Resúmenes amplios

DEMUESTRAN QUE LA TERAPIA CON DOSIS BAJAS DE VALSARTÁN MEJORA LOS PARÁMETROS FUNCIONALES Y ESTRUCTURALES DE ENVEJECIMIENTO VASCULAR


Ljubljana, Eslovenia:
La terapia con dosis bajas de valsartán (20 mg diarios) durante 30 días se asocia con cambios significativos de los parámetros funcionales y morfológicos atribuidos al envejecimiento arterial en sujetos aparentemente sanos, por lo cual se considera confirmada la naturaleza reversible de estas anomalías.

European Journal of Cardiovascular Prevention and Rehabilitation

Autores:
Lunder M, Sabovic M, Janic M

Institución/es participante/s en la investigación:
University of Ljubljana

Título original:
Reduction of Age-Associated Arterial Wall Changes By Low-Dose Valsartan

Título en castellano:
Reducción de los Cambios de la Pared Arterial Asociados con la Edad mediante Dosis Bajas de Valsartán

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.31 páginas impresas en papel A4
Introducción
El envejecimiento vascular progresivo se asocia con aterosclerosis y otras alteraciones cardiovasculares. Los cambios funcionales (disfunción endotelial) son sustituidos gradualmente por cambios estructurales que se caracterizan por el incremento de la rigidez de la pared arterial. En virtud de la cronicidad de este proceso se considera necesario evitar los cambios precoces iniciales que dan lugar a la afectación posterior y, en general, irreversible de la pared arterial. Dado que la incidencia y la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares se han elevado pese a las estrategias empleadas en la actualidad, se destaca la importancia de una estrategia preventiva.
El sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA) desempeña un papel relevante en la patogénesis del envejecimiento vascular y las enfermedades cardiovasculares. La actividad del SRAA es mayor en sujetos de edad avanzada. La mayor expresión de la angiotensina II en la pared vascular se correlaciona con alteraciones en el equilibrio de las sustancias vasoactivas y los factores de crecimiento, con inducción de disfunción endotelial, mayor rigidez vascular y progresión de la aterosclerosis. Los fármacos con efectos inhibitorios del SRAA, como los antagonistas de los receptores de angiotensina II podrían evitar estos procesos patológicos sobre la pared vascular. Estos fármacos, así como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, parecen asociarse con efectos pleiotrópicos beneficiosos adicionales sobre la inflamación, la agregación plaquetaria y la sensibilidad a la insulina, entre otros.
En este análisis se presentan los resultados de un estudio acerca de la terapia con dosis bajas de valsartán sobre las características funcionales y morfológicas de la pared arterial en varones de mediana edad aparentemente sanos.

Pacientes y métodos
Se llevó a cabo un protocolo aleatorizado y a doble ciego en el que participaron 40 varones que fueron divididos para recibir una dosis baja de valsartán (20 mg diarios) o placebo durante un período de 30 días. Se incluyeron sujetos de 30 a 50 años, no fumadores, normotensos y sin antecedentes de diabetes, resistencia a la insulina, enfermedades crónicas o uso de otros fármacos. Se realizó un examen clínico y una evaluación mediante ecografía al inicio y a la finalización del estudio, en la cual se cuantificaron el índice de dilatación dependiente del flujo de la arteria braquial (DDF) y los parámetros de rigidez de la carótida primitiva (velocidad de onda de pulso [VOP] y rigidez beta). A los 3 y a los 8 meses de interrupción del tratamiento se repitieron las determinaciones vasculares en el grupo de intervención.
Todos los datos reunidos se procesaron con pruebas estadísticas específicas y se definió como significativo un valor de p < 0.05.
Resultados
La media de edad de los participantes de los grupos placebo y de intervención se estimó en 43.1 ± 1.3 años y 42.8 ± 1.2 años, en ese orden. No se reconocieron diferencias iniciales entre ambas cohortes en relación con el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la glucemia.
Asimismo, se verificó la presencia de disfunción endotelial, definida por una DDF < 4% en el 82.5% de los participantes. El tratamiento con valsartán se asoció con el incremento de la DDF en cada caso individual hasta alcanzar valores normales a la finalización del estudio. En un análisis interno del grupo de tratamiento se verificó un aumento de los valores absolutos de la DDF con reducción asociada de la VOP y la rigidez beta. En cambio, estos parámetros no se modificaron en el grupo placebo. Del mismo modo, al comparar ambas cohortes se confirmó un incremento significativo de la DDF en los individuos tratados con valsartán en comparación con quienes recibieron placebo. En esta comparación se describió una tendencia no significativa a la reducción de la VOP (p = 0.07) y la rigidez beta (p = 0.06) en los pacientes tratados con valsartán.
En coincidencia, al estimar el cambio relativo de estos parámetros en términos de porcentajes, se observó una optimización significativa de los tres parámetros en el grupo de intervención en comparación con el grupo placebo. En el análisis interno de la cohorte de tratamiento se comprobó una mejoría significativa de la DDF, la VOP y la rigidez beta después del tratamiento.
Los autores agregan que, en los controles efectuados a los 3 meses de la finalización de la terapia, los valores de la totalidad de los parámetros aún eran significativamente mejores que los observados al comienzo del estudio (p < 0.01 para todas las comparaciones). En una evaluación realizada a los 8 meses, esta mejoría residual no alcanzó niveles de significación estadística.
Discusión
La terapia a corto plazo con valsartán se asoció con una mejoría acentuada de la DDF y un descenso relevante de la VOP y la rigidez beta en sujetos de mediana edad aparentemente sanos. Después de 30 días de tratamiento, la DDF alcanzó niveles normales en todos los participantes, mientras que se comprobó una reducción de la VOP y de la rigidez beta en cada paciente individual. Los efectos del valsartán se mantuvieron después de la interrupción del tratamiento, con mejoría significativa de las variables a los 3 meses y una tendencia similar, pero no significativa, a los 8 meses de la finalización de la terapia.
En esta cohorte se observó disfunción endotelial inicial en la mayoría de los participantes. Esta alteración, reconocida en el comienzo del ensayo, se considera una de las manifestaciones más precoces del proceso de envejecimiento vascular. La mejoría de la función endotelial en el contexto de la administración de dosis bajas de valsartán demostraría que estos cambios funcionales arteriales son reversibles. Igualmente, los parámetros de rigidez arterial se redujeron después de 30 días de tratamiento con valsartán, si bien la magnitud de los cambios fue menor a la descrita para la DDF. Se postula que esta diferencia es atribuible a que los cambios morfológicos en la pared arterial (VOP, rigidez beta) son menos reversibles que las alteraciones funcionales. La optimización significativa de los valores relativos de estas variables sin repercusiones similares sobre sus valores absolutos podría deberse a la gran diversidad de los parámetros evaluados en cada sujeto individual. Dado el incremento de la DDF con descenso asociado de la VOP y la rigidez beta, los autores hacen hincapié en la reversibilidad de los cambios morfológicos de la pared arterial y en la eficacia de las dosis bajas de valsartán para reducir estas alteraciones vinculadas con el envejecimiento vascular.
Los autores destacan que los antagonistas del SRAA se asocian con beneficios adicionales sobre el sistema cardiovascular, denominados “efectos pleiotrópicos”. El uso de dosis bajas de valsartán se vincularía con acciones pleiotrópicas, sin un efecto de reducción de la presión arterial. Este fármaco se ha relacionado con efectos protectores cardiovasculares y renales, así como con propiedades antiinflamatorias y sobre la agregación plaquetaria.
Conclusión
El tratamiento con dosis bajas de valsartán durante 30 días se asoció con cambios significativos de los parámetros funcionales y morfológicos atribuidos al envejecimiento arterial, por lo cual se considera confirmada la naturaleza reversible de estas anomalías. Estos efectos beneficiosos se mantuvieron, incluso, 3 meses después de la interrupción de la terapéutica.


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