Resúmenes amplios

ALTERACIONES EN EL METABOLISMO DE LOS ACIDOS GRASOS Y FOSFOLÍPIDOS EN LOS TRASTORNOS DEL NEURODESARROLLO


Oxford, Reino Unido:
Las alteraciones en el metabolismo de los fosfolípidos y de los ácidos grasos pueden explicar muchas de las características comunes a los trastornos del neurodesarrollo y a otras alteraciones psiquiátricas.

Prostaglandins Leukotrienes and Essential Fatty Acids 63(1-2):1-9

Autores:
Richardson AJ, Ross MA

Institución/es participante/s en la investigación:
University Laboratory of Physiology

Título original:
Fatty Acid Metabolism in Neurodevelopmental Disorder: A New Perspective on Associations between Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder, Dyslexia, Dyspraxia and the Autistic Spectrum

Título en castellano:
Metabolismo de los Acidos Grasos en los Trastornos del Neurodesarrollo: Nueva Perspectiva sobre las Asociaciones entre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad,la Dislexia, la Dispraxia y el Espectro Autista

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.16 páginas impresas en papel A4
Introducción Los trastornos del neurodesarrollo afectan a aproximadamente el 10% de la población y, si bien se inician en la infancia, pueden persistir en la adultez. Hay un alto grado de superposición entre los diversos trastornos del neurodesarrollo, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), la dislexia, la dispraxia y el espectro autista. El TDAH se caracteriza principalmente por desatención, hiperactividad e impulsividad; la dislexia, por dificultades en la lectura; la dispraxia, por alteraciones en la coordinación, y los trastornos del espectro autista, por problemas en la comunicación y la sociabilidad. Sin embargo, estos trastornos del neurodesarrollo comparten algunas características. Al respecto, la superposición entre el TDAH y la dislexia varía entre el 30% y 50% y es mayor para los casos con predominio de desatención respecto de aquellos con las formas hiperactivas e impulsivas. La superposición entre la dislexia y la dispraxia es similar, mientras que la comorbilidad entre el TDAH y la dispraxia parece ser igualmente elevada. La etiología de los trastornos del neurodesarrollo es multifactorial, con una base biológica y un alto componente genético. Cada vez hay más pruebas que indican que las alteraciones en el metabolismo de los fosfolípidos y de los ácidos grasos (AG) pueden explicar muchas de las características comunes a los trastornos del neurodesarrollo y a otras alteraciones psiquiátricas. En esta reseña se analizó su relación con el TDAH, la dislexia, la dispraxia y los trastornos del espectro autista. Pruebas actuales de las alteraciones en el metabolismo de los AG en los trastornos del neurodesarrollo. Un espectro de trastornos fosfolipídicos El TDAH, la dislexia, la dispraxia y los trastornos del espectro autista son síndromes del neurodesarrollo multifactoriales, complejos, con una base biológica y un fuerte componente genético. Además de la superposición en las características clínicas, comparten hallazgos asociados y muestran agregación familiar, lo que sugiere elementos en común en cuanto a la predisposición genética. Las características asociadas con estos trastornos comprenden complicaciones en el embarazo y el parto, anomalías físicas menores, retraso en la adquisición de pautas motoras, visuomotoras y en el lenguaje, elevada frecuencia de patologías autoinmunes o alérgicas en los pacientes afectados o sus familias y predominio en el sexo masculino. Todas estas características podrían explicarse por las alteraciones leves en el metabolismo de los AG. Las asociaciones familiares en el TDAH incluyen depresión, trastorno bipolar, abuso de sustancias y trastorno antisocial de la personalidad, mientras que la dislexia muestra algún grado de asociación familiar con el espectro de la esquizofrenia, en la que se documentaron alteraciones fosfolipídicas, con sobreactividad de la enzima fosfolipasa A2 (FLA2). El metabolismo de los fosfolípidos y de los AG es complejo y está influido por factores ambientales y constitucionales. Las pruebas disponibles indican que las alteraciones en los AG probablemente están involucradas, al menos en parte, en los trastornos del neurodesarrollo. La importancia de ciertos AG poliinsaturados (AGPI) para el desarrollo y la función cerebral están bien establecidas. Los AGPI, necesarios para la estructura y la función cerebrales normales, son reemplazados y reciclados en forma constante durante el recambio normal y el remodelamiento de los fosfolípidos de la membrana y en las sucesiones de los procesos de señalización. La acción de la FLA2 en la remoción de los AGPI de las membranas fosfolipídicas genera productos intermedios potencialmente dañinos, como AG libres, susceptibles a la oxidación. Entre los posibles mecanismos involucrados en las alteraciones del metabolismo fosfolipídico y de los AG se incluyen la ineficiencia constitucional en la conversión de los AG esenciales a AGPI en el TDAH, la dislexia y la dispraxia, las concentraciones elevadas de FLA2 en la dislexia y en el autismo, que pueden explicar la aparente inestabilidad en los AGPI, y otras enzimas involucradas en la síntesis, el clivaje y el estrés oxidativo. El incremento en la actividad de la FLA2 está relacionado con el estrés oxidativo que causa menores niveles de AGPI y, según diversos estudios, los radicales libres están involucrados en la esquizofrenia. El metabolismo fosfolipídico, especialmente la FLA2 y otras enzimas fosfolipídicas, parecen ser buenos candidatos biológicos que contribuyen a la predisposición genética a los trastornos del neurodesarrollo, ya que tienen fuerte expresión durante el crecimiento y desarrollo cerebral, aunque son necesarias más investigaciones al respecto. La posibilidad de que el metabolismo fosfolipídico esté involucrado en los trastornos del neurodesarrollo y otras alteraciones psiquiátricas permite considerarlos como parte de un espectro de trastornos fosfolipídicos. Este enfoque condujo a la aparición de nuevos métodos para la identificación de ciertos tipos de alteraciones en los AG, que requieren validación para convertirse en herramientas diagnósticas importantes y a la consideración de opciones terapéuticas más seguras que las actuales. Ya se establecieron beneficios con el uso de los AG omega 3 en la esquizofrenia y los trastornos del estado de ánimo, que presentan alguna comorbilidad con los trastornos del neurodesarrollo. Al respecto, los AG omega 3 se consideraron promisorios en el tratamiento del trastorno bipolar, mientras que los estimulantes lo exacerban; esto es importante dada la alta comorbilidad entre el TDAH y los trastornos del estado de ánimo. Si bien es prematuro evaluar el potencial de las terapias con AG en los trastornos del neurodesarrollo, los autores destacan que existen suficientes pruebas preliminares y una base racional para realizar estudios controlados, aleatorizados y a gran escala que permitan establecer su papel. Conclusión Actualmente, se debate acerca de la etiología, el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos del neurodesarrollo como el TDAH, la dislexia, la dispraxia y el espectro autista. Es necesario dilucidar la naturaleza y la interacción de las influencias genéticas y ambientales que producen la superposición en las características cognitivas y conductuales de estos trastornos. A nivel bioquímico, los autores señalan como campo promisorio de investigación, el estudio del metabolismo de los AG y los fosfolípidos y la posibilidad de considerar un espectro de trastornos fosfolipídicos. Esta propuesta podría explicar el alto grado de comorbilidad entre los trastornos del neurodesarrollo e, incluso, con las alteraciones psiquiátricas, la agregación familiar y otras características asociadas.

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