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Introducción
A lo largo de la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés), la realización de pruebas a las personas sigue siendo una acción clave para evitar la diseminación de la enfermedad. En la actualidad, la mayoría de las pruebas diagnósticas de COVID-19 en curso implican muestras nasofaríngeas para reacción en cadena de polimerasa (PCR), pruebas de antígenos nasofaríngeos en el punto de atención o PCR en saliva para identificar el patógeno. La toma de muestra nasofaríngea para PCR es la prueba de referencia, pero tiene el inconveniente de la invasividad y la incomodidad (toma de muestra nasofaríngea) y la demora (PCR) en la obtención del resultado. Un enfoque para las pruebas rápidas es considerar las capacidades olfativas de los perros de detección entrenados. Los compuestos orgánicos volátiles tienen el potencial de convertirse en un enfoque revolucionario y no invasivo para el diagnóstico médico en humanos de afecciones como el cáncer y las enfermedades degenerativas o infecciosas. Las capacidades de detección olfativa canina se han utilizado durante años en las fuerzas del orden para detectar narcóticos o restos forenses, explosivos, billetes, para misiones de búsqueda y rescate de personas e, incluso, para localizar minas terrestres. Es posible que las personas infectadas por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés) excreten compuestos orgánicos volátiles específicos que los perros entrenados pueden detectar.
El propósito de la presente investigación fue evaluar la precisión diagnóstica de la detección de la infección por SARS-CoV-2 por olfato canino.
Métodos
El presente estudio de cohorte prospectivo fue realizado en dos centros comunitarios de detección de COVID-19 en Francia. Se recolectaron simultáneamente dos hisopados nasofaríngeos, una muestra de saliva y una muestra de sudor. Los adiestradores de perros (y los perros) estaban cegados con respecto al estado de COVID-19. La precisión diagnóstica de la detección no invasiva de la infección por SARS-CoV-2 mediante el olfato canino se evaluó en comparación con la PCR de muestra nasofaríngea como estándar de referencia, la PCR de muestra de saliva y la prueba de antígeno nasofaríngeo. Las muestras de sudor fueron recolectadas por equipos de muestreo al pedirles a los participantes que colocaran dos compresas quirúrgicas estériles debajo de sus axilas durante 2 minutos. Estas muestras se almacenaron hasta que los perros las olfatearan en un congelador a menos 20 °C y nunca se manipularon sin guantes quirúrgicos desechables para evitar la contaminación. Las muestras nasofaríngeas fueron recolectadas por una enfermera capacitada, y se pidió a los participantes que recolectaran la muestra de saliva por sí mismos después de enjuagarse la boca con saliva durante 30 segundos. Los perros involucrados en este estudio pertenecen a los cuerpos de bomberos franceses y al Ministerio del Interior de los Emiratos Árabes Unidos. Todos los perros fueron entrenados de la misma manera, según el protocolo de entrenamiento. Se respetó plenamente el bienestar de los perros y se siguieron las recomendaciones publicadas en la guía para el cuidado y uso de animales editada por la ley francesa. Los resultados de PCR se consideraron positivos, si se detectaba al menos un gen. Una prueba de detección canina incierta (el perro muestra gran interés en la muestra, pero no se sienta inmediatamente) se consideró positiva. Para las muestras que fueron procesadas por tres o más perros, solo se registraron al azar los resultados de dos perros. Una muestra se consideró positiva si ambos perros marcaron la muestra y negativa en todos los demás casos.
Resultados
Se incluyeron 335 pacientes adultos ambulatorios con infección por SARS-CoV-2 (143 sintomáticos y 192 asintomáticos). Las proporciones de mujeres y varones fueron similares y la mediana de edad de los participantes del estudio fue de 35 años. Entre los participantes, el 43% presentó síntomas el día de la prueba. La mediana de tiempo desde el último contacto y desde el primer síntoma clínico fue de 5 días y 2 días, respectivamente.
En general, 109 de 335 participantes dieron positivo en la PCR nasofaríngea en participantes sintomáticos (78/143) o asintomáticos (31/192). La sensibilidad general de la detección canina fue del 97% (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 92 a 99) e incluso alcanzó el 100% (IC 95%: 89 a 100) en individuos asintomáticos en comparación con PCR de hisopado nasofaríngeo. La especificidad fue del 91% (IC 95%: 72 a 91), alcanzando el 94% (IC 95%: 90 a 97) para individuos asintomáticos. Los valores predictivo positivo y predictivo negativo fueron del 84% (IC 95%: 77 a 90) y del 99% (IC 95%: 85 a 99), respectivamente.
La sensibilidad de la detección canina fue mayor que la de la prueba de antígeno nasofaríngeo (97% [IC 95%: 91 a 99] frente a 84% [IC 95%: 74 a 90], p: 0.006), pero la especificidad fue menor (90% [IC 95%: 84 a 95] frente a 97% [IC 95%: 93 a 99], p = 0.016).
Conclusiones
La detección no invasiva de la infección por SARS-CoV-2 por olfato canino podría ser una alternativa a la PCR de hisopado nasofaríngeo cuando sea necesario obtener un resultado muy rápido, según las mismas indicaciones que las pruebas antigénicas en el contexto de cribado masivo. Las pruebas caninas no son invasivas y brindan resultados inmediatos y confiables.
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