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Introducción
Aunque el curso de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés) ha resultado ser en la mayoría de los casos más leve en los niños que en los adultos, la infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2) en niños también puede causar neumonía, lo que eventualmente requiere hospitalización. Las características clínicas de la neumonía asociada con el SARS-CoV-2 en niños no están bien establecidas. Durante la pandemia de COVID-19, la mayoría de los casos de neumonía pediátrica se consideraron posiblemente atribuibles a infección por SARS-CoV-2, incluso aquellos que no tenían confirmación etiológica. La reacción en cadena de polimerasa (PCR) sigue siendo el estándar de oro para el diagnóstico del COVID-19, pero las pruebas serológicas tendrían mejor sensibilidad y especificidad lo que permitiría una mejor caracterización de la enfermedad y ayudaría a identificar a los pacientes que no fueron diagnosticados por PCR.
El objetivo del presente informe fue describir las características clínicas y microbiológicas de los niños hospitalizados con neumonía durante la primera ola de la pandemia en 2 centros de atención terciaria infantil en Madrid, España.
Métodos
Se incluyeron todos los niños menores de 16 años que fueron hospitalizados por neumonía confirmada radiológicamente durante el período de confinamiento por la pandemia de COVID-19, entre el uno de marzo y el 15 de mayo de 2020. Se excluyeron los pacientes con una enfermedad oncohematológica subyacente o que cumplían los criterios del síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico asociado temporalmente con el SARS-CoV-2. La neumonía se clasificó como típica o atípica. Los casos con PCR positiva por hisopado nasofaríngeo durante el ingreso y aquellos con inmunoglobulina (Ig)-G anti-SARS-CoV-2 positiva realizada al menos 6 semanas después del ingreso se consideraron neumonía asociada al SARS-CoV-2. Se obtuvieron hemocultivos en todos los pacientes. Además, se realizaron estudios microbiológicos adicionales de acuerdo con los criterios del médico, incluida la PCR para Bordetella pertussis y otros virus respiratorios, y serología para Mycoplasma pneumoniae o Chlamydia pneumoniae.
Las variables categóricas y continuas fueron comparadas mediante pruebas estadísticas. El valor de p < 0.05 se consideró estadísticamente significativo.
Resultados
Un total de 111 niños fueron incluidos. La mediana de edad fue de 33 meses, el 49.5% eran varones y el 15% presentaba afecciones médicas subyacentes (principalmente neurológicas). Los síntomas más frecuentes fueron fiebre (96.5%), tos (88%) y dificultad para respirar (56.8%). En 66.6% de los pacientes se registró una saturación de oxígeno por debajo del 93%. La radiografía de tórax demostró consolidación lobular en 65 niños (68%), patrón intersticial en vidrio esmerilado en 30 pacientes (27%) e infiltrados perihiliares en 16 casos (14%) con afectación bilateral en 43 casos (38.7%). Sesenta y seis casos se clasificaron como neumonía atípica (59.5%) y los 45 casos restantes (41.5%) como neumonía típica.
La detección de SARS-CoV-2 mediante PCR se realizó en todos menos 4 pacientes, con resultados positivos en 19/107 casos (17.7%). El estudio serológico del SARS-CoV-2 fue realizado en 98/111 (88%) participantes, una mediana de 75 días después de la hospitalización y 18/98 de estos participantes (18.3%) fueron seropositivos. Un total del 78% (14/18) de los niños con PCR positiva al ingreso fueron IgG positivos y el 22% (4/18) de estos niños no se seroconvirtieron. Ochenta de los 88 pacientes con PCR negativa se sometieron apruebas serológicas. La IgG fue positiva en 4 niños (5%) pero ninguno de ellos informó nuevos síntomas después del alta. Finalmente, 23 casos (20%) se consideraron atribuibles al SARS-CoV-2. Se identificó un agente bacteriano en 19 casos (17%). La PCR para virus respiratorios se llevó a cabo en 25 niños, con 11 (44%) resultados positivos. Se detectaron coinfecciones con SARS-CoV-2 en 4/23 (17%) pacientes. Los resultados de los estudios microbiológicos sugirieron una etiología probable en 47 casos (42%): 23 relacionados con SARS-CoV-2, 11 con Mycoplasma (excluyendo coinfecciones con SARS-CoV-2), 2 con S. pneumoniae, una con S. pyogenes y 10 con virus respiratorios.
En comparación con los casos no atribuidos al COVID-19, la mayoría de los casos de COVID-19 eran mayores y tenían un contacto estrecho familiar confirmado con mayor frecuencia. Los vómitos, el dolor de cabeza y la astenia se asociaron con el SARS-CoV-2. La rinorrea, la anosmia y el dolor abdominal fueron poco frecuentes en los niños con COVID-19. No se identificaron diferencias significativas en el patrón radiológico. Hasta 17% de los niños con neumonía COVID-19 (4 casos) presentaron derrame pleural y uno de ellos coinfección con S. pneumoniae. Este paciente y otro con infección única por SARS-CoV-2 y derrame pleural fueron ingresados en la unidad de cuidados intensivos pediátricos. La linfopenia y la trombopenia se asociaron significativamente con COVID-19, sin embargo, no se observó ningún aumento en los niveles de dímero D. La duración de la oxigenoterapia fue mayor en la neumonía asociada a COVID-19 (p = 0.023) pero no encontramos diferencias en la duración de la estadía hospitalaria. Ninguno de los pacientes murió.
Conclusiones
En la presente serie de casos de niños hospitalizados con neumonía durante la primera ola pandémica en España, solo 20% de los casos fueron finalmente atribuibles a la infección por SARS-CoV-2. El estudio serológico durante el seguimiento solo ayudó a detectar 4%. Otras etiologías fueron frecuentes, a pesar del confinamiento. La edad avanzada, la presencia de dolor de cabeza, vómitos, linfopenia y trombopenia se asociaron con neumonía por COVID-19, pero los niveles de dímero D no aumentaron. El resultado de salud fue en general bueno.
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