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Introducción
En Wuhan, el SARS-CoV-2se propagó con un número básico de reproducción de 2.2 a 2.5. La efectividad de las medidas de control depende de varios parámetros epidemiológicos importantes, incluido el intervalo en serie (lapso entre el inicio de los síntomas de casos sucesivos, en una cadena de transmisión) y el período de incubación (lapso entre la infección y la aparición de los síntomas). Si el promedio del intervalo en serie es más corto que el promedio del período de incubación, una parte significativa de la transmisión puede darse antes del inicio de los síntomas. Esta transmisión probablemente reduzca la efectividad de las medidas de control, iniciadas al comienzo de los síntomas.
En este estudio, los autores compararon la información clínica sobre la propagación viral con información epidemiológica sobre períodos de incubación y los intervalos en serie entre casos en cadenas de transmisión, para deducir perfiles de contagiosidad.
Métodos.
Se identificaron todos los casos sospechosos y confirmados de COVID-19 ingresados del 21 de enero al 14 de febrero de 2020 y se realizaron hisopados de garganta en cada caso. Al ingreso los pacientes estaban asintomáticos o con síntomas leves a moderados. Los hisopados fueron analizados mediante el ensayo RT-PCR cuantitativo. Se seleccionaron 94 pacientes con al menos un resultado positivo del hisopado.
Además se recopiló la información comunicada sobre posibles transmisiones de persona a persona en casos confirmados por laboratorio de fuentes disponibles públicamente, incluidos anuncios hechos por agencias de salud gubernamentales e informes de medios en China continental y países o regiones fuera de China. Se definió el concepto de par de transmisión como dos casos confirmados de COVID-19 identificados en la investigación epidemiológica debido a la existencia de un vínculo claro entre ambos, de tal manera que era altamente probable que uno de los casos (infectado) hubiese sido infectado por el otro (propagador), al cumplir los siguientes criterios: (1) ausencia de viaje a zona de riesgo del infectado o cualquier contacto con otro caso confirmado o sospechoso, excepto con el propagador, en los 14 días previo al inicio de los síntomas; (2) el propagador y el infectado no estuvieron dentro de un grupo de personas en las cuales se hubiese confirmado COVID-19 y (3) el par propagador-infectado no compartieron una fuente común de exposición a un caso COVID-19 o un lugar donde se informaron casos de COVID-19.
Resultados
Entre los 94 pacientes con COVID-19 confirmado por laboratorio, el 50% fueron de sexo masculino, la mediana de edad fue de 47 años y el 66% padecían enfermedad moderada (fiebre con síntomas respiratorios o sin ellos y signos radiológicos de neumonía), ninguno se clasificó como "grave" o "crítico" al ingreso hospitalario.
Se recogieron 414 hisopados desde el inicio de los síntomas hasta 32 días posteriores. Se detectaron cargas virales elevadas poco después del inicio de los síntomas, para luego disminuir gradualmente hacia el límite de detección, alrededor del día 21.
En forma separada, en base a 77 pares de transmisión obtenidos de fuentes disponibles públicamente, se estimó un intervalo en serie promedio de 5.8 días (intervalo de confianza (IC) del 95%, 4.8–6.8 días) y una mediana de 5.2 días (IC 95%, 4.1–6.4 días), con un 7.6% de intervalos en serie negativos. Si se supone un período de incubación promedio de 5.2 días, se infirió que la contagiosidad comenzó desde 2.3 días previo al inicio de los síntomas y alcanzó su punto máximo a 0.7 días antes del mencionado inicio. La proporción estimada de transmisión previa a los síntomas fue del 44% y la contagiosidad disminuyó rápidamente dentro de los 7 días.
En el análisis de sensibilidad se demostró que la contagiosidad alcanzó el pico entre los 0 y los 2 días antes de la aparición de síntomas y la proporción de transmisión previa a los síntomas osciló entre el 46% y el 55%.
Discusión
En opinión de los autores, mostraron una transmisión sustancial potencial previo al inicio de los síntomas. Es de destacar que la mayoría de los casos fueron aislados después de la aparición de síntomas, para evitar la transmisión posterior.
En los lugares con búsqueda activa de casos habría mayor proporción de transmisión previa al inicio de los síntomas, principalmente debido a la rápida cuarentena de contactos cercanos y aislamiento, con reducción de la probabilidad de propagación secundaria en el curso de la enfermedad.
Para un número básico de reproducción de 2.5, es menos probable que el solo rastreo de contactos y su aislamiento tenga éxito si más del 30% de la transmisión se produce antes del inicio de los síntomas, a menos que se pueda rastrear a más del 90% de los contactos. Sería más probable de lograr si la definición de contactos cubre de 2 a 3 días antes del inicio de los síntomas del caso índice. Incluso cuando la estrategia de control cambia de la contención a la mitigación, el seguimiento de contactos parecería tener importancia, como en casos de gran difusión en entornos de alto riesgo, incluidos asilos u hospitales. Al haber transmisión previa a los síntomas, la mejora de la higiene personal y el distanciamiento social son herramientas fundamentales en el control comunitario de la enfermedad.
Conclusión
Los autores estimaron que la propagación viral en pacientes con COVID-19 confirmado por laboratorio alcanzó su punto máximo en el inicio de los síntomas o antes, y una proporción sustancial de transmisión probablemente ocurrió antes de los primeros síntomas en el caso índice. Se debe analizar con urgencia la adopción de criterios más inclusivos para el rastreo de contactos, con el objetivo de detectar la posibilidad de transmisión de 2 a 3 días antes del inicio de los síntomas para un control efectivo del brote.
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