Resúmenes amplios

ASOCIACIÓN ENTRE EL METABOLISMO DE LOS ACIDOS GRASOS Y EL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD


Londres, Reino Unido:
En general, la fisiopatología del trastorno por déficit de atención con hiperactividad se relaciona con los sistemas de neurotransmisión; no obstante, el entorno lipídico puede afectar el funcionamiento de los neurotransmisores y sus receptores, por lo que también debe tenerse en cuenta.

Prostaglandins Leukotrienes and Essential Fatty Acids 63(1-2):79-87

Autores:
Richardson AJ, Puri BK

Institución/es participante/s en la investigación:
Imperial College School of Medicine

Título original:
The Potential Role of Fatty Acids in Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder

Título en castellano:
Papel Potencial de los Acidos Grasos en el Tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.8 páginas impresas en papel A4
ReSIIC editado en:

 Salud Mental

 Nutrición
Introducción y objetivos El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se caracteriza por la presencia de inatención, impulsividad e hiperactividad en diferentes contextos. La prevalencia de este trastorno en los EE.UU. varía entre el 3% y 5% de los niños en edad escolar; no obstante, el TDAH no es una enfermedad privativa de los niños y adolescentes sino que puede persistir durante la vida adulta. En general, los pacientes con este trastorno son tratados con fármacos estimulantes, cuya prescripción aumentó significativamente durante la última década. La etiología del trastorno es multifactorial e involucra elementos ambientales y biológicos. En el presente artículo se evaluó el papel de los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (AGPCL) respecto de la etiología, clínica y el tratamiento de los pacientes con TDAH. Si bien los datos disponibles no permiten obtener conclusiones definitivas, se propone que el déficit de ciertos AGPCL puede contribuir al menos parcialmente con la aparición del trastorno. Papel de los ácidos grasos respecto de la maduración y el funcionamiento cerebral La bicapa lipídica que conforman las membranas neuronales está compuesta mayoritariamente por fosfolípidos y proteínas. Estas proteínas forman los receptores y canales iónicos y participan en el sistema de señalización intracelular, entre otras funciones. La composición lipídica de la membrana celular afecta la estructura de los receptores y el funcionamiento de los neurotransmisores. Además, la mayoría de los sistemas de segundos mensajeros depende de los ácidos grasos (AG) de membrana; de acuerdo con esto, los lípidos cumplen un papel estructural y funcional en el sistema nervioso central. Los AG esenciales que no pueden sintetizarse en el cuerpo humano, cuyo aporte depende de la dieta, son el ácido linoleico y el ácido alfa linolénico; a partir de éstos se sintetiza el ácido araquidónico (AA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Los AG cerebrales más importantes son el AA, DHA, eicosapentaenoico y dihomogammalinolénico. Los 2 primeros desempeñan un papel estructural fundamental en el cerebro humano; en cambio, los 2 últimos son fundamentales para el funcionamiento cerebral normal, además de cumplir un papel estructural menor. Los AG mencionados y el AA son precursores de los eicosanoides, compuestos biológicos muy activos e importantes para la regulación del funcionamiento cerebral y del cuerpo humano en general. El déficit de AG esenciales puede alterar la maduración cerebral y afectar el funcionamiento y la integridad neuronal. La falta de AG n-3, como el DHA, se manifestaría a nivel cognitivo y visual; en cambio, el déficit de AA se relacionaría principalmente con la disminución de los parámetros de crecimiento. Así, el nivel de AG en la mujer embarazada es de fundamental importancia para que el feto madure normalmente, aunque también se requieren niveles adecuados de AG esenciales durante el crecimiento y la vida adulta para mantener un funcionamiento normal. Los AGPCL derivados de los AG esenciales son los agentes más importantes para el funcionamiento cerebral. Cada individuo presenta un perfil particular de actividad enzimática para sintetizar estos AG de cadena larga, cuyo aporte dietario será fundamental en caso de actividad enzimática ineficiente. La conversión de AG esenciales en AGPCL también puede verse afectada por factores ambientales. Se postula la existencia de una asociación entre la presencia de TDAH y las alteraciones mencionadas. Relación entre el déficit de AG y el TDAH En un primer momento, la fisiopatología del TDAH se relacionó con los sistemas de neurotransmisión; no obstante, el entorno lipídico puede afectar el funcionamiento de los neurotransmisores y sus receptores. En estudios efectuados en modelos animales se observó que el déficit crónico de AG poliinsaturados n-3 se asocia con disminución del nivel de dopamina, neurotransmisor relacionado con determinados síntomas del TDAH; en consecuencia, disminuye la unión del neurotransmisor con el receptor dopaminérgico tipo 2 en la corteza frontal. También se informó que el déficit de AG poliinsaturados n-3 se asocia con disminución del almacenamiento vesicular de dopamina, con lo cual no se produciría la liberación necesaria para el funcionamiento cognitivo normal. Los datos mencionados pueden ser relevantes respecto del TDAH, aunque son necesarios estudios adicionales para obtener conclusiones definitivas. Características clínicas del TDAH relacionadas con el déficit de AG La prevalencia de TDAH es más elevada entre la población masculina en comparación con las mujeres y, según los autores, esto puede deberse a que los varones son más vulnerables que las mujeres ante el déficit de AGPCL. El predominio masculino también es característico de otros trastornos del neurodesarrollo relacionados con el TDAH, entre los que se menciona la dislexia y la dispraxia, probablemente relacionadas con la afección del metabolismo de los AG. Las anomalías físicas menores pueden ser excesivas entre los pacientes con TDAH. La etiología de estas alteraciones involucraría fenómenos relacionados estrechamente con los AG esenciales y sus metabolitos, como la apoptosis y la migración celular. Los AG poliinsaturados también participan en la regulación de los mecanismos de iniciación y mantenimiento del sueño; en coincidencia, los niños con TDAH presentan elevada probabilidad de tener trastornos del sueño en comparación con los niños sanos. Los niños hiperactivos tienen grandes posibilidades de presentar enfermedades crónicas como el asma, el eczema y otros trastornos atópicos; en coincidencia, los pacientes con eczema pueden presentar disminución de la eficiencia de la enzima responsable de convertir AGPCL en AG esenciales. Además de las enfermedades mencionadas, los niños con TDAH presentan elevada frecuencia de síntomas somáticos en comparación con los niños sanos, entre los que se incluye el dolor abdominal, las cefaleas, las infecciones y el malestar general. El déficit de AG esenciales contribuye con la aparición de trastornos infecciosos y digestivos; esto se debe a que los AG esenciales participan en la regulación del funcionamiento inmune y gastrointestinal. Se calcula que hasta un 44% de los pacientes con TDAH presentan comorbilidad con otro trastorno psiquiátrico; en general, se observa baja autoestima, depresión o ansiedad. El déficit de AG n-3 sería importante respecto de la aparición de depresión. Los trastornos de coordinación motora también son frecuentes entre los pacientes con TDAH y se asocian con el déficit de AG. Se propuso la utilidad del tratamiento con AG esenciales en caso de dispraxia. Por último, las alteraciones del aprendizaje como la dislexia también son frecuentes entre los pacientes con TDAH y uno de los factores que contribuyen con la aparición de este trastorno es el déficit de AG. Se propuso que el tratamiento con suplementos de AG resulta útil en estos casos. Déficit de AG en pacientes con TDAH En el Reino Unido se creó el Hyperactive Children’s Support Group (HCSG), que llevó a cabo un estudio en niños hiperactivos. Según los resultados, existen signos clínicos que sugieren la presencia de déficit de AG en pacientes con TDAH, entre los que se incluyen la sed excesiva, el aumento de la frecuencia miccional y la sequedad cutánea. Se propuso que el TDAH se asocia con la dificultad para convertir AG esenciales en AGPCL. Esta hipótesis coincide con la utilidad de la aplicación de una dieta sin salicilatos. A su vez, los salicilatos inhiben la conversión de AGPCL en prostaglandinas. Además, se halló una relación entre el déficit de cinc y la presencia de TDAH; esto es relevante, dado que el cinc actúa como cofactor en el proceso de conversión de AG esenciales en AGPCL. Según lo informado por el HCSG, la administración de AGPCL sería eficaz en algunos pacientes con TDAH. Los resultados de estudios efectuados sobre la base de análisis bioquímicos de laboratorio coinciden con las hipótesis acerca del déficit de AG en pacientes con TDAH. Los estudios efectuados más recientemente también arrojaron resultados coincidentes con un trastorno del metabolismo de los AG en pacientes con TDAH. Según lo informado, los pacientes con TDAH presentan alta probabilidad de tener manifestaciones alérgicas y signos clínicos relacionados con el déficit de AG esenciales. También se hallaron niveles plasmáticos bajos de AGPCL pero no de sus precursores. Es decir, dicen los autores, los resultados permiten sugerir que al menos un subgrupo de pacientes con TDAH presenta una alteración de la conversión de AG esenciales en AGPCL. Tanto los signos clínicos como los parámetros bioquímicos de déficit de AG se asociaron con la gravedad de los síntomas conductuales y de aprendizaje. Papel de los AG en el tratamiento de los pacientes con TDAH Según los datos mencionados con anterioridad, el tratamiento con AGPCL sería útil en algunos pacientes con TDAH. A propósito, se propuso que el déficit de AG n-3 es más relevante que el AG n-6. Es importante tener en cuenta que el efecto del tratamiento con AG presenta un período de latencia. Además, se halló que el nivel cerebral de AGPCL puede demorar hasta 3 meses en restaurarse en casos de déficit crónico. En un estudio reciente efectuado en niños se informó que la administración de AG n-3 resultó útil para normalizar el perfil bioquímico en sangre y disminuir los síntomas de TDAH; no obstante, en otro estudio no se obtuvieron resultados positivos luego del tratamiento con DHA. De todos modos, la comparación de los estudios se ve limitada por cuestiones metodológicas. Conclusión Según los autores, es imperioso efectuar investigaciones adicionales sobre el papel de los AG respecto del TDAH y otros trastornos relacionados. Un aspecto fundamental a evaluar son las características de los pacientes que se beneficiarán al recibir AG. También es importante evaluar la presencia de comorbilidades, dado que el déficit de AG puede asociarse con ciertos trastornos asociados frecuentemente con el TDAH, entre los que se mencionan las alteraciones del estado de ánimo, la dispraxia y la dislexia. Para finalizar, señalan, es necesario evaluar los aspectos relacionados con el tratamiento de los pacientes con TDAH. Aún no es posible recomendar el tratamiento con AG en caso de TDAH, ya que los datos disponibles son insuficientes. Son necesarios estudios aleatorizados, a doble ciego y controlados con placebo, adecuadamente diseñados, para obtener conclusiones definitivas sobre la utilidad terapéutica de los AG.

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