Autor del informe
María Agustina Miragaya
Instituto Médico Río Cuarto, Río Cuarto, Argentina
La enfermedad de Kawasaki es una patología de baja incidencia, que afecta a la población pediátrica, en la que un agente infeccioso (frecuentemente viral), desencadena una respuesta autoinmune dirigida a las paredes vasculares. La forma clínica de presentación es variable, pero siempre está presente la fiebre, astenia, el dolor osteoarticular y, a medida que la enfermedad avanza, puede perjudicar la vasculatura de varios territorios,siendo el territorio coronario uno de los más afectados (con aneurismas, ectasias, alteraciones en las válvulas cardíacas y en muchos casos miocarditis).
Por otro lado, ya es conocido el tropismo que presenta la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) por el tracto respiratorio y el parénquima pulmonar, pero también se sabe que puede dañar tejidos extrapulmonares. Dentro de estos, lo más
frecuente y alarmante es la lesión endotelial, ya sea por la infección per se como por la cascada inflamatoria consecuente. Esta lesión endotelial, puede derivar en disfunción microvascular y en la producción excesiva de trombina. Además, indirectamente, puede afectar el lecho vascular coronario, desencadenando desde síndromes coronarios agudos hasta miocarditis (lo más frecuente). Otro territorio vascular que vale la pena citar y podría resultar afectado es el renal, con la consecuente insuficiencia renal aguda.
Como se puede observar, la mayoría de los síntomas y algunos órganos diana, superponen los afectados por la enfermedad de Kawasaki con los del cuadro viral originado por el SARS-CoV-2, infección de la que estamos aprendiendo día a día, y que mantiene en vilo a los científicos del mundo en particular y a la población en general.
La presencia de un síndrome inflamatorio multisistémico similar a la enfermedad de Kawasaki, con síndrome febril persistente en la población pediátrica con resultados positivos para SARS-CoV-2, motivó la realización de varios estudios para demostrar su asociación y conseguir un tratamiento óptimo, tanto en los casos leves como en aquellos de mayor gravedad.
El estudio Kawasaki-like multisystem inflammatory syndrome in children during the covid-19 pandemic in Paris, France: prospective observational study, analizó una población de menores de 18 años con diagnóstico de SARS-CoV-2 (por medio de dos hisopados nasofaríngeos y descartando por serología la presencia de otros agentes virales). De ellos, solo el 52% de los pacientes cumplía con los criterios completos para enfermedad de Kawasaki según la American Heart Association, mientras que los demás tenían la enfermedad incompleta. Todos ellos presentaban marcadores inflamatorios elevados (presentes en ambas patologías de manera individual). Los cuadros de miocarditis se hicieron presentes en el 76% de los casos; pero menos del 45% mostraron imágenes compatibles con enfermedad de Kawasaki en la radiografía de tórax o en la tomografía computarizada de tórax; el ecocardiograma evidenció anomalías en arterias coronarias en el 38% de los casos y pocos pacientes presentaron alteraciones en el electrocardiograma. El tratamiento instaurado fue inmunoglobulina endovenosa en altas dosis, aspirina, y en algunos casos corticoides. El 81% requirió ingreso a unidades de cuidados intensivos para soporte hemodinámico, lo que nos habla de una incidencia de shock séptico superior a la forma clásica de la enfermedad de Kawasaki, en la que el shock solo está presente entre un 1.5% a 7% de los pacientes.
Lo anterior permitió demostrar una asociación entre un síndrome inflamatorio multisistémico similar al Kawasaki, como resultado de una reacción posvirica, que presenta algunas diferencias con la forma clásica de esta enfermedad; fundamentalmente la mayor asociación con síntomas gastrointestinales (con poca afección coronaria y cardíaca, presentes en la forma clásica), una mayor incidencia en niños de ascendencia africana, y un mayor ingreso en unidades críticas por un incremento en la incidencia de shock.
El estudio tiene varios sesgos y limitaciones, desde el número de pacientes involucrados hasta el desconocimiento del comportamiento del coronavirus per se en la población pediátrica.
Cuando una patología poco frecuente como la enfermedad de Kawasaki muestra una posible relación con el SARS-CoV-2 hay que aumentar los esfuerzos para aclarar su patogenia, acelerar su diagnóstico, e instaurar el mejor tratamiento posible; a pesar de que se necesitan más estudios que permitan demostrar una asociación más clara entre estas patologías.
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