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Introducción
Los casos de COVID-19 continúan en todo el mundo. Si bien se pensaba la tasa de casos nuevos se estaba desacelerando, los cambios en los criterios de diagnóstico provocaron una mayor tasa de casos nuevos. Últimamente se publicaron numerosos reportes sobre las manifestaciones clínicas y radiográficas de esta infección.
El objetivo del presente artículo proporcionar una actualización con respecto a la información reciente relevante para el radiólogo sobre el COVID-19.
Presentación clínica
La mayoría de los pacientes con COVID-19 presentan fiebre, tos, disnea y mialgia. Entre el 17% y el 29% de los pacientes tienen síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). La tasa de mortalidad sería del 2.3%. Los estudios epidemiológicos indican que la infección probablemente se propagará en lugar de disminuir.
Hallazgos de TAC de tórax al inicio
Los hallazgos en las radiografías de tórax siguen siendo difíciles de interpretar debido a la terminología no estándar y vaga. Los hallazgos predominantes en la tomografía axial computarizada (TAC) en el COVID-19 son la opacidad en vidrio esmerilado predominante bilateral, periférico y basal, consolidación o ambas. Las opacidades suelen estar ampliamente distribuidas. Múltiples áreas discretas de opacidad en vidrio esmerilado, consolidación o ambas se observan en un subconjunto de pacientes, a menudo con morfología redonda o un halo invertido o un signo de atolón. El derrame pleural, los nódulos pulmonares pequeños y extensos y la linfadenopatía se detectan en un número pequeño de casos y sugieren una sobreinfección bacteriana u otro diagnóstico.
Evolución de los hallazgos de TAC de tórax
Unos autores describieron la evolución temporal de paciente con COVID-19 que se recuperaron. En los hallazgos de la TAC en etapa temprana (0 a 4 días después del inicio de los síntomas) no se detectaron opacidades pulmonares en el 17%, mientras que se observó opacidad focal en vidrio esmerilado o consolidación en el 42% y opacidad pulmonar multifocal en el 42%. Aproximadamente el 50% de los pacientes tenían opacidades pulmonares periféricas predominantes. Las tomografías computarizadas en serie durante las etapas intermedias (5 a 13 días) de la enfermedad demostraron progresión de las opacidades pulmonares. El compromiso pulmonar máximo se caracterizó por la aparición de “pavimento loco” (19%), consolidación pulmonar nueva o creciente y tasas más altas de compromiso bilateral y multilobar (86%). Los hallazgos de la TC en etapa tardía (14 días o más) demostraron diversos grados de aclaramiento, pero sin resolución hasta al menos 26 días. Bernheim y col. informan hallazgos similares. Las tomografías computarizadas fueron normales en 20 de 36 sujetos (56%) dentro de 0 a 2 días después del inicio de los síntomas, pero solo uno de esos 36 sujetos tuvo una prueba de reacción en cadena de polimerasa de transcripción inversa (RT-PCR) en tiempo real inicialmente negativa para COVID- 19.
TAC contra RT-PCR
La prueba RT-PCR en tiempo real para COVID-19 tiene alta especificidad, pero baja sensibilidad. Por lo tanto, excluir un diagnóstico de COVID-19 requiere múltiples pruebas negativas. En respuesta a los informes de anormalidades pulmonares en la TAC anterior a la conversión a RT-PCR positiva, las autoridades chinas inicialmente ampliaron la definición oficial de infección para incluir pacientes con hallazgos típicos en la TAC, incluso con un primer resultado negativo de RT-PCR. Esta definición más amplia ha dado como resultado un mayor número de casos presuntos de COVID-19 y un papel cada vez más importante para la TAC en el diagnóstico. Sin embargo, la presencia de hallazgos leves o inexistentes en la TC en muchos casos tempranos de infección resalta las dificultades de la detección temprana.
Conclusión
El COVID-19 provoca una infección del tracto respiratorio inferior grave que en algunos casos es posible observar características típicas de un patrón de neumonía organizada de lesión pulmonar en la TAC, como opacidad en vidrio esmerilado bilateral predominantemente periférico y basal, consolidación o ambos. Estos hallazgos alcanzan su punto máximo alrededor de 9 a 13 días y lentamente comienzan a resolverse a partir de entonces. La importancia de la TAC para detectar el COVID-19 continúa aumentando. Los desafíos futuros incluyen distinguir la infección por COVID-19 de otras afecciones que se presentan con hallazgos similares en la radiografía y la TAC. En la TAC en serie se observaría la progresión de las anomalías pulmonares con la evolución típica de la lesión pulmonar aguda. El carácter y el alcance de las anomalías más allá de las 4 semanas siguen siendo desconocidos, pero se puede esperar similitudes con otras lesiones pulmonares agudas con resolución o cicatriz residual. Además, el análisis anatomopatológico detallado de los pacientes infectados o que murieron por la infección con COVID-19 no se informa. Los hallazgos de la TAC de tórax tendrían un papel clave en la evaluación de la infección por COVID-19.
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