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Introducción
COVID-19 es una enfermedad respiratoria aguda causada por el síndrome respiratorio agudo grave por coronavirus 2 (SARS-CoV-2). Desde su brote en China en diciembre de 2019, al 21 de abril de 2020 se confirmaron más de 2 573 143 casos en todo el mundo. En la mayoría de los países no se dispone de pruebas diagnósticas a gran escala, por lo que es importante identificar la combinación de síntomas más predictivos de COVID-19, para ayudar a guiar las recomendaciones para el autoaislamiento y prevenir una mayor propagación de la enfermedad.
Los informes de casos y los artículos de los principales medios de comunicación de varios países indican que varios pacientes con diagnóstico de COVID-19 presentan anosmia, incluso en ausencia de otros síntomas, por lo cual este síntoma se podría utilizar como medio de detección para ayudar a identificar a las personas con posibles casos leves.
El objetivo del estudio fue investigar si la pérdida de olfato y el sabor es específica de COVID-19 entre los individuos que utilizaron una aplicación para el rastro de síntomas.
Métodos
La aplicación para teléfonos inteligentes COVID Symptom Study (anteriormente conocida como COVID Symptom Tracker) fue elaborada por Zoe Global, en colaboración con el King’s College London and Massachusetts General Hospital. Se lanzó en el Reino Unido el 24 de marzo de 2020 y en los EE.UU. el 29 de marzo de 2020. Después de 3 semanas, había alcanzado 2 618 862 usuarios. La aplicación recopila datos de individuos asintomáticos y sintomáticos y realiza un seguimiento en tiempo real de la progresión de la enfermedad mediante el registro diario de información de salud comunicada por las personas.
Resultados
Entre el 24 de marzo y el 21 de abril de 2020, 2 450 569 personas del Reino Unido y 168 293 de los EE.UU. informaron síntomas a través de la aplicación. De los participantes en el Reino Unido, 789 083 (32.2%) indicaron tener uno o más síntomas potenciales. A 15 638 usuarios del Reino Unido y a 2 763 de los EE.UU. se les realizó una RT-PCR. En la cohorte del Reino Unido, 6 452 dieron positiva y 9 186 una negativa, de los 6 452 que dieron positivo, 4 178 (64.76%) informaron pérdida de olfato y sabor, en comparación con 2 083 de 9 186 participantes (22.68%) que dieron negativo (odds ratio [OR] = 6.40; intervalo de confianza (IC) del 95% = 5.96–6.87; P < 0.0001 después de ajustar por edad, sexo e índice de masa corporal [IMC]). Se reprodujo este resultado en el subconjunto de participantes de EE.UU., OR ajustado = 10.01; IC del 95% = 8.23–12.16; P <0.0001, y se combinaron los resultados ajustados usando el metanálisis de efectos fijos de varianza inversa (OR = 6,74; IC 95% = 6,31–7,21; P <0,0001).
Además, se consultó por otras molestias para evaluar su asociación con la infección por SARS-CoV-2. Los diez síntomas consultados (fiebre, tos persistente, fatiga, dificultad para respirar, diarrea, delirio, comidas omitidas, dolor abdominal, dolor en el pecho y voz ronca) se asociaron con resultados positivos para COVID-19 en la cohorte del Reino Unido. En la cohorte estadounidense, sólo la pérdida del olfato y el gusto, la fatiga y las comidas omitidas se asociaron con un resultado positivo.
En la cohorte del Reino Unido los síntomas más fuertemente correlacionados con COVID-19, ajustando por edad, sexo e IMC, fueron pérdida de olfato y sabor, fatiga, tos persistente y pérdida de apetito; con estos síntomas se ideó un modelo de predicción de COVID-19. El valor obtenido se transforma luego en una probabilidad pronosticada, con un valor de corte de 0.5, si es mayor la probabilidad es más elevada, y es menor para valores inferiores.
En el conjunto de pruebas del Reino Unido, el modelo de predicción tuvo una sensibilidad de 0.65 (0.62-0.67), una especificidad de 0.78 (0.76-0.80), un área bajo la curva (AUC) de la curva ROC (receiver operating characteristic), es decir ROC-AUC), de 0.76 (0.74-0.78), un valor predictivo positivo de 0.69 (0.66-0.71) y un valor predictivo negativo de 0.75 (0.73-0.77). En este modelo, el predictor más fuerte fue la pérdida del olfato y el gusto. Al excluirlos del modelo se redujo la sensibilidad a 0.33 (0.30-0.35) con una mayor especificidad, de 0.84 (0.83-0.86). Los resultados fueron similares en grupos separados por edad y sexo. Se validó el modelo en la cohorte de EE.UU. y se encontró un ROC-AUC de 0.76 (0.74-0.78), una sensibilidad de 0.66 (0.62-0.69), una especificidad de 0.83 (0.82-0.85), un valor predictivo positivo de 0.58 (0.55 –0,62) y un valor predictivo negativo 0,87 (0,86–0,89).
También investigaron si la asociación entre la pérdida del olfato y el gusto y COVID-19 estaba influenciada por los informes de los principales medios de comunicación. En el Reino Unido, la percepción sobre pérdida del olfato y gusto como síntomas de COVID-19 aumentó después de los informes de los medios; no ocurrió lo mismo en los EE.UU.
Conclusión
En opinión de los autores, la pérdida del olfato y el gusto es un predictor potencial de COVID-19 además de otros síntomas más establecidos, como la fiebre y la tos reciente y persistente. Identificaron una combinación de síntomas, incluidos anosmia, fatiga, tos persistente y pérdida de apetito, que juntos podrían identificar a las personas con COVID-19.
La pérdida del sentido del olfato y el gusto podría incluirse como parte de la detección de rutina para COVID-19 y debería agregarse a la lista de síntomas actualmente recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
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