Introducción
La infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2), el agente etiológico de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), sigue siendo una amenaza para la salud pública de todo el mundo. Hasta la fecha, sólo remdesivir y dexametasona han sido de cierta eficacia en pacientes internados por COVID-19; asimismo, en un estudio preliminar, la infusión de un anticuerpo monoclonal aceleró la depuración viral en pacientes con COVID-19 ambulatorios. Al igual que en otras enfermedades virales, el tratamiento antiviral precoz podría mejorar la evolución clínica de la enfermedad. Sin embargo, en el caso de COVID-19 sólo unos pocos estudios han sido completados. Además, de reducir el riesgo de progresión, el tratamiento precoz podría acortar el tiempo de eliminación de virus, un factor decisivo en términos epidemiológicos.
Los interferones (IFN) son componentes del sistema inmune innato que se producen en respuesta a las infecciones virales; los IFN inducen la expresión de genes con propiedades antivirales, antiproliferativas e inmunomoduladoras. El amplio espectro de genes activados por los IFN limita considerablemente el riesgo de aparición de resistencia. En consecuencia, los IFN podrían ser fármacos útiles para el tratamiento de infecciones por nuevos virus.
Los IFN lambdas (IFN-l) o interferones de tipo III inducen un estado antiviral similar al que se genera en respuesta a los IFN alfa o beta; sin embargo, utilizan un complejo de receptor diferente que se expresa fuertemente en las células epiteliales de pulmón, en hígado y en intestino, de modo que su administración se asocia con menos efectos adversos sistémicos.
El IFN-l 1 controla las infecciones virales respiratorias sin riesgo de inducir síndrome de “tormenta de citoquinas”, como se observó en ratones tratados con IFN de tipo 1. Además, el IFN-l inhibe la replicación de SARS-CoV-2 en cultivos celulares y en modelos murinos.
El peginterferón lambda (P-IFN-l), es un preparado de interferón lambda-1 de acción prolongada; ha sido evaluado en más de 3000 pacientes con hepatitis virales; la eficacia fue similar a la que se obtuvo con IFN-alfa, pero con un mejor perfil de tolerabilidad.
La fuerte eficacia in vitro e in vivo de IFN-l contra SARS-CoV-2 avala el estudio de este agente para el tratamiento de COVID-19; en este escenario, el objetivo del presente estudio fue analizar la eficacia de una única dosis de P-IFN-l de 180 µg por vía subcutánea, respecto de placebo, en pacientes ambulatorios con COVID-19.
Pacientes y métodos
Para el presente estudio aleatorizado, a doble ciego y controlado con placebo se reclutaron enfermos ambulatorios asistidos en 6 centros de Toronto, Canadá, entre 18 de mayo y 4 de septiembre de 2020. Los pacientes debían tener infección por SARS-CoV-2 confirmada por reacción en cadena de la polimerasa (PCR por su sigla en inglés) en muestras de hisopado nasofaríngeo y síntomas de menos de 7 días de duración; también se incluyeron pacientes asintomáticos, con infección confirmada.
Los participantes fueron aleatoriamente asignados (1:1) a una única dosis de P-IFN-l de 180 µg por vía subcutánea o placebo, en el transcurso de los primeros 7 días que siguieron al inicio de los síntomas o en el momento de la primera prueba diagnóstica positiva, en los enfermos asintomáticos. El criterio principal de valoración fue el porcentaje de pacientes con resultados negativos para ARN de SARS-CoV-2 al séptimo día del tratamiento, en la población con intención de tratamiento. Se realizó análisis especificado de antemano de regresión logística con ajuste según la carga viral basal. El estudio ha sido completado.
Resultados
Entre 18 de mayo y 4 de septiembre de 2020 fueron reclutados 30 pacientes para cada uno de los dos grupos. La declinación de la carga de ARN de SARS-CoV-2 fue más importante en los pacientes tratados con P-IFN-l, en comparación con los sujetos asignados a placebo, desde el tercer día en adelante, con diferencia de 2.42 log copias por ml al séptimo día (p = 0.0041).
Al día 7, el 80% de los enfermos tratados con P-IFN-l (n: 24) no tuvieron carga viral detectable, en comparación con el 63% (n: 19) de los pacientes del grupo control (p = 0.15). Luego de considerar la carga viral basal, los pacientes que recibieron P-IFN-l tuvieron más probabilidades de tener carga viral no detectable al séptimo día, en comparación con los enfermos del grupo placebo (odds ratio [OR] de 4.12; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1.15 a 16.73; p = 0.029).
Entre los enfermos con carga viral basal superior a 106 copias por ml, 15 (79%) de 19 pacientes tratados con P-IFN-l dejaron de tener virus detectable al séptimo día, en comparación con 6 de 16 enfermos (38%) en el grupo placebo (OR de 6.25; IC 95%: 1.49 31.06; p = 0.012).
El tratamiento con P-IFN-l se toleró bien; los efectos adversos fueron similares en los dos grupos; sin embargo, se comprobaron aumentos leves y transitorios de las aminotransferasas con mayor frecuencia en el grupo de P-IFN-l. Dos sujetos reunieron criterios para el aumento de grado 3 (1 en cada grupo); no se refirieron otros efectos bioquímicos de grado 3 o 4.
Conclusión
Los resultados del presente estudio demuestran que P-IFN-l acelera la depuración viral, especialmente en aquellos pacientes con carga viral basal alta. Estos hallazgos ponen de manifiesto la importancia de cuantificar la carga viral en los estudios de agentes antivirales para COVID-19. El tratamiento administrado precozmente en el curso de la enfermedad podría evitar la progresión clínica y acortar el período de contagio.
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