LA COMPOSICIÓN DE LAS LIPOPROTEÍNAS DE ALTA DENSIDAD CONSTITUYE UN MARCADOR DE RIESGO VASCULAR EN PACIENTES CON DIABETES TIPO 2
Cincinnati, EE.UU.:
Se postula que el análisis de la composición y subpoblaciones de las lipoproteínas de alta densidad podría constituir un mejor marcador de riesgo vascular en los pacientes con diabetes tipo 2, en comparación con la determinación del colesterol unido a esta fracción de lipoproteínas.
Diabetes 62(8):2958-2967
Autores:
Gordon SM, Davidson WS, Shah AS
Institución/es participante/s en la investigación:
University of Cincinnati College of Medicine
Título original:
The Effect of Type 2 Diabetes on Lipoprotein Composition and Arterial Stiffness in Male Youth
Título en castellano:
Los Efectos de la Diabetes Tipo 2 en la Composición de las Lipoproteínas y la Rigidez Arterial en Hombres Jóvenes
Extensión del Resumen-SIIC en castellano:
2.88 páginas impresas en papel A4
Introducción
La diabetes tipo 2 es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular; uno de los parámetros que vincula la diabetes con la enfermedad cardiovascular (ECV) es la dislipidemia aterogénica, caracterizada por la reducción del colesterol unido a lipoproteÃnas de alta densidad (HDLc) con incremento de los niveles de colesterol unido a lipoproteÃnas de muy baja densidad (VLDLc). Si bien los tratamientos para disminuir la concentración de colesterol unido a lipoproteÃnas de baja densidad (LDLc) se asocian con reducción del riesgo cardiovascular en pacientes con diabetes tipo 2, se admite la persistencia de una elevada incidencia residual de ECV en estos enfermos.
Dado que las HDL se asocian con la remoción del exceso de colesterol de los tejidos periféricos en el marco del proceso de transmisión inversa de este lÃpido, los tratamientos recientes se han focalizado en este efecto antiaterogénico. Asimismo, las partÃculas de HDL parecen vincularse con acción antiinflamatoria, antioxidante y antagonista de la apoptosis. Se admite la presencia de diversos subtipos de partÃculas de HDL, con distintas funciones especÃficas. Por consiguiente, se postula que cada sujeto presenta un perfil único de HDL que, al considerarse de modo integral, define un riesgo cardiovascular individual.
En modelos previos se han aplicado técnicas de cromatografÃa por filtración en gel para el fraccionamiento del plasma, con asociación de espectroscopia de masa para identificar los constituyentes proteicos de las fracciones de HDL. En esos protocolos se demostraron patrones diferenciados de distribución que permitÃan reconocer distintas subespecies de HDL en hombres adultos sanos. En el presente estudio, se describen los resultados de una evaluación de los efectos de la diabetes tipo 2 sobre los lÃpidos y la composición proteica de las subfracciones de HDL.
Pacientes y métodos
Participaron adolescentes y adultos jóvenes de 16 a 23 años. Sólo se incluyeron sujetos de sexo masculino para evitar los sesgos relacionados con las diferencias entre sexos en relación con las lipoproteÃnas. Se identificaron aquellos individuos con diabetes tipo 2, diagnosticados mediante los criterios de la American Diabetes Association. La media de la duración de la enfermedad era de 4 años con 9 meses; los participantes recibÃan ya sea insulina (n = 5) o bien metformina (n = 5).
Se seleccionaron dos grupos de control para diferenciar los efectos de la obesidad de las repercusiones de la diabetes. Por un lado, se completó una cohorte de sujetos con peso normal (Ãndice de masa corporal [IMC] por debajo del percentilo 85 o inferior a 25 kg/m2; n = 9) y otro grupo con individuos obesos (IMC por encima del percentilo 95 o por encima de 30 kg/m2). Ninguno de los pacientes era fumador ni recibÃa hipolipemiantes o antihipertensivos.
Tras un ayuno de 10 horas, se obtuvieron muestras de sangre para cuantificar los lÃpidos plasmáticos y la hemoglobina glucosilada. En una segunda muestra conservada en citrato se aplicaron técnicas de proteómica con aislamiento de las lipoproteÃnas y la realización de espectroscopia de masa.
Asimismo, en todos los pacientes se llevó a cabo una ecografÃa vascular con evaluación del espesor miointimal (EMI) de las carótidas primitivas a nivel de la pared distal. El estudio se completó con la estimación de la rigidez arterial por medio de la determinación de la velocidad de la onda de pulso (VOP) a nivel proximal (carotÃdeo) y distal (femoral). El cociente entre ambos factores se considera un Ãndice de distensibilidad arterial, ya que el incremento de su valor ha sido vinculado con un mayor riesgo de enfermedad coronaria y cerebrovascular.
Todos los datos obtenidos se procesaron con pruebas estadÃsticas especÃficas.
Resultados
Los tres grupos presentaban caracterÃsticas similares en relación con la edad, la presión arterial y el LDLc. En comparación con los grupos de control, los pacientes jóvenes con diabetes tipo 2 presentaban un perfil de lÃpidos más deletéreo, con mayores concentraciones de triglicéridos y colesterol total, por un lado, y menores niveles de HDLc, por el otro. Por otra parte, los individuos con diabetes se caracterizaron por una rigidez arterial significativamente mayor, en coincidencia con estudios previos. En cambio, el EIM carotÃdeo fue similar en todos los grupos, como probable consecuencia de la pequeña cantidad de participantes o de la naturaleza tardÃa de esta alteración en el contexto de la afección arterial.
No se reconocieron diferencias en las fracciones de LDL y VLDL por medio de las técnicas de filtración en gel. Por el contrario, en los sujetos jóvenes con diabetes tipo 2 se verificó un contenido significativamente menor de fosfolÃpidos en las partÃculas de HDL de mayor tamaño, en comparación con los sujetos de control con obesidad o peso normal. Por otra parte, en los individuos obesos se advirtió una tendencia no significativa a un mayor contenido de colesterol en las fracciones de HDL de mayor tamaño, mientras que los pacientes diabéticos se caracterizaron por un contenido significativamente mayor de colesterol en las fracciones pequeñas de HDL. En su conjunto, la distribución de lÃpidos indicaba que los sujetos con obesidad o diabetes tipo 2 presentaban partÃculas de HDL de menores dimensiones, con un contenido predominante de colesterol en relación con los fosfolÃpidos. Como contrapartida, los individuos jóvenes con peso normal se asociaban con HDL de mayores dimensiones y más enriquecidas con fosfolÃpidos, en especial para las fracciones de HDL 21 a 24.
En otro orden, si bien se verificó una correlación leve entre el colesterol total y la VOP, no fue posible establecer una asociación entre este parámetro arterial y los niveles de HDLc o LDLc. Sin embargo, al combinar los datos de los 30 participantes, se verificó que tanto el contenido de fosfolÃpidos de las fracciones 14, 15 y 16 de las partÃculas de LDL/VLDL como las fracciones pequeñas de HDL 25, 26 y 27 se correlacionaban en forma directa y significativa con la VOP. Asimismo, se verificó una correlación significativa e inversa entre las fracciones 21, 22 y 23 de HDL y la VOP. Se describió el mismo patrón aparente de asociación cuando se investigaron en forma diferencial los datos de los pacientes de control con peso normal. No obstante, no se comprobó correlación entre la VOP y las fracciones de HDL 21 a 24 (ricas en fosfolÃpidos) en los sujetos diabéticos u obesos. En un modelo de análisis univariado, las concentraciones de fosfolÃpidos en los tres grupos de participantes se superponÃan en forma significativa con los datos de la fracción 15 de las partÃculas de LDL/VLDL y con las partÃculas pequeñas de HDL 26. Se destaca que todos los pacientes con diabetes tipo 2 se caracterizaron por un contenido de fosfolÃpidos inferior a 0.01 µg/µl en las partÃculas grandes de HDL (fracción 22). En cambio, los individuos con normopeso y la mayorÃa de los pacientes obesos presentaban una concentración de fosfolÃpidos por encima de ese umbral. De este modo, el contenido de fosfolÃpidos de las fracciones de HDL se asociaba con un incremento de la VOP en forma más adecuado que la determinación general de lÃpidos, con especial hincapié en la correlación inversa entre las partÃculas grandes de HDL y este parámetro de rigidez arterial.
En relación con el análisis proteómico, se identificaron 45 proteÃnas asociadas con lÃpidos en los controles con normopeso y los sujetos diabéticos tipo 2; se agrega que el amiloide sérico tipo A y la serotransferrina eran privativas de los sujetos de control. Por otra parte, los pacientes diabéticos tipo 2 se caracterizaron por una menor recuento de péptidos en estas proteÃnas, incluida la apolipoproteÃna A-1 de las HDL, en congruencia con la menor concentración global de fosfolÃpidos descrita en estos enfermos. Asimismo, el recuento de péptidos de la apolipoproteÃna E era más reducido en los pacientes diabéticos, con una tendencia a una mayor presencia en las partÃculas de HDL de menores dimensiones.
Discusión y conclusiones
Se ha sugerido que las diversas subfracciones de las HDL podrÃan contribuir a la aterosclerosis temprana en los pacientes con diabetes tipo 2. La identificación de las subpoblaciones alteradas de HDL podrÃa inducir una mejor evaluación de biomarcadores de riesgo cardiovascular en estos enfermos.
Las lipoproteÃnas suelen aislarse mediante ultracentrifugación, lo que permite su clasificación en función de la densidad. En este ensayo, se efectuó una separación en función del tamaño de las partÃculas por medio de cromatografÃa de filtración en gel. Con el fin de relacionar estos resultados con la definición convencional en función de la densidad, se analizó la presencia de apolipoproteÃna B, considerado el constituyente fundamental de las partÃculas de LDL. En este modelo, no se reconoció una correlación entre los parámetros lipÃdicos clásicos (colesterol total, HDLc, LDLc) y la VOP; no obstante, se identificaron determinadas subpoblaciones de lipoproteÃnas definidas por el tamaño que se correlacionaron en forma acentuada con la rigidez arterial temprana. Las fracciones 21 a 23 de las partÃculas de HDL se asociaron de modo inverso con la VOP, mientras que las fracciones 25 a 27 (partÃculas pequeñas) se vincularon de forma directa. Se presume que el equilibrio entre estas fracciones podrÃa asociarse con el nivel de protección contra la aterosclerosis; en este contexto, las subpoblaciones especÃficas de HDL podrÃan vincularse con un efecto ya sea protector o bien deletéreo sobre la pared vascular. Las partÃculas de la fracción 22 se caracterizaron por un contenido muy reducido de fosfolÃpidos en los pacientes diabéticos tipo 2, por lo cual podrÃan considerarse un biomarcador útil para identificar enfermedad vascular temprana en estos sujetos. Asimismo, las partÃculas pequeñas de HDL tendÃan a un mayor contenido de colesterol, en relación con la presencia de fosfolÃpidos. Se postula que estas partÃculas cargadas de colesterol podrÃan presentar alteraciones funcionales en los pacientes diabéticos tipo 2, con cambios en los efectos protectores sobre la aterosclerosis que se asocian con la acción de las HDL.
La apolipoproteÃna E se distribuye en las partÃculas de VLDL, LDL y HDL. Se ha demostrado que las partÃculas de HDL ricas en apolipoproteÃna E pueden interferir en la unión de las LDL con los proteoglucanos de las paredes vasculares. El atrapamiento de las LDL por parte de estas moléculas se asocia con inflamación y aterosclerosis. Por lo tanto, el menor contenido de apolipoproteÃna E en las partÃculas grandes de HDL de los pacientes adultos con diabetes tipo 2 podrÃa facilitar la interacción entre las LDL y los proteoglucanos, con incremento del riesgo de aterosclerosis.
De esta forma, se postula una asociación entre subfracciones especÃficas de las lipoproteÃnas definidas por su tamaño, por un lado, y la rigidez arterial, por el otro. Estos datos parecen justificar la determinación de estas partÃculas en forma diferencial en las primeras etapas de evolución de la diabetes.