Resúmenes amplios

LA DISFUNCIÓN INMUNITARIA Y LA INFECCIÓN IRRUPTIVA POR CORONAVIRUS 2 DEL SÍNDROME RESPIRATORIO AGUDO GRAVE


Baltimore, EE.UU.:
Para las personas con disfunción inmunitaria, se recomienda el uso continuo de intervenciones no farmacéuticas y estrategias de vacunas alternativas incluso después de la vacunación completa contra la enfermedad por coronavirus 2019.

JAMA Internal Medicine

Autores:
Sun J

Institución/es participante/s en la investigación:
Johns Hopkins University Bloomberg School of Public Health

Título original:
Association Between Immune Dysfunction and COVID-19 Breakthrough Infection After SARS-CoV-2 Vaccination in the US

Título en castellano:
Asociación entre la Disfunción Inmunitaria y la Infección Irruptiva por COVID-19 después de la Vacunación contra el SARS-CoV-2 en los Estados Unidos

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.98 páginas impresas en papel A4

Introducción

Se ha descubierto que las vacunas contra la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por su sigla en inglés) son eficaces y seguras tanto en ensayos clínicos como en entornos del mundo real. La infección irruptiva por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por su sigla en inglés) es rara en la población general. Las personas con disfunción inmunológica tienen un mayor riesgo de resultados graves de COVID-19. Sin embargo, estos pacientes fueron excluidos en gran medida de los ensayos clínicos de la vacuna contra el SARS-CoV-2. .

El objetivo de la presente investigación fue calcular la tasa de incidencia y el cociente de la tasa de incidencia (CTI) de la infección por SARS-CoV-2 después de la vacunación contra la COVID-19 entre personas con disfunción inmunitaria o sin esta.

 

Métodos

Se realizó un estudio de cohorte retrospectivo basado en registros médicos electrónicos centralizados y seguros de centros médicos académicos en los Estados Unidos. Se incluyeron en la muestra las personas que recibieron al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19 entre el 10 de diciembre de 2020 y el 16 de septiembre de 2021. Se extrajeron datos de la vacunación, el diagnóstico de COVID-19, los diagnósticos de disfunción inmunitaria (es decir, infección por virus de la inmunodeficiencia humana [VIH], esclerosis múltiple, artritis reumatoide, trasplante de órganos sólidos y trasplante de médula ósea), otras afecciones comórbidas y datos demográficos. La infección irruptiva se definió como la infección por SARS-CoV-2 que se contrajo el día 14 de la vacunación o después, y el riesgo después de la vacunación total o parcial se evaluó para pacientes con disfunción inmunitaria o sin esta mediante la regresión de Poisson. Los modelos de regresión de Poisson se controlaron durante un período de estudio (antes o después [variante anterior o posterior a delta] del 20 de junio de 2021), estado de vacunación completo, infección por COVID-19 antes de la vacunación, características demográficas, ubicación geográfica y carga de comorbilidad. La tasa de incidencia y el CTI se calculó con intervalo de confianza del 95% (IC 95%).

 

Resultados

Se incluyeron un total de 664 722 pacientes que recibieron al menos una dosis de una vacuna contra la COVID-19, más del 90% recibió una vacuna de ácido ribonucleico mensajero y completaron todas las dosis recomendadas. El promedio de edad fue de 51 años y el 56.9% eran mujeres. Se identificaron 35 512 pacientes (5.3%) con disfunción inmunitaria.

En general, la tasa de incidencia de la infección irruptiva por SARS-CoV-2 fue de 5.0 por 1000 personas-meses entre las personas totalmente vacunadas, pero fue más alta después de que la variante delta del SARS-CoV-2 se convirtiera en la cepa dominante (tasa de incidencia antes y después del 20 de junio de 2021: 2.2 [IC 95%: 2.2 a 2.2] frente a 7.3 [IC 95%: 7.3 a 7.4] por 1000 personas-meses). En comparación con la vacunación parcial, la vacunación completa se asoció con una reducción del 28% en el riesgo de infección irruptiva intercurrente (CTI ajustado: 0.72; IC 95%: 0.68 a 0.76). La edad avanzada, el sexo femenino y un mayor número de comorbilidades se asociaron significativamente con una mayor probabilidad de aparición de infección irruptiva.

En comparación con las personas sin disfunción inmunitaria, aquellas con disfunción inmunitaria tuvieron una tasa más alta de infección tras recibir la vacunación parcial o completa. Esta diferencia fue más notable en el período posterior a que la variante delta del SARS-CoV-2 se volvió dominante. Los pacientes con infección por VIH (CTI ajustado: 1.33; IC 95%: 1.18 a 1.49), artritis reumatoide (CTI ajustado: 1.20; IC 95%: 1.09 a 1.32) y trasplante de órganos sólidos (CTI ajustado: 2.16; IC 95%: 1.96 a 2.38) tenían una tasa más alta de infección irruptiva. Las personas con diagnóstico de COVID-19 previo a la vacunación frente a las que no tenían un diagnóstico de COVID-19 tenían un riesgo 56% menor de una infección irruptiva (CTI ajustado: 0.44; IC 95%: 0.40 a 0.48). Todas las asociaciones fueron independientes de las características demográficas, la región geográfica y la carga de comorbilidad. En general, los análisis de sensibilidad arrojaron resultados similares a los de los análisis primario. El promedio del tiempo desde la vacunación completa hasta la infección irruptiva fue de 138 días.

Los casos de infección irruptiva tendieron a ser sustancialmente menos graves en comparación con los casos de COVID-19 previos a la vacunación, independientemente del estado inmunitario de la persona.

 

Conclusiones

El presente estudio de cohorte encontró que la vacunación completa contra la COVID-19 se asoció con un riesgo reducido de infección irruptiva por SARS-CoV-2, independientemente del estado inmunológico de los pacientes aunque la función inmunitaria intacta se asocia con la máxima protección. A pesar de la vacunación completa, las personas con disfunción inmunológica tenían un riesgo sustancialmente mayor de infección irruptiva y peores resultados que aquellas sin disfunción inmunológica. La infección irruptiva ocurrió sustancialmente más rápido entre las personas con disfunción inmunológica en comparación con la población general. Para las personas con disfunción inmunitaria, se recomienda el uso continuo de intervenciones no farmacéuticas y estrategias de vacunas alternativas incluso después de la vacunación completa contra la COVID-19. 



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