores no se correlacionan con la mortalidad en los casos leves o moderados y se normalizan tempranamente luego del trasplante hepático.

Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
https://www.siicsalud.com/des/crosiiccompleto.php/155937

Comentario
Autor del informe
 


Susana Pignataro
Jefe Unidad Consultorios Externos, Hospital General de Agudos José M. Penna, Gastroenterología, Buenos Aires, Argentina



El síndrome hepatopulmonar (SHP) es una complicación grave de la enfermedad hepática, la cual se caracteriza por la presencia de vasodilatación intrapulmonar e hipoxemia progresiva, el trasplante de hígado es el único tratamiento efectivo.
Comúnmente, este síndrome se presenta en pacientes con hipertensión portal, cirrosis hepática; sin embargo, puede aparecer en enfermos con hepatitis viral aguda y crónica, hepatitis hipoxemia, síndrome de Bud.Chiari y shunt cava-pulmonar. La prevalencia del SHP es muy variable, debido a la diversidad de los criterios utilizados para establecer el diagnóstico. Se describe una prevalencia de SHP en pacientes con cirrosis hepática que varía entre 5% y 17%. Los diferentes estudios han comunicado una prevalencia del SHP de entre 4% a 48% en los pacientes en lista de espera para
trasplante hepático.
La clasificación se basa en la Task Force 2004 del Comité Científico de los Trastornos Vasculares Pulmonares Hepáticos (PHD), el que tiene en cuenta la gravedad del cuadro según el grado de hipoxemia en leve, moderada a grave, y muy grave. Las pruebas fundamentales para el diagnóstico del SHP son la gasometría arterial y la ecocardiografía con burbujas. Con un objetivo similar a estas pruebas se puede realizar una gammagrafía de perfusión pulmonar con macroagregados de albúmina marcada con una sustancia radiactiva. Pueden usarse otras pruebas diagnósticas complementarias como TAC de tórax, arteriografía pulmonar o espirometría, las cuales se indican con el objetivo de descartar otras enfermedades pulmonares crónicas. La gammagrafía pulmonar con macroagregados de albúmina, si bien es una prueba diagnóstica menos sensible que el ecocardiograma contrastado, es más específica para el diagnóstico del síndrome hepatopulmonar y es de utilidad para cuantificar el grado de vasodilatación pulmonar, hacer un seguimiento y ver la evolución del SHP. De acuerdo con las publicaciones científicas, la utilidad diagnóstica de la gammagrafía de perfusión pulmonar con macroagregados de albúmina es un estudio específico para el diagnóstico de hipertensión pulmonar de grado severo a muy severo, es decir que su sensibilidad aumenta con la gravedad del cuadro. La sensibilidad global del método varía alrededor del 19%, aumentando al 96% en pacientes con SHP grave.
Estos hallazgos concuerdan con la publicación de Grilo Israel y colaboradores. Se trata de un trabajo que aporta una casuística importante, incluye 316 pacientes con SHP. Es un estudio prospectivo en el que analizaron la sensibilidad y especificad del método de gammagrafía pulmonar con macroagregados de albúmina. El trabajo informa que la sensibilidad global del método es del 18.9% en pacientes con SHP, con una especificidad del 100%, con un valor predictivo negativo del 15% y un valor predictivo positivo del 100%. Cuanto más grave es la enfermedad el método se hace más sensible.
En pacientes con SHP de grado leve a moderado la sensibilidad fue del 14.7%, mientras que en aquellos con SHP grave a muy grave su sensibilidad alcanzó el 66.7%.
Ese estudio demostró que la gammagrafía pulmonar con macroagregados de albúmina es un método diagnóstico con baja sensibilidad en el SHP, en comparación con la ecocardiografía transtorácica contrastada, sin embargo, su sensibilidad aumenta con la gavedad del cuadro, por ende, este método diagnóstico es específico para el SHP de grave y candidatos a trasplante hepático. Estos hallazgos concuerdan con los estudios publicados sobre este tema.
Copyright © SIIC, 2018

Especialidades
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Informe
Autor del informe original
JK Limdi
Institución: The Pennine Acute Hospitals NHS Trust,
Manchester Reino Unido

Percepción sobre la Influencia de la Dieta en los Pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal
Los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal mostraron interés en las modificaciones alimentarias, porque le atribuyen a la dieta un papel en la enfermedad, especialmente en el desencadenamiento de las recaídas.

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/149777

Comentario
Autor del informe
 


Beatríz Benítez Rodríguez
Hospital Universitario Virgen Macarena, Sevilla, España



La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una enfermedad crónica de etiología multifactorial en pacientes genéticamente predispuestos, donde diversos factores ambientales influyen tanto en su aparición y posterior curso evolutivo, algo muy evidenciado en los países occidentales donde existe una alta incidencia de EII. Entre estos factores se encuentra la dieta, que se relaciona con el patrón de enfermedad así como con el riesgo de desarrollar un brote. En la dieta no sólo importa el alimento en sí, sino los aditivos alimenticios (colorantes, emulsionantes, dióxido de titanio) y otros adyuvantes alimenticios (maltodextrinas) por su efecto negativo en la barrera mucosa intestinal (que aumenta la permeabilidad de la misma a las bacterias y permite un mayor contacto bacteria-célula del epitelio intestinal), así como su
efecto indirecto sobre la microbiota, ya que la dieta no sólo nos nutre a nosotros, sino a nuestra flora intestinal.
La dieta ejerce un importante papel en todas las etapas de la enfermedad así como en su recuperación, pero son necesarios más estudios y a más largo plazo para lograr conocer mejor la interacción de la dieta con la barrera intestinal (entendiendo a aquella como el conjunto de barrera mucosa, células epiteliales y microbiota) ya que, como se comenta en este artículo, los pacientes intuyen estos efectos y eliminan determinados alimentos de su dieta, pero son necesarios conocimientos más profundos sobre los patrones alimenticios saludables y sus efectos terapéuticos, más que la mera eliminación de determinados alimentos. En este comentario intentaré desglosar la evidencia que existe hasta ahora al respecto y establecer algún patrón alimenticio saludable para el paciente con EII.
La frase “somos lo que comemos” tiene gran implicación en la EII. Hay determinados factores dietéticos que, resultado de su interacción con la microbiota, llevan a tener una microbiota saludable frente a otras no saludables, además de otros efectos sobre la inflamación a nivel intestinal, entre estos factores destacan: La vitamina D: es un importante regulador del sistema inmune y sus niveles normalizados permite restablecer la disbiosis. Su déficit (observada en el 82% de los pacientes con EII) se relaciona con mayor riesgo de complicaciones (cirugía y hospitalizaciones). Pero aún no existe suficiente evidencia de cómo influye en la EII, siendo importante también conocer los peligros que puede suponer una hipervitaminosis D (ejemplo, en el metabolismo del calcio).
Los ácidos grasos insaturados monoinsaturados (oleico) y poliinsaturados (n-6 y n-3): tienen efectos positivos en la EII los monoinsaturados y los polinsaturados n-3 (son precursores de eicosanoides antiinflamatorios), sin embargo los poliinsaturados n-6 se relacionan con moléculas proinflamatorias. El zinc: juega un papel crucial en la reparación celular, permeabilidad, proliferación celular y la inmunidad (tanto innata como adquirida). El selenio: se relaciona con las selenoproteínas, sobre todo con la glutation peroxidasa (enzima esencial para proteger las mucosa del daño oxidativo en respuesta a la inflamación).
El ácido butírico: son ácidos grasos de cadena corta, fruto de la fermentación en la luz intestinal de la fibra soluble y algunos almidones resistentes, que tienen efectos antiinflamatorios. Aún falta evidencia científica al respecto, pero ya se conoce que el psylium, la celulosa y la peptina son fibras con efecto saludable en la colitis frente al efecto nocivo de la metilcelulosa. Los azúcares añadidos asociados a una baja ingesta de fibra: favorecen el riesgo de desarrollar la enfermedad en personas genéticamente predispuestas (de ahí su mayor incidencia en países desarrollados).
Los ácidos grasos saturados: favorecen la inflamación crónica, la disfunción de la barrera inmune mediante la alteración de la microbiota. Los emulsificantes (Carboximentilcelulosa y polisorbato-80): disminuyen la biodiversidad de la microbiota intestinal y favorecen la translocación bacteriana. Los fitoquímicos de origen vegetal (polifenoles del aceite de oliva, frutas y verduras, curcumina): ejercen un efecto positivo en los procesos de inflamación y peroxidación involucrados en la patogenia de la EII. El té verde y la equinácea: parecen tener efecto positivo sobre la función del sistema inmune.
De todos estos nutrientes son necesarios estudios como hemos dicho, pero en resumen, se conoce que dietas ricas en azúcares y carnes procesadas aumentan la prevalencia de la EII frente a que una dieta mediterránea, con mayor consumo de verduras, frutas, aceite de oliva virgen, pescado, frutos secos y con una relación n-3&n-6 adecuada, ejerce un efecto protector y disminuye el riesgo de desarrollo de la enfermedad.
Una vez que la enfermedad ya ha aparecido, en las guías actuales, en caso de brote, se le suele aconsejar al paciente comer menos cantidad más veces al día, evitar consumo excesivo de grasas y azúcares, refinados así como tóxicos tipo alcohol, tabaco, cafeína, bebidas gaseosas, además de intentar una hidratación adecuada y tomar, si es preciso, suplementos vitamínicos y minerales. Pero estas recomendaciones se quedan cortas con el verdadero objetivo de una dieta que sirva como parte del tratamiento.
Se han estudiado algunas dietas específicas, destacando:
Dieta mediterránea y dieta semivegetariana: rica en alimentos de origen vegetal con alto contenido en fibra y con efecto antiinflamatorio, que sí parece tener efecto positivo en el tratamiento de la enfermedad.
Dieta baja en FODMAP (oligosacáridos fermentables, disacáridos, monosacáridos, polioles): mejora los síntomas, pero no influye en el estado proinflamatorio, y tiene efectos negativos, como son riesgo de desnutrición, disbiosis, disminución en la producción de butirato y aumento de especies en la microbiota que degradan el moco.
Dieta con hidratos de carbono específicos: recomendando alimentos ricos en monosacáridos (frutas y miel), frutos secos, proteínas y grasas.
Dieta sin gluten: sólo actúa en los síntomas (basado en el posible efecto negativo de la gliadina sobre la integridad de la mucosa intestinal, pero esto es algo aún pendiente de demostrar, por lo que no sería aconsejable hasta tener suficiente evidencia).
Dieta antiinflamatoria: se basa en reducir el consumo de hidratos de carbono, de grasa saturada y trans y aumentar el consumo de grasas ricas en omega Dieta con alto contenido en fibra (sobre todo con fibra soluble de la fruta): ejerce su beneficio por la producción de butirato (fruto de la fermentación de la fibra a nivel intestinal), que favorece la flora bacteriana positiva, tiene efecto antiinflamatorio, mejora la barrera intestinal y permite mantener un adecuado flujo de líquidos y electrolitos. Dieta baja en residuos: reservada sólo en pacientes intervenidos o con estenosis intestinal.

A modo de resumen, se necesitan más estudios como hemos mencionado, enfocados en individualizar las necesidades nutricionales de cada individuo en función de sus características genéticas, epigenéticas y su propia microbiota intestinal.

Copyright © SIIC, 2019

Palabras Clave
enfermedad inflamatoria intestinal, dieta, creencias acerca de los alimentos, prácticas alimentarias
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
Carmen Gómez Lavín
Columnista Experto de SIIC
Institución:
España

Precedentes del aborto provocado en mujeres con síndrome posaborto
La psicopatología previa, los problemas de la vida, los motivos para recurrir al aborto y la actitud de presión de la pareja se confirman como posibles factores mediadores de la decisión de abortar y también, por lo tanto, como objetivos claves de la intervención preventiva del aborto provocado y sus secuelas psicopatológicas.

Resumen
Introducción: El objetivo del presente trabajo es estudiar las circunstancias y los motivos que preceden al aborto provocado de mujeres con síndrome posaborto (SPA) y establecer, en función de dichos factores, las claves de la estrategia de prevención. Metodología: Se estudian retrospectivamente, mediante un cuestionario semiestructurado autoaplicado, las circunstancias y motivos precedentes al aborto en una serie de 52 pacientes diagnosticadas de SPA. Resultados: La mayoría de las pacientes (72.5%) eran españolas, solteras (74%), sin hijos (79%), con estudios de bachillerato o superiores (82%). Iniciaron las relaciones sexuales a una edad media de 18.2 años y, cuando se produjo el embarazo, 42% utilizaban anticonceptivos. Se practicaron el aborto a una edad media de 25.3 años. El 44% había padecido depresión y el 67% había tenido algún problema serio en el año anterior al aborto. Entre los motivos para recurrir al aborto, destacan: presión de la pareja (44%), alteración de planes personales (38%) y falta de dinero (35%). La mitad de las pacientes (49%) refieren falta de libertad para decidir, y un 56%, que no tuvo voluntad real de abortar. Conclusiones: La psicopatología previa, los problemas de la vida, los motivos para recurrir al aborto y la actitud de presión de la pareja se confirman como posibles factores mediadores de la decisión de abortar y también, por lo tanto, como objetivos claves de la intervención preventiva del aborto provocado y sus secuelas psicopatológicas.

Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
https://www.siicsalud.com/des/expertocompleto.php/122432

Comentario
Autor del informe
 


Carolyn C Quispe Lira
Estudiante, Universidad Privada Norbert Wiener, Escuela Profesional de Medicina Humana, New South Walles, Lima, Perú


Daryl Pimentes Mercado
Estudiante, Universidad Privada Norbert Wiener, Escuela Profesional de Medicina Humana, New South Walles, Lima, Perú



El objetivo de los profesionales de salud ha sido siempre la defensa de la vida y la promoción de la salud. El personal médico debe velar por el bienestar del ser humano desde su concepción.
En muchos países el aborto ha sido legalizado y es elegible para dar solución a determinadas circunstancias (violación, terapéutico, etcétera); pero muchas veces olvidamos el seguimiento de las consecuencias de esta elección (en salud, definido como prevención cuaternaria).
En principio, al ser la medicina una vocación comprometida -humana y profesionalmente- con la defensa de la vida, este puede calificarse como una agresión al sentido último de la profesión e incluso, a la dignidad personal y al libre desarrollo de la personalidad. La Dirección General de Salud Pública y Sanidad Exterior
del Ministerio de Sanidad Política Social e Igualdad en España, ha elaborado un Programa para el Tratamiento Informatizado de los Datos, que facilita la grabación y depuración automática de los mismos. Su objetivo fundamental es facilitar la transmisión de información entre las distintas Consejerías de Sanidad y el propio Ministerio y así agilizar la elaboración de la estadística. Desde el comienzo de su implantación, las Comunidades Autónomas vienen incorporando la utilización de este programa de manera progresiva.1
Por otro lado, el síndrome posaborto es una consecuencia para aquellas mujeres que han sido sido sometidas a un aborto provocado (terapéutico o electivo).2 Debido a ello, es el deber del médico que brinda la opción del aborto dar a conocer no sólo a la gestante, sino a su entorno, información sobre el procedimiento y las consecuencias físicas, psicológicas, familiares y sociales que esto puede traer.
Las mujeres se someten a un aborto por diferentes factores: porque ya tienen muchos hijos, porque no es el momento apropiado para ser madre o porque no tienen pareja estable. Otra de las causas más significativas es la económica (aparece mencionada por un significativo 28% de las mujeres consultadas, mientras que el 5% menciona la violación y el incesto como la razón del aborto practicado).3
Cerca de la mitad de las mujeres que tuvieron aborto quirúrgico requirieron internación en un establecimiento de salud. Por otro lado, menos de la quinta parte de las mujeres que abortaron utilizando pastillas, debió ser internada.
Se infiere que la decisión de la mujer no siempre es propia, sino que es influida por múltiples factores que a su vez afectan su salud mental. Al poder identificar los motivos reales para recurrir al aborto, debería orientarse en primer lugar hacia la psicoeducación, tanto en España como en otras partes del mundo. El problema del aborto causa gran controversia, no siempre se tiene en cuenta la salud mental de la mujer y los factores que la llevaron a recurrir al aborto.
“La percepción que la mujer pueda tener de que con el aborto ha terminado con la vida de un ser humano, en este caso un hijo suyo, puede ser un factor importante, si no decisivo, para desencadenar los trastornos psicológicos que pueden darse con posterioridad al mismo”.5



Figura 1. Internaciones a causa de aborto quirúrgico o con pastillas, según datos de la encuesta realizada por PROMSEX (Centro de Promoción y defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos), El aborto en cifras: Encuesta a mujeres en el Perú, 2018.

Finalmente en lo que refiere al aborto, existe un gran problemática relacionada con la desprotección de la mujer, tanto por la discriminación en su entorno como por los trastornos que acarrea tanto psicológicos como físicos: no atenderlos ocasionaría un gran riesgo para la vida. Se propone favorecer la orientación hacia la asistencia de las consecuencias del aborto y de los problemas que trae a largo tiempo.
Copyright © SIIC, 2019

1) Sanidad 2009. Interrupción voluntaria del embarazo. Datos definitivos correspondientes al año 2008. Ministerio de Sanidad y Política Social, Secretaría General Técnica, Madrid, 2009. 2) Gómez Lavín C, Uroz Martínez V, Zapata García R. Precedentes del aborto provocado en mujeres con síndrome posaborto. Salud i Ciencia 23(1):27-33, May-Jun 2018. 3) Romero Bidegaray I. El aborto clandestino en el Perú. Una aproximación desde los derechos humanos. URL: http://bvs.minsa.gob.pe/local/minsa/1606.pdf. Centro de la mujer peruana. 4) El aborto en cifras: encuesta a mujeres en el Perú. URL: https://promsex.org/wp-content/uploads/2019/02/EncuestaAbortoDiptico.pdf. PROMSEX, Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, 2019. 5) Aznar J, Cerdá G. Aborto y salud mental de la mujer. Acta bioeth. 20(2):189-195, Nov 2014. URL: https://scielo.conicyt.cl/pdf/abioeth/v20n2/art06.pdf

Palabras Clave
aborto provocado, prevención, síndrome posaborto, métodos anticonceptivos, embarazo no deseado
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
Fernando Filippini
Columnista Experto de SIIC
Institución: Universidad Nacional de Rosario
Rosario Argentina

La presencia de síndrome metabólico aumenta el riesgo cardiovascular
La resistencia a la insulina continúa siendo el eje en la fisiopatología del síndrome metabólico que incluye dentro de sus criterios la tolerancia alterada a la glucosa, cifras de tensión arterial elevadas, perímetro de cintura por encima de lo normal y anormalidad lipídica. En conjunto, el síndrome metabólico es un factor de riesgo cardiovascular que debe ser diagnosticado y tratado en un principio con modificaciones en el estilo de vida y si es necesario, medicamentos.

Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
https://www.siicsalud.com/des/ensiiccompleto.php/149868

Comentario
Autor del informe
 


Analía Benavídez
Médica Cardióloga, Becaria, Sociedad Argentina de Cardiología, Área de investigación, Buenos Aires, Argentina



Resultan interesantes los aportes realizados por el Dr. Fernando Filippini en su entrevista titulada “La presencia de síndrome metabólico aumenta el riesgo cardiovascular”. Como se refiere en el artículo, no existe mucha evidencia acerca de la prevalencia del síndrome metabólico (SM) en la Argentina, tal vez esto se deba en gran parte por la falta de estudios poblacionales representativos de esta enfermedad en el país, y si bien la prevalencia es estimada en un 20%, los estudios realizados informan, aunque de forma parcial, una prevalencia mayor. En una revisión sistemática publicada en 2017, que estudió la prevalencia del síndrome metabólico en la Argentina en los últimos 25 años, se comunicó una prevalencia de 27.5% (intervalo de confianza [IC] del 95%: 21.3% a 34.1%)
sobre un total de 10 191 sujetos (39.6% varones). Esta resultó más elevada en varones que en mujeres (29.4% vs. 27.4%, respectivamente; p = 0.02).1 La prevalencia global del SM en la Argentina, en este estudio, es mayor que la prevalencia regional informada en la última revisión sistemática realizada en países de América latina en estudios poblacionales.2 Si bien estos datos no reemplazan a un estudio poblacional con muestras representativas de cada región, nos aproxima a la realidad de nuestro país.
En cuanto a la relación entre los distintos componentes del síndrome metabólico, el estrés oxidativo y la inflamación desempeñan un papel primordial, siendo estos factores comunes. Ya que el SM, junto con el resto de los factores de riesgo cardiovascular (FRCV), es el promotor de estrés oxidativo y causa disfunción endotelial, al iniciar una cascada de eventos que incluyen alteraciones en los mediadores vasoactivos, respuestas inflamatorias y remodelación vascular que culmina en la enfermedad de los órganos blanco.3
El síndrome metabólico constituye uno de los componentes de la primera etapa del continuum de las enfermedades cardiovasculares, por lo que la prevención primaria desde el consultorio clínico es fundamental.
Se estima que más de cinco millones de muertes prematuras a causa de las enfermedades cardiovasculares entre los hombres, y 2.8 millones entre las mujeres, se proyectan en todo el mundo para 2025. Con un tratamiento agresivo de los factores de riesgo cardiovascularestas, estas cifras podrían reducirse a 3.5 millones y 2.2 millones, respectivamente. A partir de la toma de conciencia de esta realidad, se gestó el proyecto 25X25 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tiene como objetivo reducir un 25% el riesgo de muerte prematura, es decir la probabilidad de morir entre las edades de 30 y 70 años, a través de un tratamiento agresivo de los factores de riesgo cardiovascular (como la hipertensión, el consumo de tabaco, la diabetes y la obesidad) y fija como uno de los objetivos principales la reducción relativa de la prevalencia de la hipertensión arterial (HTA) de un 25%, y para la diabetes y la obesidad, detener a 0 su aumento para 2025.4 Para lograr estos objetivos las acciones desde el consultorio ambulatorio son esenciales, entendiendo que los pacientes con FRCV necesitan una intervención activa por parte de los sistemas de salud, tanto con el tratamiento farmacológico y no farmacológico temprano. Como refiere el Dr. Filippini, las modificaciones del estilo de vida que incluyen cambios en la dieta, reducción de peso y ejercicio son las piedras angulares en el tratamiento de esta enfermedad, complementando al tratamiento farmacológico.
Como se refiere en la entrevista, no se ha definido un tratamiento farmacológico antihipertensivo óptimo para pacientes con SM. Aunque existe precaución con respecto al uso de las tiazidas en esta población, dada su capacidad para empeorar la resistencia a la insulina, la dislipidemia y la hiperuricemia y acelerar la conversión a diabetes, no hay datos que demuestren el empeoramiento de los puntos finales cardiovasculares o renales en pacientes tratados con estos agentes. Los betabloqueantes tradicionales parecen tener un riesgo significativamente mayor de acelerar la aparición de la diabetes y el empeoramiento de mediadores inflamatorios; sin embargo, este efecto parece mucho menos pronunciado o ausente cuando se usan betabloqueantes vasodilatadores modernos. Dado los aparentes efectos metabólicos favorables, los betabloqueantes vasodilatadores deben usarse con preferencia a los betabloqueantes tradicionales cuando estos fármacos son necesarios para la terapia en esta población. Finalmente, la inhibición del sistema renina-angiotensina-aldosterona con un inhibidor de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) o un antagonista de los receptores de angiotensina II (ARA II) y el tratamiento con bloqueantes de los canales de calcio, resulta ser seguro y bien tolerado en los pacientes con SM. Claramente, es necesaria más investigación en esta población para definir el antihipertensivo ideal.5

Copyright © SIIC, 2018


1. Diaz A, et al. Prevalencia del síndrome metabólico en Argentina en los últimos 25 años: revisión sistemática de estudios observacionales poblacionales. Hipertens Riesgo Vasc 35(2):64-69, 2018. 2. Lopez Jaramillo P, Lahera V, Lopez Lopez J. Epidemic of cardiometabolic diseases: A Latin American point of view. Ther Adv Cardiovasc Dis 5:119-31, 2011. 3. Dzau VJ, et al. The cardiovascular disease continuum validated: clinical evidence of improved patient outcomes. Part I: pathophysiology and clinical trial evidence (risk factors through stable coronary artery disease). Circulation 114(25):2850-70, 2006. 4. Sacco RL, et al. The heart of 25 by 25: achieving the goal of reducing global and regional premature deaths from cardiovascular diseases and stroke. A modeling study from the American Heart Association and World Heart Federation. Circulation 133:674-690, 2016. 5. Owen JG, Reisin E. Anti-hypertensive drug treatment of patients with and the metabolic syndrome and obesity: a review of evidence, meta-analysis, post hoc and guidelines publications. Curr Hypertens Rep 17(6):558, 2015.

Palabras Clave
síndrome metabólico, hipertensión arterial, hiperglucemia, hipercolesterolemia
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
Felipe Ruiz Botero
Columnista Experto de SIIC
Institución: Universidad Icesi
Cali Colombia

Supervivencia durante el primer año de recién nacidos con defectos congénitos
En la literatura se informan numerosas investigaciones sobre la prevalencia y la etiología de los defectos congénitos, con análisis de mortalidad que se enfocan en la contribución de estas afecciones a las tasas de muerte perinatal e infantil, y en escasas oportunidades se enfocan en la supervivencia de los pacientes. Este estudio tiene como objetivo describir la supervivencia durante el primer año después del nacimiento en un grupo de niños con defectos congénitos.  

Resumen
Introducción: En la literatura se informan numerosas investigaciones sobre la prevalencia y etiología de los defectos congénitos, con análisis de mortalidad que se enfocan en la contribución de estas enfemedades a las tasas de muerte perinatal e infantil, y en escasas oportunidades se enfocan en la supervivencia de los pacientes. Este estudio tiene como objetivo describir la supervivencia durante el primer año después del nacimiento en un grupo de niños con defectos congénitos. Población y métodos: Se realizó un estudio de cohorte con grupo de control interno, recolección de información retrospectiva y prospectiva. El grupo de sujetos para el estudio se obtuvo del registro de vigilancia en defectos congénitos de una institución de alta complejidad de la ciudad de Cali. La información obtenida fue analizada mediante el método de Kaplan-Meier para determinar la probabilidad de supervivencia. Resultados: Este estudio mostró que la probabilidad de supervivencia durante la gestación varió de 98.4% a la semana 20, hasta 79.0% durante las primeras 24 horas después del nacimiento. En el subgrupo de sujetos que sobreviven luego del primer día de nacimiento se obtuvo una probabilidad de supervivencia promedio de 91.7%. Conclusión: La supervivencia de pacientes con defectos congénitos disminuye con el paso del tiempo (19.4% hasta las 24 horas después del nacimiento); sin embargo, debido a las limitaciones en el tamaño de la muestra y seguimiento, el patrón de supervivencia no pudo ser explicado en términos de tipo de defecto, historia gestacional, contexto social de los padres y del sistema de salud.

Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
https://www.siicsalud.com/des/expertocompleto.php/153684

Comentario
Autor del informe
 


Cecilia M Díaz Olmedo
Pediatra, Hospital General Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social Quevedo, Quevedo, Ecuador



Las malformaciones congénitas pueden ser defectos morfológicos y/o estructurales que producen daño físico o mental, disminución del promedio de vida, mayor letalidad y consecuencias socioeconómicas complejas para los que sobreviven el primer año de vida. Su tratamiento y rehabilitación no siempre son exitosos, la mayoríason de evolución crónica y sus secuelas representan una desventaja social, con un alto costo al individuo, la familia y la comunidad, son de difícil prevención y de alta mortalidad.La supervivencia de los pacientes depende del tipo de malformación y pronóstico de acuerdo a la severidad; pueden ser malformaciones mayores incompatibles con la vida, malformaciones con alto riesgo de mortalidad o discapacidad grave y otras que pueden ser compatibles con una vida normal. Además, del diagnóstico precoz, tratamiento oportuno
es importante el seguimiento multidisciplinario que es indispensable para disminuir la mortalidad y discapacidad secundaria.
El Dr. Felipe Ruiz y cols. realizan el estudio “Supervivencia durante el primer año de recién nacidos con defectos congénitos” (Salud (i) Ciencia 22 (2017) 618-624) describen la supervivencia durante el primer año después del nacimiento en un grupo de niños con defectos congénitos.Entre el 1 de octubre de 2012 y el 31 de mayo de 2013 se identificaron 62 pacientes con defectos congénitos, 15 pacientes (24,2%) participaron en el estudio y de estos solamente en 9 casos se logró realizar un seguimiento efectivo al año de edad. Entre la semana 20 de gestación y las primeras 24 horas de vida fallecieron 7 pacientes y posterior a las 24 horas dos pacientes. La principal causa de mortalidad fue la malformación cardiovascular como único sistema afectado en el 33.3% de los fallecidos. Otras causas fueron: los Síndromes genéticosespecíficos 2 (22.2%), Secuencia genética específica 1 (11.1%), Malformación aislada del sistema cardiocirculatorio 3 (33.3%), Malformación aislada del sistema gastrointestinal 1 (11.1%), Procesos gemelares 1 (11.1%) y Polimalformado Dx. desconocido 1(11.1%).
A pesar de las limitaciones presentadas en el estudio utiliza herramientas ad hoc y aplica estrategias de búsqueda y seguimiento. Ruiz y cols. demuestran en su estudio que la probabilidad de supervivencia durante la gestación varió de 98.4% a la semana 20, hasta 79% durante las primeras 24 horas de vida. En los sujetos que sobreviven luego de las 24 horas de vida la probabilidad de supervivencia fue de 91.7%.Es importante que se realicen estudios en otras Instituciones que permitan comparar los porcentajes de supervivencia obtenidos con otros similares realizados a nivel nacional o internacional. El diagnostico temprano y seguimiento oportuno permitirá plantear estrategias para disminuir la morbimortalidad y la discapacidad que ellas generan mediante la intervención adecuada e integral del equipo de salud de acuerdo a su nivel de complejidad.
Copyright © SIIC, 2018

Palabras Clave
defectos congénitos, supervivencia, vigilancia epidemiológica
Especialidades
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