URTICARIA AUTOINMUNE(especial para SIIC © Derechos reservados) |
La urticaria autoinmune obedece a la aparición de autoanticuerpos dirigidos contra la IgE o, más frecuentemente, contra el receptor de alta afinidad de dicha inmunoglobulina. Su identificación tiene importantes consecuencias clínicas. |
Autor: Malcolm w Greaves Columnista Experto de SIIC Institución: National Skin Centre Artículos publicados por Malcolm w Greaves |
Coautor Kian Teo Tan, MB MRCP* National Skin Centre, Singapur* |
Recepción del artículo 1 de Julio, 2005 |
Aprobación 14 de Julio, 2005 |
Primera edición 13 de Abril, 2007 |
Segunda edición, ampliada y corregida 7 de Junio, 2021 |
Resumen
La urticaria autoinmune aparece en pacientes que generan autoanticuerpos funcionales contra el FcεR1 y la IgE. Los anticuerpos involucrados pertenecen al subtipo IgG1 e IgG3. Generalmente es una forma de urticaria más grave y resistente al tratamiento. La importancia de diagnosticar urticaria autoinmune radica en que al hacerlo los enfermos pueden recibir una explicación acerca de una enfermedad desconcertante y que habitualmente no remite. En casos seleccionados de urticaria autoinmune también se abre un espectro de tratamientos eficaces que incluyen terapias inmunomuduladoras. La prueba de suero autólogo se utiliza como estudio de rastreo para esta patología. La sensibilidad y especificidad son cercanas al 80%. El diagnóstico puede confirmarse mediante la demostración de liberación de histamina de basófilos o células cebadas de dermis. El tratamiento de la urticaria autoinmune consiste en la utilización de antihistamínicos H1 con escaso efecto sedante en las dosis recomendadas. Las dosis superiores a las habituales se utilizan en pacientes en quienes la enfermedad se controla escasamente. En casos agudos y durante las exacerbaciones puede administrarse prednisolona. El tratamiento inmunomodulador con ciclosporina puede considerarse en casos refractarios.
Palabras clave
Urticaria, autoinmune, anticuerpos anti-FcεR1, anticuerpos anti-IgE
Abstract
Autoimmune urticaria occurs in patients in whom there are functional autoantibodies directed against FcεR1 and IgE. The antibodies concerned are of subtypes IgG1 and IgG3. It is generally more severe and treatment-resistant. The significance of diagnosing autoimmune urticaria is that patients can be offered an explanation for an otherwise unremitting and puzzling condition. It also opens up the prospect of effective treatment by immunomodulatory treatment in selected patients with autoimmune urticaria. The autologous serum skin test is used as a screening test for autoimmune urticaria. The sensitivity and specificity are about 80% respectively. The diagnosis can be confirmed by demonstrating release of histamine from target basophils or dermal mast cells. Treatment of autoimmune urticaria involves the use of low sedation H1 antihistamines in licensed dosages. Off-label dosages are used if the condition is still poorly controlled. Prednisolone can be used in acute and severe flare-ups. Immunomodulatory treatment with cyclosporin can be considered in recalcitrant cases.
Key words
Urticaria, autoimmune, anti-FcεR1 antibody, anti-IgE antibody
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