Resúmenes amplios

LA MICROBIOTA INTESTINAL Y LA DESNUTRICIÓN AGUDA MODERADA


St. Louis, EE.UU.:
La manipulación de la microbiota intestinal mediante la alimentacion sería eficaz para tratar el paciente pediátrico con desnutrición aguda moderada.

New England Journal of Medicine 384(16):1517-1528

Autores:
Chen RY, Mostafa I, Gordon JI

Institución/es participante/s en la investigación:
Washington University School of Medicine

Título original:
A Microbiota-Directed Food Intervention for Undernourished Children

Título en castellano:
Una Intervención Alimentaria Dirigida por la Microbiota para Niños Desnutridos

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.5 páginas impresas en papel A4

Introducción

La desnutrición infantil es un problema de salud mundial. Se cree que la pandemia actual de enfermedad por coronavirus 2019 agravará esta problemática y sus consecuencias asociadas. En los niños, la desnutrición deja secuelas y trastornos tanto a corto como a largo plazo. La desnutrición aguda en los niños se clasifica según el grado de emaciación. Se estima que más de 30 millones de niños en todo el mundo padecen desnutrición aguda moderada. Las terapias nutricionales existentes para las formas de desnutrición moderada y grave tendrían eficacia limitada. Los niños con niveles altos de desnutrición tienen defectos en el desarrollo de su microbiota intestinal, en comparación con los niños sanos. Las terapias nutricionales dirigidas a la microbiota intestinal han demostrado resultados prometedores en niños desnutridos. El estudio de la taxonomía bacteriana permite definir la gravedad de las perturbaciones de la microbiota en niños con desnutrición moderada o grave no tratada, así como caracterizar la naturaleza incompleta de la reparación de la microbiota que tiene lugar cuando estos niños reciben alimentos terapéuticos existentes. Diversos estudios indican que cambiar la composición de la microbiota intestinal podría favorecer el crecimiento y desarrollo en niños desnutridos.

El objetivo de la presente investigación fue comparar los efectos de un prototipo de alimento complementario dirigido a la microbiota (MDCF-2, por su sigla en inglés) y un alimento complementario listo para usar (RUSF, por su sigla en inglés) en niños con desnutrición aguda moderada.

 

Métodos

El presente trabajo se realizó en un asentamiento urbano conocido como Mirpur, ubicado en Dhaka, Bangladesh, entre noviembre de 2018 y diciembre de 2019. Se incluyeron niños y niñas con desnutrición aguda moderada que tenían entre 12 y 18 meses de edad. Los participantes fueron aleatorizados para recibir MDCF-2 o RUSF. La densidad calórica de MDCF-2 es menor que la de RUSF (204 kcal frente a 247 kcal por dosis diaria de 50 g). La suplementación se administró dos veces al día (dosis de 25 g) durante tres meses. Las características antropométricas se midieron cada 15 días y los datos sobre las complicaciones de salud se documentaron diariamente. Además, se registraron los efectos adversos. Se recomendó a las madres que continuaran con lactancia materna y alimentación complementaria durante todo el estudio.

Después de completar tres meses de la intervención, los niños regresaron a su rutina de alimentación normal, pero continuaron siendo monitorizados. Se recogieron muestras fecales y datos antropométricos un mes después de la interrupción del tratamiento. Los criterios de valoración fueron la tasa semanal de cambio en el puntaje z del peso para la talla, el puntaje z del peso para la edad, la circunferencia del brazo, el puntaje z de la talla para la edad, las complicaciones médicas, el perfil proteómico plasmático y la configuración de la microbiota intestinal. Se compararon los cambios en el crecimiento ponderal entre los dos grupos utilizando modelos lineales de efectos mixtos. Además, se analizaron los cambios en los niveles de proteínas plasmáticas y se cuantificaron los efectos del aporte suplementario en la configuración de la comunidad microbiana.

 

Resultados

De los 123 niños que fueron aleatorizados, 61 fueron asignados para recibir MDCF-2 y 62 para recibir RUSF. La media de edad de los niños fue de 15.4 meses. Un total de 59 niños de cada grupo completaron la intervención de tres meses y el seguimiento posterior de un mes. Las características antropométricas y sociodemográficas basales de los niños eran similares en los dos grupos. Además, durante el período de intervención de tres meses, la media del porcentaje de la dosis diaria de 50 g de suplemento que los niños consumieron fue similar en el grupo MDCF-2 y en el grupo RUSF.

Al finalizar el período de intervención de tres meses, los niños del grupo MDCF-2 tuvieron mejores resultados que los del grupo RUSF con respecto al promedio del cambio semanal en el puntaje z de peso para la talla (0.021, intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 0.014 a 0.029 frente a 0.010, IC 95%: 0.003 a 0.017; diferencia entre grupos de 0.011, IC 95%: 0.001 a 0.021) y el puntaje z del peso para la edad (0.017, IC 95%: 0.012 a 0.022 frente a 0.010, IC 95%: 0.004 a 0.015; diferencia entre grupos de 0.008, IC 95%: 0.001 a 0.015). Esto indicaría una tasa de crecimiento más rápida entre los niños que recibieron MDCF-2 que entre los que recibieron RUSF.

En total, 75 proteínas plasmáticas tuvieron una correlación significativa (positiva o negativa) con el cambio en el puntaje z de peso por longitud (Q < 0.10). Las proteínas que se correlacionaron positivamente con el cambio en la puntuación z de peso por longitud se enriquecieron significativamente (Q < 0.10) para los mediadores del crecimiento óseo y la osificación. Las proteínas correlacionadas también se enriquecieron para el desarrollo del sistema nervioso central (SNC). Las proteínas que tenían una correlación negativa con el crecimiento ponderal se enriquecieron significativamente para los reactantes de fase aguda y los actores de la activación inmunitaria. Un total de 714 proteínas tenían niveles significativamente más altos o más bajos (Q < 0.10) después del aporte suplementario con MDCF-2 de tres meses, en contraste con 82 proteínas que mostraron alteraciones significativas después del tratamiento con RUSF.

Las proteínas que demostraron aumentos después de tres meses de aporte suplementario con MDCF-2 se enriquecieron significativamente para el conjunto de 70 proteínas que se correlacionaron positivamente con el cambio en el puntaje z de peso por longitud (p < 0.001), en contraste con las proteínas que demostraron aumentos después del aporte suplementario con RUSF (p = 0.11). Los mediadores del crecimiento óseo, el neurodesarrollo y la inflamación distinguieron los efectos de la intervención nutricional MDCF-2 de los de RUSF.

Los ensayos cuantitativos de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) no demostraron diferencias significativas entre los tratamientos en la representación de 23 enteropatógenos bacterianos, virales y protozoarios. En el grupo de pacientes que recibieron MDCF-2 se identificaron en total 21 taxones bacterianos asociados que se correlacionaron positivamente con el puntaje z de peso por longitud. El análisis entre las características del proteoma plasmático y los miembros de la microbiota intestinal reveló que los niveles de estos 21 taxones tenían correlación con las 70 proteínas plasmáticas que se asociaron positivamente con cambios en los puntajes z de peso por longitud.

Durante el período de seguimiento luego de la interrupción del tratamiento, los puntajes z de peso por talla disminuyeron en ambos grupos, pero la disparidad entre los grupos en esta valoración se había vuelto aún más pronunciada.

 

Discusión

La desnutrición infantil es un problema grave que altera el crecimiento y el desarrollo. Además, provoca cambios metabólicos que predisponen a que el niño sufra diversas enfermedades crónicas en el futuro. Las terapias nutricionales actuales no han demostrado ser ampliamente eficaces, por lo que se necesitan nuevos enfoques terapéuticos; entre estos se encuentran las terapias dirigidas a la microbiota intestinal. En niños con desnutrición aguda moderada, la MDCF-2 parece inducir cambios más grandes en los mediadores de las proteínas plasmáticas del crecimiento óseo, el neurodesarrollo y la inflamación, y una reparación más completa de la microbiota intestinal en comparación con la RUSF. La administración de MDCF-2 a niños desnutridos promueve el surgimiento de una microbiota en desarrollo normal vinculada con el crecimiento y el desarrollo. Además, está asociada con un aumento de la concentración de proteínas plasmáticas vinculadas con el crecimiento óseo, el desarrollo del músculo esquelético, el crecimiento axonal y el desarrollo del SNC. Será necesario realizar ensayos más grandes en regiones geográficas dispares para evaluar aún más la eficacia de este enfoque terapéutico para tratar la desnutrición infantil. Los biomarcadores de plasma y microbiota que se identificaron en el presente estudio deberían ayudar a permitir una mejor caracterización y estratificación de los participantes en futuras intervenciones.

 

Conclusiones

En niños pequeños con desnutrición aguda moderada, la administración de MDCF-2 induce cambios plasmáticos y en la microbiota intestinal asociados con el crecimiento y el desarrollo. Los hallazgos del presente estudio respaldan el MDCF-2 como suplemento dietario para niños pequeños con desnutrición aguda moderada y brindan información sobre los mecanismos por los cuales esta manipulación dirigida de los componentes de la microbiota puede estar relacionada con el crecimiento.



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