Resúmenes amplios

COVID-19 EN NIÑOS CON ENFERMEDAD LEVE E INFECCIÓN ASINTOMÁTICA: EVOLUCIÓN POSAGUDA


Melbourne, Australia:
En la cohorte pediátrica referida en esta ocasión, el 8% de los niños presentaron síntomas luego de la fase aguda; todos ellos habían tenido COVID-19 sintomática. Las secuelas más comunes fueron la tos leve posviral, la fatiga o ambos síntomas. La recuperación completa tuvo lugar semanas después del inicio de los síntomas; las manifestaciones clínicas referidas fueron de intensidad leve.

The Lancet Child & Adolescent Health 1-2

Autores:
Tosif S

Institución/es participante/s en la investigación:
Royal Children´s Hospital Melbourne

Título original:
Post-acute COVID-19 Outcomes in Children with Mild and Asymptomatic Disease

Título en castellano:
Evolución Posaguda de COVID-19 en Niños con Enfermedad Leve e Infección Asintomática

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.89 páginas impresas en papel A4

Introducción

Se dispone de poca información acerca de la evolución clínica de niños con enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés), sobre todo para los pacientes con COVID-19 leve o infección asintomática. Los estudios realizados con adultos mostraron que pueden aparecer complicaciones y secuelas a largo plazo en múltiples órganos, incluso después de COVID-19 leve. El objetivo del presente estudio fue describir la evolución clínica a mediano plazo, 3 a 6 meses después del diagnóstico de COVID-19 en niños asistidos en un hospital de nivel terciario.

Pacientes y métodos

Fueron seguidos pacientes de 18 años menos, en un centro especializado para el seguimiento de COVID-19 en el Royal Children's Hospital (RCH) de Melbourne, Australia, entre 21 de marzo de 2020 y 17 de marzo de 2021. Los pacientes tenían antecedente de infección confirmada por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2).

Con formularios estandarizados se recogió información sobre los síntomas de COVID-19 aguda, los factores de riesgo de la transmisión, los antecedentes clínicos y los síntomas posteriores a la fase aguda de la enfermedad (disnea, fatiga, exantemas, dolor abdominal). La gravedad de COVID-19 se definió según los criterios de la Organización Mundial de la Salud.

Resultados

Fueron evaluados 171 niños de 137 hogares. La mayoría de los casos de COVID-19 (136 de 171, 80%) se identificaron entre julio y agosto de 2020, en coincidencia con el pico epidemiológico de la enfermedad en la ciudad. Hasta el 17 de marzo de 2021 se refirieron 3285 casos de COVID-19 en niños y adolescentes (0 a 19 años) en Victoria.

La cohorte para el estudio abarcó 171 niños (mediana de 3 años; rango intercuartílico [RIC]: 1 a 8): 90 (53%) niños y 81 (47%) niñas. La mayoría de los pacientes presentó enfermedad leve (100 [58%]) o infección asintomática (61 [36%]); nueve pacientes (5%) tuvieron enfermedad de gravedad moderada.

Las pocas internaciones (14 [8%] niños) fueron por lo general de corta duración, para observación e hidratación. Un paciente (1%) con cardiopatía congénita compleja presentó neumonitis grave por COVID-19 con insuficiencia respiratoria aguda. Dos pacientes (1%) presentaron síndrome inflamatorio posagudo, temporalmente asociado con la infección por SARS-CoV-2: un niño de 7 años con síndrome inflamatorio multisistémico que requirió internación en unidades de cuidados intensivos, y un niño de 11 meses con enfermedad de Kawasaki.

Se dispuso de datos para el seguimiento entre 3 y 6 meses después de COVID-19 aguda para 151 de 171 pacientes (88%); 54 de ellos (36%) habían tenido infección asintomática, y 97 (64%) habían presentado manifestaciones clínicas leves, moderadas o graves en el contexto de COVID-19 aguda. Doce pacientes (8%) presentaron síntomas luego de la fase aguda; todos ellos habían tenido COVID-19 sintomática. Las secuelas más comunes fueron la tos leve posviral (6 [4%] de 151 niños), la fatiga (3 [2%] niños) o ambos síntomas (1 [1%] niño).

La tos posviral tuvo una duración de entre 3 y 8 semanas, en tanto que la fatiga posviral persistió entre 6 y 8 semanas, desde el inicio de los síntomas. Al momento de la última valoración, en marzo de 2021, los 151 niños habían recuperado su estado basal de salud, con remisión de los síntomas posvirales.

Conclusión

Los resultados del presente estudio contrastan con la información disponible para la población adulta, en la cual se describieron complicaciones multisistémicas y una prevalencia alta de síntomas persistentes e importantes. Las complicaciones comunes en adultos incluyen las secuelas respiratorias y la fatiga persistente (disnea residual en el 11% al 43% de los enfermos, y fatiga en el 35% al 64% de los pacientes).

En la cohorte pediátrica referida en esta ocasión, la recuperación completa tuvo lugar semanas después del inicio de los síntomas; las manifestaciones clínicas referidas fueron de intensidad leve.

Debido a que el estudio se realizó en un único centro metropolitano de nivel terciario, los resultados podrían no ser aplicables a la totalidad de la población pediátrica con COVID-19. Además, se analizó un porcentaje alto de pacientes con infección asintomática (61 [36%] de 171 niños), un fenómeno que refleja las normativas gubernamentales de rastreo a los contactos asintomáticos cercanos de pacientes con COVID-19 confirmada. El seguimiento sólo tuvo una duración de 3 a 6 meses, con valoraciones clínicas. Se requieren más estudios para conocer con precisión la evolución clínica a largo plazo de COVID-19 en niños y adolescentes.

 



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