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Introducción
El coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés) se transmite por exposición a portadores asintomáticos o pacientes con enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés). A medida que los casos de COVID-19 continúan aumentando en todo el mundo, aumentan las preocupaciones sobre los riesgos de transmisión del SARS-CoV-2 a los trabajadores de la salud involucrados en la atención directa del paciente. Los trabajadores de la salud involucrados en procedimientos de generación de aerosoles, como la intubación traqueal, podrían tener un mayor riesgo de adquirir COVID-19. Sin embargo, se desconoce la magnitud de este riesgo. Se han implementado intervenciones como el uso apropiado de equipo de protección personal (EPP) y técnicas de procedimiento específicas. Los trabajadores de la salud con sospecha o confirmación de COVID-19 requieren autoaislamiento y pueden necesitar hospitalización.
El objetivo del presente estudio fue determinar la incidencia y los factores de riesgo para adquirir COVID-19 en trabajadores de la salud después de su participación en la intubación traqueal de pacientes con COVID-19.
Métodos
Los autores del presente estudio prospectivo de cohorte multicéntrico reclutaron a trabajadores de la salud de 17 países que participaron en la intubación traqueal de pacientes con COVID-19 sospechado o confirmado. Debido a la variación internacional en las pruebas de pacientes y al cambio de las definiciones de casos de pacientes en diferentes puntos durante la pandemia, los participantes informaron el estado COVID-19 de los pacientes que requieren intubación traqueal (ya sea sospechado o confirmado) según la convención local. La información sobre los episodios de intubación traqueal, el uso del EPP y el estado de salud posterior de los trabajadores de la salud se recopiló mediante autoinforme. El criterio principal de valoración fue la incidencia de diagnóstico de COVID-19 confirmado por laboratorio o nuevos síntomas que requieren autoaislamiento u hospitalización después de un episodio de intubación traqueal. El tiempo de seguimiento se definió como el tiempo transcurrido entre la primera intubación traqueal informada y el primer resultado positivo relacionado con COVID-19, o el último seguimiento si no se informaron resultados positivos relacionados con COVID-19. Las estimaciones de Kaplan-Meier de las incidencias acumulativas tanto del criterio de valoración primario como de sus componentes durante el seguimiento se tabularon a los 7, 14 y 21 días y se resumió la frecuencia y la proporción de los síntomas informados. El análisis de regresión de Cox examinó las asociaciones entre el criterio principal de valoración y las características del trabajador de la salud, los factores relacionados con el procedimiento y el uso del EPP. No se realizaron ajustes para las pruebas múltiples y, por lo tanto, todos los análisis deben considerarse exploratorios. Para investigar sí la realización de un mayor número de intubaciones traqueales condujo a una mayor incidencia del resultado primario, se compararon las curvas de Kaplan-Meier de la primera, segunda y tercera intubación traqueal.
Resultados
Entre el 23 de marzo y el 2 de junio de 2020, 1718 trabajadores de la salud de 503 hospitales en 17 países informaron 5148 episodios de intubación traqueal. Los participantes registraron una mediana de 2 intubaciones traqueales. Las 3 indicaciones más frecuentes para realizar la intubación traqueal fueron insuficiencia respiratoria (3666, 67.1%), anestesia general para cirugía (714, 13.1%) e intercambio de tubo traqueal (308, 5,6%). Aproximadamente la mitad de las intubaciones traqueales informadas se realizaron en unidades de cuidados críticos (2783, 50.9%). La mayoría (4800, 87.9%) de las intubaciones traqueales fueron realizadas por trabajadores de la salud que usaban el EPP conforme a las normas mínimas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud para procedimientos de generación de aerosol. Las combinaciones específicas de EPP variaron entre los participantes. El uso de máscaras de respirador varió geográficamente. Entre los participantes, la mediana de seguimiento desde la primera intubación traqueal informada fue de 32 días. Un total de 184 participantes (10.7%) cumplieron con el criterio principal de valoración, de los cuales 144 (8.4%) informaron autoaislamiento sintomático, 53 (3.1%) informaron infección por COVID-19 confirmada por laboratorio y 2 (0.1%) participantes informaron ingreso hospitalario con síntomas de COVID-19. Los síntomas de COVID-19 notificados con mayor frecuencia entre aquellos con un resultado primario fueron fatiga (60.3%), tos (55.4%) y dolor de garganta (54.4%). La incidencia acumulada a los 7, 14 y 21 días del primer episodio de intubación traqueal fue del 3.6%, 6.1% y 8.5%, respectivamente. El riesgo del criterio principal de valoración varió según el país y fue mayor en las mujeres, pero no se asoció con otros factores. La tasa de riesgo para el criterio principal de valoración parecía razonablemente constante en el tiempo a partir de la intubación traqueal.
Conclusiones
Alrededor de uno de cada 10 trabajadores de la salud involucrados en la intubación traqueal de pacientes con sospecha o confirmación de COVID-19 habría informado posteriormente un resultado de COVID-19. Esta información debería servir la toma de decisiones y la planificación de la prestación segura y sostenible de servicios de salud en todo el mundo. Estudios adicionales deberían centrarse en la detección e identificación de intervenciones para reducir los riesgos para los trabajadores de la salud que brindan atención a pacientes con COVID-19. El aumento de la incidencia del criterio principal de valoración en las mujeres respalda futuras investigaciones sobre las diferencias de género para la transmisión de COVID-19 y la gravedad de la enfermedad.
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