Introducción
Un amplio porcentaje de pacientes de Italia con enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés) presentó síntomas (71.4% de 31 845 casos confirmados hasta el 3 de junio de 2020). Las manifestaciones clínicas más frecuentes de COVID-19 incluyen la tos, la fiebre, la disnea, los síntomas musculoesqueléticos (dolor articular, mialgias y fatiga), los síntomas gastrointestinales y la anosmia o disgeusia. Existe poca información, sin embargo, en relación con la persistencia de los síntomas después de la recuperación. El objetivo del presente estudio fue determinar la persistencia de los síntomas en pacientes dados de alta por COVID-19.
Métodos
A partir de 21 de abril de 2020, la Fondazione Policlinico Universitario Agostino Gemelli IRCCS de Roma, Italia, estableció un servicio de atención ambulatoria para pacientes que habían sido internados por COVID-19 y dados de alta. En el servicio fueron controlados todos los pacientes que reunieron los criterios de la Organización Mundial de la Salud para interrumpir la cuarentena, o sea ausencia de fiebre durante 3 días consecutivos, y dos pruebas de reacción en cadena de la polimerasa por transcripción inversa (TR-PCR por su sigla en inglés) con resultados negativos para el virus del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2), separadas entre sí por 24 horas. En el momento del reclutamiento para el estudio se repitió la RT-PCR y se incluyeron los pacientes con resultados negativos.
Se tuvieron en cuenta los antecedentes clínicos y farmacológicos, los hábitos de vida, el estado de vacunación y los hallazgos en el examen físico. Mediante cuestionarios estandarizados se recogió información acerca de síntomas específicos; los enfermos refirieron la presencia de diversas manifestaciones clínicas durante la fase aguda de la enfermedad y su persistencia luego de la recuperación. La calidad de vida se determinó con el EuroQol, antes de la enfermedad y en cada momento de valoración posterior.
Resultados
Entre 21 de abril y 29 de mayo de 2020 se analizaron 179 pacientes que habían presentado COVID-19 y que se registraron en el sistema de vigilancia posterior a la enfermedad aguda; 14 enfermos no aceptaron participar en el estudio y en 22, la RT-PCR mostró resultados positivos, de manera que la muestra final para los análisis estuvo integrada por 143 pacientes.
La edad promedio de los enfermos fue de 56.5 años (19 a 84 años) y el 37% (n: 53) eran mujeres. Durante la internación, el 72.7% de los pacientes presentó indicios sugestivos de neumonía intersticial. La duración promedio de la internación fue de 13.5 días; 21 enfermos (15%) requirieron ventilación no invasiva, y 7 pacientes (5%) necesitaron asistencia ventilatoria mecánica.
Los pacientes fueron evaluados, en promedio, 60.3 días después del inicio de los primeros síntomas de COVID-19; en el momento de la valoración, sólo 18 pacientes (12.6%) estaban completamente libres de cualquier manifestación clínica relacionada con COVID-19, en tanto que el 32% de los pacientes presentaron 1 o 2 síntomas y el 55% refería 3 síntomas o más. Sin embargo, ningún paciente presentaba fiebre o signos o síntomas de enfermedad aguda. El 44.1% de los enfermos refirió deterioro de la calidad de vida.
La fatiga fue uno de los síntomas persistentes más frecuentes, referida por el 53.1% de los enfermos; le siguieron en frecuencia la disnea (43.4%), el dolor articular (27.3%) y el dolor torácico (21.7%).
Conclusión
Los resultados del presente estudio demuestran que luego de la recuperación de COVID-19, la mayoría de los enfermos (87.4%) refiere persistencia de al menos un síntoma, especialmente fatiga y disnea. La falta de información acerca de los síntomas antes de COVID-19 y sobre la gravedad de las manifestaciones clínicas fueron limitaciones importantes del estudio. Además, la investigación se llevó a cabo en un único centro, incluyó un número relativamente reducido de pacientes y no se consideró un grupo control de enfermos internados por otros motivos. De hecho, los pacientes con neumonía adquirida en la comunidad también presentan, con frecuencia, síntomas persistentes, de modo que este fenómeno podría no ser exclusivo de COVID-19. Los hallazgos ponen de manifiesto la necesidad de que los enfermos con COVID-19 sean controlados después de la fase aguda de la enfermedad.
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