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Introducción
La reciente y actual pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) provocada por el coronavirus 2 asociado al síndrome agudo respiratorio grave (SARS-CoV-2) fue descrita por primera vez en la provincia de Wuhan, China en noviembre de 2019. Desde entonces genera consecuencias catastróficas en cuanto a la salud por su contagiosidad y con tasas de mortalidad entre el 1% al 12%, y la economía. Si bien existe evidencia de que la carga de infección por COVID-19 en niños internados es inferior que en los adultos, hasta la fecha de publicación de este estudio, solo se contaba con informes limitados que describieron los casos de COVID-19 en unidades de cuidados intensivos pediátricas (UCIP). Dos estudios de observación iniciales provenientes de la provincia de Wuhan, China, informaron que los lactantes y los niños con poca frecuencia experimentan una enfermedad grave por COVID-19 en comparación con los adultos. El primero de ellos, recopiló los datos del Chinese Center for Disease Control and Prevention y encontró que solo el 1.3% de los 72314 pacientes con diagnóstico de COVID-19 eran menores de 20 años. En un informe posterior que comprendió 171 niños menores de 16 años internados en la provincia de Wuhan, solo 3 debieron internarse ​​en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y 1 falleció. La gravedad general de la enfermedad en los niños fue significativamente más leve que en los adultos. Un informe semanal de morbilidad y mortalidad de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de los EEUU, publicado el 6 de abril de 2020, informó que el 1.7% de aproximadamente los 150000 casos conocidos de infección por COVID-19 en los EEUU correspondían a los niños. De los 2572 casos pediátricos, 15 fueron internados en UCI y 3 murieron. El objetivo de este ensayo fue proporcionar una descripción y caracterización tempranas de la infección por COVID-19 en las UCIP de América del Norte, centrándose en el modo de presentación, la presencia de comorbilidades, la gravedad de la enfermedad, las intervenciones terapéuticas, el curso clínico y los desenlaces iniciales.
Métodos
El diseño del estudio fue transversal. Se revisaron retrospectivamente las historias clínicas de los pacientes pediátricos con diagnóstico de infección confirmada de COVID-19, internados en 46 UCIP de América del Norte (40 en los EEUU y 6 en Canadá) entre el 14 de marzo y el 3 de abril de 2020, con seguimiento hasta el 10 de abril de 2020. Los principales criterios de valoración fueron las características prehospitalarias, el curso clínico y los desenlaces hospitalarios de niños los niños internados en UCIP con infección confirmada por COVID-19.
Los resultados son descriptivos y se presentan como números absolutos y porcentajes o como medianas y rangos intercuartiles, según corresponda.
Resultados
De los 48 niños con COVID-19 internados en las UCIP participantes (14 UCIP en los EEUU y ninguna en Canadá), 25 (52%) fueron varones y la mediana (rango) de edad fue de 13 años (4.2-16.6) años. Cuarenta pacientes (83%) tenían comorbilidades preexistentes significativas; 35 (73%) presentaron síntomas respiratorios, 11 (23%) tuvieron insuficiencia de 2 o más sistemas de órganos, 18 (38%) requirieron ventilación invasiva y 1 (2%) requirió oxigenación por membrana extracorpórea. Se utilizaron terapias dirigidas en 28 pacientes (61%) y la más utilizada fue la hidroxicloroquina, ya sea sola (11 pacientes) o en combinación (10 pacientes). Al finalizar el período de seguimiento, 2 pacientes (4%) habían muerto y 15 (31%) seguían internados, 3 de ellos con requerimiento de asistencia respiratoria y 1 de oxigenación por membrana extracorpórea. La mediana (rango) de la duración de la internación UCIP y de la estadía hospitalaria para aquellos que fueron dados de alta fueron de 5 (3-9) días y 7 (4-13) días, respectivamente.
Discusión y conclusión
Comentan los autores que, en concordancia con los pocos informes iniciales existentes sobre COVID-19 en niños, en este estudio se encontró que el curso clínico de la enfermedad es mucho menos grave y que los desenlaces hospitalarios en los niños críticos fueron mejores que en los adultos. Similar a lo informado en adultos, en esta serie, las comorbilidades prevalecieron en más del 80% de los casos. Como era esperable, la mayoría de los pacientes pediátricos incluidos presentaron síntomas respiratorios, pero el porcentaje relativo con esta presentación (73%) parece ser inferior a una serie de casos publicada en adultos críticos de Seattle, Washington en la cual todos los pacientes internados en UCI tuvieron insuficiencia respiratoria hipoxémica aguda. Similar a la experiencia en los adultos hasta la fecha de publicación de este estudio, la hidroxicloroquina fue el tratamiento más utilizado, ya sea sola o en combinación con 1 o más agentes, como azitromicina, el antiviral remdisivir y el anticuerpo contra el receptor de interleucina-6 tocilizumab. Por último, destacan que la carga general de infección por COVID-19 en niños sigue siendo relativamente baja en comparación con la gripe estacional.
En conclusión, este informe preliminar describe la carga de infección por COVID-19 en las UCIP de América del Norte y confirma que la enfermedad grave en los niños es significativa pero mucho menos frecuente que en los adultos. Las comorbilidades prehospitalarias parecen ser un factor importante en los niños.