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Introducción
La pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por su sigla en inglés), causada por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2), se asoció con consecuencias, directas e indirectas, muy desfavorables sobre los sistemas de salud. Entre otros efectos, los controles médicos ambulatorios y las sesiones de rehabilitación kinesiológica y fonoaudiológica se suspendieron con el objetivo de reducir las conglomeraciones en las instituciones, y de reasignar los recursos de salud en respuesta a la emergencia sanitaria. Al mismo tiempo, las campañas de información masivas que impulsaron el aislamiento social y las restricciones en los traslados no se acompañaron de educación para la identificación de aquellos motivos de consulta que constituyen urgencias médicas y cuya asistencia no debe demorarse.
La Unidad de Accidente Cerebrovascular (ACV) del Sanatorio Güemes, Buenos Aires, Argentina, recibe pacientes con enfermedades neurovasculares agudas y les brinda asistencia interdisciplinaria.
Al momento del alta, a todos los pacientes se les asigna un turno en consultorio externo, para el seguimiento de los factores de riesgo vascular y de las secuelas neurológicas, entre otros objetivos. Los pacientes también son derivados para rehabilitación física, ocupacional, cognitiva, psicológica y fonoaudiológica de acuerdo con el requerimiento de cada uno. Esta sistemática se vio interrumpida con el inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO). Las guías internacionales y nacionales de rehabilitación presenciales para sobrevivientes del ACV se fundamentan en estrategias de abordaje interdisciplinario, sostenido y personalizado que difieren en el alcance y en las herramientas que permite la telemedicina y la telerrehabilitación. El objetivo del presente estudio fue describir la experiencia en la Unidad de ACV, en relación con el seguimiento ambulatorio con soporte telemédico de los pacientes externados durante los primeros 45 días del ASPO, en el contexto de la pandemia de COVID-19.
Pacientes y métodos
El estudio descriptivo prospectivo de corte transversal incluyó a 42 pacientes que egresaron de su internación en la Unidad de ACV en los días previos al inicio del período de ASPO y en los primeros 45 días. Se define a la prevención secundaria como el abordaje integral para control de factores de riesgo vascular y del riesgo de recurrencia del ACV, mientras que la rehabilitación es el conjunto de medidas sociales, educativas y profesionales destinadas a que el paciente, en situación de discapacidad, recupere la mayor capacidad e independencia posible.
Ante la dificultad de mantener el seguimiento ambulatorio, se consultaron guías sobre teleconsulta y telerrehabilitación, y se creó un grupo de WhatsApp en el que se incluyeron a los pacientes y familiares que tuvieron una internación reciente en el servicio y que pudieran utilizar esta tecnología.
Los pacientes externados durante el período de ASPO, entre las 24 horas y las 48 horas del egreso, fueron contactados mediante videollamada para constatar que las indicaciones realizadas durante su internación, respecto a prevención de caídas, ayuda a marcha prescripta, adaptaciones en el hogar sugeridas y ejercicios indicados, fuesen adecuadas al desempeño funcional del paciente. El seguimiento se mantuvo con la misma metodología: videos educativos, envío de archivos de ejercicios en formato PDF y videollamadas, según demanda y en función del inicio de rehabilitación por parte de los profesionales de su cobertura de salud o kinesiólogo particular. Las consultas iniciales fueron para la solicitud de recetas; sin embargo, con la extensión del periodo de ASPO se incorporaron consultas de seguimiento para control general, monitoreo terapéutico, promoción de medidas preventivas de cuidados respiratorios y de cumplimiento del esquema de vacunación. Se dieron pautas de alarma y, en casos particulares, se enviaron solicitudes para la realización de estudios complementarios. Los pacientes incluidos en el seguimiento tenían independencia funcional (puntaje 0 a 2 en la escala de Rankin modificada - mRS). A partir de las consultas puntuales surgidas por mensaje de texto y durante las videollamadas de monitoreo, se identificaron a los enfermos que requerían mayor orientación respecto a pautas de rehabilitación, para lo que se programaron videollamadas con el fin de diseñar esquemas terapéuticos personalizados a través de ejercicios por video de demostración, materiales gráficos y aplicaciones de celulares.
Resultados
De los 42 pacientes seleccionados, seis (14%) fueron excluidos; los 32 restantes (76%) accedieron a continuar con el seguimiento remoto y fueron incluidos en la descripción. La edad promedio fue de 59 años, y 14 pacientes (45%) tenían más de 45 años. Se detectaron interrupciones del tratamiento farmacológico indicado en seis (19%) de los participantes, esencialmente por trastornos gastrointestinales leves. Mediante la intervención temprana se logró que el 100% de los participantes cumplieran el tratamiento médico; los objetivos terapéuticos se alcanzaron en la totalidad de pacientes.
Se hizo hincapié en la importancia de los controles de presión arterial y, en caso de ser diabéticos, de la glucemia. Además, se fomentó la adhesión a las pautas de alimentación y de cumplimiento de esquemas de vacunación.
No se presentaron recurrencias de ACV. Respecto a la rehabilitación, se detectaron abandonos de pautas prescriptas por dificultad en el acceso al seguimiento ambulatorio, en la comprensión, por la complejidad de estas o por falta de motivación.
La eficacia de la rehabilitación neurológica se evaluó a los 30 días con la mRS y con la escala de percepción de estado de salud. No se observaron modificaciones significativas en el estado funcional al mes del seguimiento respecto al inicial; sin embargo, se encontraron altos niveles de percepción del estado de salud, con lo cual se facilitó la adhesión a las pautas terapéuticas propuestas. Un total de 29 enfermos (91%) refirieron estar muy contentos o contentos con la explicación recibida por parte de los profesionales, 30 (95%) refirieron comprender adecuadamente las indicaciones terapéuticas, 28 (89%) valoraron la posibilidad de plantear inquietudes y 30 (95%) expresaron conformidad con la calidad general de atención recibida, 29 (91%) manifestaron resolver sus demandas. Los 32 pacientes (100%) mostraron disponibilidad para continuar con seguimiento remoto.
Conclusión
Los resultados del presente estudio indican que la telemedicina es una metodología accesible y de bajo costo que podría ser utilizada en instituciones de salud que traten enfermedades neurovasculares. En esta ocasión, se obtuvieron excelentes resultados en pacientes asistidos en una unidad de ACV, sometidos a rehabilitación individualizada y seguimiento remoto.
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