Resúmenes amplios

CONSECUENCIAS DEL EJERCICIO FÍSICO EN LA ATEROSCLEROSIS CORONARIA


Nijmegen, Países Bajos:
Los deportistas que practicaron un volumen de actividad física > 2000 equivalente metabólico (MET) minutos/semana presentan mayor prevalencia de placas de ateroma y calcificación de las arterias coronarias. La placa calcificada se detecta con mayor frecuencia en individuos que efectúan un volumen menor de ejercicio físico (< 1000 MET minutos/semana).

Circulation 136138-148

Autores:
Aengevaeren VL, Mosterd A, Velthuis BK

Institución/es participante/s en la investigación:
Radboud University Nijmegen Medical Center

Título original:
Relationship between Lifelong Exercise Volume and Coronary Atherosclerosis in Athletes

Título en castellano:
Relación entre el Volumen de Ejercicio Físico durante Toda la Vida y la Aterosclerosis Coronaria en Deportistas

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.64 páginas impresas en papel A4

Introducción

Diversos estudios señalaron que los deportistas de alto rendimiento presentan, de manera significativa, mayor calcificación de las arterias coronarias (CAC) respecto de los individuos que no son deportistas de élite, de igual edad y con propensión similar a presentar enfermedad cardiovascular (ECV). También se determinó que el área afectada por la CAC es la que se correlaciona con mayor predisposición a presentar ECV, a diferencia de la densidad de la calcificación, que se asocia con menor propensión a tener esta enfermedad. En este sentido, las placas de ateroma mixtas y sin calcificación, respecto de las placas calcificadas, determinan la probabilidad de un paciente de presentar afecciones cardíacas.

Los resultados de los estudios que evaluaron la incidencia de CAC en deportistas de alto rendimiento no fueron congruentes, de manera que se estableció una relación directa, inversa o nula con el aumento de la práctica de ejercicio físico. Si bien en la actualidad se sostiene que la práctica frecuente de ejercicio ejerce una acción de protección de la salud cardiovascular, se requieren estudios adicionales que evalúen si la actividad física de alto rendimiento es contraproducente, debido a la posible inducción del aumento del proceso aterosclerótico en las arterias coronarias. Según los autores, en esta evaluación deben incluirse las técnicas diagnósticas de tomografía computarizada (TC) y angiografía coronaria por TC (ACTC), ya que permiten establecer, en forma respectiva, la predisposición del paciente a presentar una afección coronaria y ECV, causadas por la extensión de la CAC (compromiso de la arteria por la presencia de la placa de ateroma), o las características de la placa (la gravedad del cuadro clínico). Estos procedimientos diagnósticos son necesarios en la prevención de las ECV, que conducen al fallecimiento, a nivel mundial, de más de 17 millones de personas cada año y, en particular, la enfermedad de las arterias coronarias (EAC), que es la primera causa de mortalidad y morbilidad.

El objetivo del presente estudio fue determinar la asociación entre la realización de un volumen elevado de ejercicio físico, la incidencia de CAC y el tipo de placa de ateroma.

 

Métodos

La población en análisis del estudio Measuring Athlete’s Risk of Cardiovascular Events (MARC) comprendió a sujetos de sexo masculino, con una edad > 45 años, que practicaban deportes en forma profesional o recreativa, sin ECV y con buen estado de salud general, verificado por un examen médico, que incluyó la realización de un electrocardiograma en una prueba de esfuerzo.

No participaron del estudio los deportistas que presentaron anomalías en los exámenes y las pruebas clínicas, EAC, deterioro de la función renal o alergia al medio de contraste.

En cada participante se indagó la frecuencia, la intensidad y la duración de la actividad física durante toda la vida (desde los 12 años hasta la fecha del estudio), es decir, el volumen de ejercicio físico, que se determinó para cada deporte al multiplicarlo por el equivalente metabólico (MET), y la sumatoria posterior de este producto (MET horas/semana). Los sujetos fueron divididos en tres grupos de acuerdo con el volumen de ejercicio efectuado durante toda la vida: < 1000, de 1000 a 2000 o > 2000 MET minutos/semana.

Con la obtención del puntaje de Agatston, asignado a la CAC, se efectuó la sumatoria de planos de la TC, que calculó el producto del área calcificada, con un valor de 1 a 4, correspondiente a una densidad determinada de la placa de ateroma. De esta forma, si la densidad fue de 130 a 200 unidades Hounsfield (UH), 200 a 300 UH, 300 a 400 UH o > 400 UH, se obtuvo un puntaje de 1, 2, 3 o 4, respectivamente. Los valores de CAC se agruparon en puntajes de 0, > 0 a 100 y > 100 mediante la utilización de ACTC. Esta técnica diagnóstica también permitió determinar las características de las placas de ateroma: calcificadas y mixtas, con densidad < 130 UH o > 130 UH.

En el análisis estadístico se utilizó la prueba de la t de Student, la de la U de Mann-Whitney, la de chi al cuadrado de Pearson y la de Bonferroni, modelos de regresión logística y ANOVA. El intervalo de confianza fue del 95% (IC 95%). Un valor de p < 0.05 se consideró estadísticamente significativo.

 

Resultados

Participaron 284 deportistas de raza blanca, con una edad promedio de 55 ± 6.5 años. El 53% presentó un valor promedio de CAC de 35.8 (IC 95%: 9.3-145.8). El 68% de los deportistas que efectuó un volumen de ejercicio físico > 2000 MET minutos/semana formó el grupo de CAC > 0, respecto del 43% de los participantes que practicó un volumen de ejercicio < 1000 MET minutos/semana (odds ratio ajustado [ORa]: 3.2; IC 95%: 1.56-6.57). Asimismo, el puntaje y el área de CAC promedio fueron superiores en deportistas que realizaron un mayor volumen de ejercicio físico (> 2000 MET minutos/semana), respecto de aquellos que tuvieron menor actividad (< 1000 MET minutos/semana). El puntaje de CAC en el grupo de mayor volumen de ejercicio fue de 9.4 (IC 95%: 0-60.9) y el área de CAC, de 4.3 (IC 95%: 0-20.3), en contraste con un valor de 0 (IC 95%: 0-43.5) y área de 0 (IC 05%: 0-16.8) para el grupo de menor volumen de ejercicio, (p = 0.019 y p = 0.025, respectivamente). La incidencia de las placas de ateroma calcificadas, sin calcificación y mixtas > 130 UH o < 130 UH fue superior, de manera estadísticamente significativa, en el grupo que realizó mayor volumen de ejercicio físico. Las placas de ateroma se detectaron en el 77% del grupo de mayor actividad física, respecto del 56% del grupo de menor actividad física (ORa: 3.35; IC 95%: 1.57-7.14). En concordancia, en el período evaluado, la cantidad de horas de realización de ejercicios de muy alta intensidad (> 9 MET) se correlacionó con la incidencia de CAC (ORa: 1.47; IC 95%: 1.14-1.91) y de placas de ateroma (ORa: 1.56; IC 95%: 1.17-2.08). No obstante, si bien en los participantes que practicaron deportes de intensidad moderada o alta no se observó la influencia de esta actividad en la aparición de placas, los deportistas que tuvieron un cuadro de aterosclerosis coronaria presentaron menor incidencia de placas mixtas, respecto del grupo que efectúo un menor volumen de actividad física (48% y 69%, respectivamente; ORa: 0.35; IC 95%: 0.15-0.85). La diferencia significativa (p = 0.046) se produjo en la incidencia de placas de densidad mixtas < 130 UH: 43%, 33% y 21% de los casos en los grupos de volumen de actividad < 1000, de 1000 a 2000 y > 2000 MET minutos/semana, respectivamente. Los deportistas que realizaron mayor volumen de ejercicio físico presentaron, con frecuencia y de manera significativa, solo placas de ateroma calcificadas, a diferencia del grupo de menor actividad, en el que se observó una menor incidencia de este tipo de placas (ORa: 3.57; IC 95%: 1.28-9.97). Sin embargo, la intensidad del ejercicio efectuado no se asoció con el predominio de un tipo determinado de placa. Los autores destacan que en los deportistas que presentaron CAC (> 0) no se observó una diferencia significativa en las variables: puntaje (p = 0.20), área (p = 0.21), densidad (p = 0.25) y número de regiones CAC (p = 0.20), entre grupos de diferente volumen de actividad física.

 

Discusión

Los deportistas que efectuaron un volumen superior de actividad física (> 2000 MET minutos/semana) presentaron mayor prevalencia de CAC y placas de ateroma; en particular, mayor y menor incidencia de placas calcificadas y mixtas, respectivamente, en comparación con los individuos que realizaron un volumen de ejercicio físico < 1000 MET minutos/semana. Asimismo, la práctica de ejercicios de muy alta intensidad se correlacionó con la incidencia de placas y de CAC. De esta forma, si bien la presencia de placas de ateroma y de CAC fue más frecuente en los deportistas que practicaron mayor volumen de actividad física, el tipo de placa de mayor incidencia (calcificada) representó menor riesgo para la salud, respecto de la placa mixta. En este sentido, en estudios previos se determinó que un paciente con diagnóstico presuntivo de EAC tiene una propensión del 38%, 23% o 6% a experimentar un cuadro cardíaco grave si las placas de ateroma son mixtas, sin calcificación o calcificadas, respectivamente. Sin embargo, al considerar los deportistas con un valor de CAC de 0 y > 0, aquellos que realizaron mayor actividad presentaron un puntaje más elevado de CAC y, por ende, mayor propensión a presentar afecciones cardíacas en el futuro. De esta forma, en deportistas con un puntaje CAC alto se recomienda iniciar tratamiento preventivo con estatinas. No obstante, la adaptación en los vasos, en respuesta a la práctica de ejercicios físicos (aumento de la densidad y el diámetro de las arteriolas y la reactividad vasomotora de las arterias coronarias de resistencia), atenúa los síntomas y las consecuencias de la estenosis coronaria.

Se desconocen los mecanismos subyacentes para la mayor prevalencia de CAC y placas calcificadas en los atletas con mayor volumen e intensidad de ejercicio.

 

Conclusión

Si bien los deportistas que practicaron un volumen de actividad física > 2000 MET minutos/semana durante toda la vida presentaron mayor prevalencia de placas de ateroma y CAC, el tipo predominante en individuos con aterosclerosis coronaria fue la placa calcificada, respecto de la placa mixta, que se detectó con mayor frecuencia en la población que efectuó un menor volumen de ejercicio físico (< 1000 MET minutos/semana).



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