Resúmenes amplios

INGESTA NUTRICIONAL EN LOS NIÑOS CON MAYOR RIESGO DE PRESENTAR DIABETES TIPO 1


Neuherberg, Alemania:
Los niños participantes en el estudio TEENDIAB mostraron menor ingesta que la recomendada de vitamina D, yodo y ácido fólico, e ingestas de vitamina K, sodio, proteínas, carnes, dulces, refrigerios y bebidas azucaradas por encima de las recomendaciones.

Public Health Nutrition 18(1):50-58

Autores:
Weber KS, Raab J, Winkler C

Institución/es participante/s en la investigación:
Helmholtz Zentrum München

Título original:
Evaluating the Diet of Children at Increased Risk for Type Diabetes: First Results From the TEENDIAB Study

Título en castellano:
Evaluación de la Dieta en Niños con Riesgo Aumentado de Diabetes Tipo I: Resultados Preliminares del Estudio TEENDIAB

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.65 páginas impresas en papel A4

Introducción y objetivos

La diabetes mellitus tipo I (DMT1) es una enfermedad autoinmunitaria que afecta entre 20 millones y 35 millones de personas en el mundo. Tiene un pico de incidencia en la niñez y en la adolescencia, y requiere la administración crónica de insulina. Su incidencia global ha ido en aumento, aunque se discuten las causas de este fenómeno. Debido al carácter poligénico de la susceptibilidad a la DMT1, se acepta que la interacción de factores genéticos y ambientales desencadena la autoinmunidad en sujetos genéticamente predispuestos.

En su aparición participan las infecciones virales, la dieta, las vacunas y los factores psicosociales. Los datos provenientes de la investigación en animales y en seres humanos indican una asociación entre la ingesta de ciertos alimentos y nutrientes, y la presencia de DMT1. Tres estudios prospectivos de cohortes seguidas desde el nacimiento señalan que la introducción temprana de gluten, otros cereales, jugos de frutas y leche de vaca aumenta el riesgo de autoinmunidad asociada con las células beta; sin embargo, ningún componente alimentario ha sido identificado aún con claridad como factor de riesgo. Dado que muchos factores nutricionales actúan probablemente de una manera dependiente de la edad, los hallazgos en la infancia pueden no ser extrapolables a los hallazgos en la niñez, la adolescencia o la adultez.

El TEENDIAB es un estudio de cohorte de niños con riesgo familiar de DMT1 seguidos desde la niñez hasta la adolescencia. Los autores del presente estudio analizaron la ingesta nutricional de los niños del estudio TEENDIAB y la compararon con las recomendaciones vigentes en Alemania (German Dietary References Intakes), con las recomendaciones nutricionales de un centro de investigación de referencia (Optimized Mixed Diet. OMD), con los datos nutricionales de los niños del estudio EsKiMo y con el módulo nutricional del KiGGS (German Health Interview and Examination Survey of Children and Adolescents). El objetivo fue caracterizar el régimen alimentario de un grupo de niños con un mayor riesgo de padecer DMT1, evaluar la observancia de las recomendaciones vigentes y analizar las diferencias en el comportamiento alimentario de los niños con mayor riesgo respecto de los niños que no lo tienen.

Población y métodos

Se evaluó la ingesta nutricional de los niños participantes en el estudio TEENDIAB, entre 2009 y 2012. Se trata de un estudio observacional y prospectivo de una cohorte de niños de entre 8 años y 12 años, residentes en Alemania y con al menos un familiar de primer grado afectado por DMT1. Los participantes son seguidos hasta la edad de 18 años para investigar la evolución natural de la DMT1 en el período de la pubertad y de la adolescencia. El estudio fue aprobado por el comité de ética de las universidades de Munich y de Hamburgo, y se obtuvo el consentimiento informado de los participantes.

A todos ellos se les realizó un examen físico y antropométrico al ingresar. El peso, la talla y el índice de masa corporal (IMC) se ajustaron por edad y por sexo, y se expresaron como un percentil de referencia con los datos del estándar nacional. Los niños con un peso por debajo del percentil 10 se clasificaron como desnutridos; los niños entre el percentil 10 y el 90, como normales, y los niños por encima del percentil 90, con sobrepeso.

Los datos sociodemográficos se obtuvieron mediante un cuestionario estructurado al ingresar en el estudio. Se determinó el nivel educacional de la familia y el ingreso neto, y se clasificó a los niños en uno de 3 niveles socioeconómicos (nivel bajo, nivel medio y nivel alto). El régimen alimenticio de las últimas 4 semanas se evaluó mediante el instrumento DISHES Junior (Diet Interview Software for Health Examination Studies Junior), una entrevista asistida por un programa de computación que permite el cálculo de la ingesta nutricional de calorías, de macronutrientes y de micronutrientes. Los datos se compararon con las recomendaciones vigentes de la dieta alemana y con los datos extraídos de una muestra de 2 506 participantes en el estudio EsKiMo.

Los datos sobre la ingesta de nutrientes y la ingesta de alimentos no tuvieron distribución normal, por lo que se expresan como medianas y como rangos intercuartílicos (RIC). La prueba del orden con signo de Wilcoxon se usó para analizar las diferencias entre los valores encontrados, los valores de referencia y los valores del estudio EsKiMo. Se utilizó el método de Bonferroni para el ajuste de comparaciones múltiples.

Resultados

Los datos de 268 participantes estuvieron disponibles para el análisis. El 53% eran varones, todos los participantes eran de raza blanca y sólo el 3% no eran de nacionalidad alemana; la mediana de la edad fue de 10.6 años (RIC: 9.4-11.6 años). El 11% de los pacientes tenían sobrepeso en el grupo TEENDIAB, contra el 15% a 17% en el estudio KiGGS. El 3% de los participantes fueron clasificados como clase socioeconómica baja; 73% de los pacientes tenían uno de los padres con DMT1, 23% tenían un hermano con DMT1 y 4% tenían más de un pariente con DMT1.

El análisis del consumo nutricional de los participantes mostró que el 52% de la energía era obtenida de los hidratos de carbono (23.9% de monosacáridos y de disacáridos, y 27.7% de polisacáridos), el 32.6% de los lípidos (13.9% de SFA, 11.3% de MUFA y 4.6% de PUFA) y el 14.3% de las proteínas. La fibra aportó sólo el 1.1% de la ingesta calórica total. La ingesta calórica total del grupo TEENDIAB fue significativamente mayor que los valores recomendados (103.6%, RIC: 87.5% a 125%; p < 0.001). La ingesta de proteínas y la ingesta de fibra fueron mayores en el grupo TEENDIAB respecto de los valores recomendados (244.5%, RIC: 193.8% a 309.4%; p < 0.001 y 11.3%, RIC: 93.6% a 141.7%; p < 0.001, respectivamente). Los niños del grupo TEENDIAB tuvieron ingestas por encima de los valores recomendados para la mayoría de los minerales (Ca, P, Fe, Zn, K y Mg) y de las vitaminas (vitamina A, vitamina C y complejo B). La ingesta de vitamina D, de yodo y de folato fue menor que la recomendada. No hubo diferencia con la vitamina E y con el ácido pantoténico.

Cuando se compararon los datos del grupo TEENDIAB con los pacientes del estudio EsKiMo, se observaron valores similares de ingesta calórica y de ingesta de nutrientes. Con respecto a las recomendaciones OMD, los niños del grupo TEENDIAB tuvieron un consumo mayor que el recomendado de bebidas azucaradas, carne, dulces y refrigerios (p < 0.001 para cada uno). En cambio, el consumo de verduras, frutas, alimentos ricos en hidratos de carbono, leche, productos lácteos, aceite y margarina estuvo por debajo de los valores recomendados (p < 0.001 para cada uno). Sólo el consumo de pescado y de huevos estuvo dentro del rango recomendado.

Discusión y conclusiones

Se cree que la conducta alimentaria y la ingesta nutricional son factores potenciales de desarrollo de autoinmunidad hacia las células de los islotes pancreáticos y de aparición de DMT1. Sin embargo, se sabe poco acerca de estos factores en los niños con mayor riesgo de padecer DMT1. Los autores de este estudio compararon la ingesta nutricional de los niños participantes en el estudio TEENDIAB con las recomendaciones de referencia y con los del estudio EsKiMo. Los pacientes del grupo TEENDIAB tuvieron ingestas de ácido fólico, yodo y vitamina D significativamente por debajo de las recomendaciones, a la vez que excedieron las ingestas recomendadas de vitamina K, sodio y proteínas. Cuando se compararon los niños del estudio TEENDIAB con los del estudio EsKiMo, las ingestas nutricionales fueron similares. Los niños del grupo TEENDIAB excedieron las ingestas recomendadas de carnes, dulces, refrigerios y bebidas azucaradas, y estuvieron por debajo de las ingestas recomendadas de frutas, verduras y alimentos ricos en hidratos de carbono.

La proporción de calorías obtenidas de los distintos macronutrientes en el grupo TEENDIAB (hidratos de carbono 52%, grasas 32.6%, proteínas 14.3%) estuvieron dentro del rango recomendado (hidratos de carbono > 50%, grasas 30% a 35%, proteínas 10% a 15%), aunque la distribución de los ácidos grasos ingeridos por los niños del grupo TEENDIAB no fue la aconsejable. En el grupo EsKiMo se encontraron patrones nutricionales muy similares. El consumo de carne y de productos cárnicos del grupo TEENDIAB excedió las cantidades recomendadas. No existen datos suficientes para afirmar que la ingesta excesiva de proteínas es dañina para los individuos sanos, pero la ingesta de proteínas guarda relación con la de grasas y la de colesterol, y de ha propuesto como un factor de riesgo para el desarrollo de DMT1 en la niñez y en la adolescencia. En la composición de la dieta, se observó que los niños del grupo TEENDIAB requerían una disminución de la carne, los dulces, los refrigerios y las bebidas azucaradas, y un aumento del consumo de verduras, frutas, leche y productos lácteos.

Los autores reconocen que su estudio tiene algunas limitaciones. En principio, se trató de un análisis provisional en 268 niños de un total de 1 500. Por otro lado, el estudio TEENDIAB no tiene un grupo de control sano de referencia, por lo que los autores compararon los datos recogidos con los participantes del estudio EsKiMo. Otra fuente posible de sesgos es el predominio de familias de alto nivel socioeconómico, cuyos hábitos nutricionales pueden ser más saludables que los de las familias de menores recursos.

En conclusión, los niños del grupo TEENDIAB mostraron menor ingesta que la recomendada de vitamina D, yodo y ácido fólico, e ingestas de vitamina K, sodio, proteínas, carnes, dulces, refrigerios y bebidas azucaradas por encima de las recomendaciones.





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