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Introducción
La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés) tiene una morbilidad y mortalidad significativas en pacientes hospitalizados a pesar de las mejoras en el estándar de atención hospitalaria. Esto se debe a la respuesta hiperinflamatoria que contribuye a las lesiones pulmonares y cardíacas, así como a las trombosis arteriales y venosas observadas en estos pacientes. Tanto la colchicina como las estatinas son medicamentos ampliamente disponibles que podrían mitigar los efectos patológicos de la COVID-19. La colchicina tiene múltiples efectos antiinflamatorios. Del mismo modo, las estatinas también mitigan la inflamación, reducen el riesgo trombótico y la disfunción endotelial. A pesar de estos beneficios potenciales, las pruebas no son concluyentes sobre la eficacia de la colchicina y las estatinas en el tratamiento de pacientes con COVID-19. Tanto la colchicina como las estatinas trabajan sinérgicamente para mejorar la inflamación vascular y se pueden usar juntos de forma segura.
El objetivo de la presente investigación fue evaluar el efecto de la colchicina y la rosuvastatina de alta intensidad junto con el estándar de atención para el tratamiento de pacientes no críticos con COVID-19.
Métodos
Se realizó un ensayo controlado aleatorizado, pragmático, abierto y multicéntrico en los Estados Unidos entre octubre de 2020 y septiembre de 2021. El seguimiento se realizó a los 30 y 60 días. La historia clínica electrónica se utilizó en todas las etapas del ensayo, incluidos el cribado, el reclutamiento, la aleatorización, la determinación de los eventos y el seguimiento. Se incluyeron pacientes adultos hospitalizados no críticos con COVID-19 confirmado por laboratorio. Los participantes se asignaron al azar en proporción 1:1 para recibir colchicina (0.6 mg cada 12 horas los primeros 3 días y luego 0.6 mg/dia) más rosuvastatina de alta intensidad (40 mg/d) además del estándar de atención o estándar de atención sola. El tratamiento asignado se continuó durante la duración de la hospitalización índice o 30 días, lo que fuera más corto. El criterio principal de valoración preespecificado fue la progresión a enfermedad grave por COVID-19 (ventilación de alto flujo o no invasiva, ventilación mecánica, necesidad de vasopresores, tratamiento de reemplazo renal u oxigenación por membrana extracorpórea, o muerte) o eventos tromboembólicos arteriales/venosos (accidente cerebrovascular isquémico, infarto de miocardio, trombosis venosa profunda o embolia pulmonar) evaluados a los 30 días.
Resultados
Entre los 250 pacientes asignados al azar en el presente ensayo (125 a cada brazo), la mediana de edad fue de 61 años, el 44% eran mujeres, el 15% eran negros y el 26% eran hispanos/latinos. La mediana del tiempo de tratamiento con los medicamentos del estudio en el brazo activo fue de 4 días para ambos medicamentos. En total, el 42% tenía diabetes. La mediana del tiempo desde la hospitalización hasta el reclutamiento fue de un día para ambos grupos, y en el momento del reclutamiento, la mediana del puntaje de la evaluación secuencial de insuficiencia orgánica (SOFA, por sus siglas en inglés) fue de 2. Como parte del estándar de atención, los pacientes recibieron remdesivir (87%), dexametasona (92%), tocilizumab (18%), baricitinib (2%), anticoagulación profiláctica/terapéutica (98%) y aspirina (91%). El ensayo fue terminado de forma temprana por la junta de monitoreo de datos y seguridad por inutilidad. No se perdieron pacientes durante el seguimiento debido al seguimiento de la historia clínica electrónica. No hubo diferencias significativas en el criterio principal de valoración a los 30 días entre el brazo activo y el brazo de atención estándar (15.2% frente a 8.8%, respectivamente, p = 0.17). Tampoco hubo diferencias significativas entre el brazo activo y el brazo de atención estándar en ningún componente del criterio principal de valoración o en cualquier otro resultado secundario, incluida la muerte (4.8% frente a 2.4%, p = 0.50), ventilación mecánica (4.8% frente a 1.6%, p = 0.28) y accidente cerebrovascular isquémico (0.8% frente a 0%, p = 1.00). Un paciente en el brazo activo requirió oxigenación por membrana extracorpórea. Tampoco hubo diferencias estadísticamente significativas en los resultados a los 60 días. En los análisis de subgrupos preespecificados, la falta de efecto del tratamiento fue similar en todos los subgrupos, incluidos los pacientes con diabetes. La única excepción fue el sexo, para el cual hubo una tendencia hacia una interacción significativa (p = 0.053). Hubo numéricamente más casos de diarrea autoinformada (3.2% frente a 0%) y mialgias (2.4% frente a 0%) en el brazo activo que en grupo de atención estándar. Los pacientes en el brazo activo tuvieron aumentos significativamente mayores en sus niveles de aspartato aminotransferasa y alanina transaminasa; sin embargo, ningún paciente en ninguno de los brazos tuvo elevaciones superiores a cinco veces el límite superior de lo normal.
Conclusiones
En pacientes hospitalizados no críticos con COVID-19, la combinación de colchicina y rosuvastatina además del estándar de atención no parece reducir el riesgo de progresión de la enfermedad por COVID-19 o eventos tromboembólicos y no proporciona ningún beneficio en comparación con la atención estándar, aunque el presente ensayo tuvo poco poder estadístico debido a una tasa de eventos inferior a la esperada.
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