Resúmenes amplios

LA OBESIDAD Y LA GRAVEDAD DE LA COVID-19


Cleveland, EE.UU.:
La obesidad se asocia con inflamación sistémica, disfunción inmunitaria y un estado de hipercoagulabilidad; y puede ser un factor de riesgo modificable para la gravedad de la enfermedad por coronavirus 2019.

JAMA Surgery 1-10

Autores:
Nissen SE

Institución/es participante/s en la investigación:
Cleveland Clinic

Título original:
Association of Weight Loss Achieved Through Metabolic Surgery With Risk and Severity of COVID-19 Infection

Título en castellano:
Asociación de la Pérdida de Peso Lograda Mediante Cirugía Metabólica con el Riesgo y la Gravedad de la Infección por COVID-19

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.9 páginas impresas en papel A4

Introducción

La obesidad es un factor de riesgo importante para los resultados clínicos adversos de la infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por su sigla en inglés). La obesidad se asocia con inflamación sistémica, disfunción inmunitaria y un estado de hipercoagulabilidad. La mecánica respiratoria deteriorada junto con trastornos pulmonares, cardíacos y metabólicos coexistentes también pueden desempeñar un papel en la gravedad de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por su sigla en inglés) en pacientes con obesidad. Sin embargo, no se sabe si la pérdida de peso mediante cirugía metabólica está asociada con la reducción de los resultados adversos de la infección por SARS-CoV-2.

El objetivo del presente estudio fue investigar la asociación entre una intervención eficaz para la pérdida de peso y un mejor riesgo y gravedad de la infección por SARS-CoV-2 en pacientes con obesidad.

 

Métodos

El presente estudio de cohorte involucró a pacientes adultos con un índice de masa corporal (IMC) de 35 o más que se sometieron a una cirugía de pérdida de peso entre el uno de enero de 2004 y el 31 de diciembre de 2017, en el Cleveland Clinic Health System. Los pacientes del grupo quirúrgico (bypass gástrico en Y de Roux y gastrectomía en manga) se emparejaron en proporción 1: 3 con los pacientes que no se sometieron a una intervención quirúrgica por su obesidad (grupo de control). Los datos fueron extraídos de la historia clínica electrónica. El seguimiento se realizó hasta el uno de marzo de 2021. Se examinaron distintos resultados antes y después del brote de COVID-19 el uno de marzo de 2020. Se evaluaron la pérdida de peso y la mortalidad por todas las causas entre la fecha de inscripción y el uno de marzo de 2020. Se analizaron cuatro resultados relacionados con COVID-19 en pacientes con diagnóstico de COVID-19 entre el uno de marzo de 2020 y el uno de marzo de 2021: resultado positivo de la prueba de SARS-CoV-2, hospitalización, necesidad de oxígeno suplementario y COVID-19 grave (una combinación de ingreso en la unidad de cuidados intensivos, necesidad ventilación mecánica o muerte).

Las estimaciones de incidencia acumulada se calcularon mediante el método de Kaplan-Meier y se generaron modelos de regresión de riesgos proporcionales de Cox totalmente ajustados para los resultados del estudio.

 

Resultados

Se reclutaron un total de 20 212 pacientes (mediana de edad: 46 años; 77.6% mujeres [15 690]) con una mediana de IMC de 45. La mediana general de la duración del seguimiento fue de 6.1 años. Al inicio del estudio, el 59.2 % de los pacientes (11 968) usaba medicamentos antihipertensivos, el 32.1 % (6497) usaba medicamentos para la diabetes y el 31.4 % (6347) usaba medicamentos hipolipemiantes.

Antes del brote de COVID-19, los pacientes del grupo quirúrgico en comparación con los pacientes de control perdieron más peso (diferencia media a los 10 años desde el inicio: 18.6 puntos porcentuales de peso corporal; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 18.4 a 18.7; p < 0.001) y tenían un 53% más baja la incidencia acumulada de mortalidad por todas las causas a los 10 años (4.7%, IC 95%: 3.7% a 5.7% frente a 9.4%, IC 95%: 8.7% a 10.1%; p < 0.001 ).

De los 20 212 pacientes inscritos, los datos de 11 809 estaban disponibles el uno de marzo de 2020 para una evaluación de los resultados relacionados con la COVID-19. Las características iniciales de este subgrupo de pacientes estaban equilibradas para la mayoría de las características. El grupo quirúrgico frente al grupo de control tenía un perfil de riesgo más alto en el momento de la inscripción. Las tasas de resultados positivos de la prueba de SARS-CoV-2 fueron comparables en los grupos quirúrgico y de control (9.1%, IC 95%: 7.9% a 10.3% frente a 8.7%, IC 95%: 8.0% a 9.3%; p: 0.71). En el grupo quirúrgico, después de contraer SARS-CoV-2, 32 pacientes fueron hospitalizados, 19 pacientes requirieron oxígeno suplementario, 8 pacientes desarrollaron el resultado compuesto de infección grave por COVID-19 y 2 pacientes fallecieron. En el grupo de control, 163 pacientes fueron hospitalizados, 129 pacientes requirieron oxígeno suplementario, 54 pacientes desarrollaron una infección grave por COVID-19 y 21 pacientes fallecieron. Someterse a una cirugía para perder peso se asoció con un menor riesgo de hospitalización (cociente de riesgos [CR] ajustado: 0.51; IC 95%: 0.35 a 0.76; p < 0.001), necesidad de oxígeno suplementario (CR ajustado: 0.37; IC 95%: 0.23 a 0.61; p < 0.001) y COVID-19 grave (CR ajustado: 0.40; IC 95%: 0.18 a 0.86; p: 0.02).

 

Conclusiones

El presente estudio de cohorte encontró que, entre los pacientes con obesidad, la pérdida de peso sustancial lograda con la cirugía se asoció con mejores resultados clínicos de la infección por SARS-CoV-2. Específicamente, someterse a una cirugía para perder peso se asoció con un 49% menos de riesgo de hospitalización, un 63% menos de riesgo de necesidad de oxígeno suplementario y un 60% menos de riesgo de COVID-19 grave. Estos hallazgos sugieren que la obesidad puede ser un factor de riesgo modificable para la gravedad de la COVID-19. 



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