El COVID-19 es una enfermedad multisistémica de la que aún se desconocen algunos de sus signos, síntomas y costo total en vidas humanas. Además se cuenta con datos e información limitada acerca del impacto de las enfermedades preexistentes y acerca de si todas ellas aumentan el riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19.
Los síntomas generales del COVID-19 son relativamente inespecíficos y similares a otras infecciones virales comunes dirigidas a las vías respiratorias, e incluyen fiebre, tos, mialgia y falta de aliento, entre otros. Su espectro clínico varía de enfermedad leve con signos y síntomas inespecíficos de enfermedad respiratoria aguda, a neumonía severa con falla en la respiración y choque séptico. Además, se ha descrito la existencia de infección asintomática, sin embargo,
las investigaciones para elucidar la prevalencia real de la enfermedad y la verdadera tasa de mortalidad relativa aun están en desarrollo a nivel mundial. (1, 2)
De acuerdo con los CDC, las personas de cualquier edad con ciertas afecciones subyacentes tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19. Dichas afecciones además de las enfermedades crónicas mencionadas por Ssentongo y col., (3) incluyen: cáncer, enfermedad renal crónica, EPOC, obesidad, diabetes mellitus tipos 1 y 2; asma, estado inmunodeprimido por trasplante de órganos, condiciones cardíacas graves, como insuficiencia cardíaca, enfermedad de las arterias coronarias o miocardiopatías, hipertensión o presión arterial alta, anemia drepanocítica, enfermedad cerebrovascular, fibrosis quística, inmunodeficiencias, VIH, uso de corticosteroides o de otros medicamentos que debilitan el sistema inmunológico, condiciones neurológicas como la demencia, enfermedad del hígado, fibrosis pulmonar, talasemia, ser fumador, entre otros (4).
Adicionalmente y de acuerdo con la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO)(5) es importante considerar el impacto potencial de la hiperglucemia y la hipertensión preexistentes en el resultado de COVID-19 en mujeres embarazadas.
Por otra parte, aunque se ha descrito que los niños tienen bajo riesgo de enfermarse gravemente por el COVID-19, aquellos con complejidades médicas, como las afecciones neurológicas, genéticas o metabólicas, o enfermedad cardiaca congénita tienen alto riesgo de enfermarse. (4)
Lo que ya esta más que esclarecido es que el riesgo de tener síntomas severos por COVID-19, puede aumentar en las personas mayores y en personas de cualquier edad que tienen problemas de salud graves como las mencionadas anteriormente y en aquellas en condiciones de pobreza, ya que esta ampliamente descrito que la incidencia de factores de riesgo como la diabetes, la hipertensión y la obesidad es generalmente mayor entre los pobres. Por ejemplo, en Argentina y Uruguay la prevalencia de algunos de esos factores de riesgo es entre 5 y 8% más alta en las personas con bajos niveles de educación que entre las más educadas y es más probable que los pobres tengan comorbilidades que aumenten el riesgo de padecer complicaciones por el virus. (2, 6, 7)
Sumado a ello, gran parte de la población no sabe que padece un factor de riesgo y no está consciente de los problemas de salud subyacentes que son relevantes para la gravedad del COVID-19.
Para América Latina y el Caribe que no están incluidas en el artículo de Ssentongo y col., se estima que 137 millones de personas (21% de su población), tienen al menos un factor que los pone en mayor riesgo de padecer en forma grave la enfermedad COVID-19, de acuerdo con el Global Burden of Disease Study. La prevalencia de una o más afecciones es de aproximadamente el 48% para las personas de 50 años o más y del 74% para las de 70 años o más. Datos recientes de encuestas de salud representativas a nivel nacional en Argentina, Brasil, Ecuador, Guyana, México, Perú y Uruguay, muestran que la prevalencia de la obesidad, hipertensión y colesterol alto en personas mayores de 20 años es superior al 30% en la mayoría de los países, y más del 40% en otros como México (2, 6, 7).
Ha sido reportado que las enfermedades no transmisibles –como las cardíacas, el cáncer y los accidentes cerebrovasculares- son las principales causas de muerte en las Américas, con una tasa de mortalidad para enfermedades no transmisibles de 427,6 personas por cada 100 mil habitantes en toda la región, siete veces más alta que la tasa de mortalidad por enfermedades infecciosas, con 59,9 personas por 100 mil habitantes. En adultos, las tasas de sobrepeso y obesidad son muy elevadas: el 64% de los hombres y el 61% de las mujeres tiene sobrepeso u obesidad y adicionalmente el 39% de los adultos no realiza suficiente actividad física. La presión arterial alta afecta al 21% de los varones y al 15% de las mujeres, mientras que la diabetes mellitus al 9% y al 8%, respectivamente. (2, 8)
Es de mencionar que las tasas de mortalidad pueden estar sobre o subestimadas en todos los países ya que en los servicios de salud que están sobrecargados por la respuesta pandémica, es posible que algunas muertes que no son causadas directamente por COVID-19, sino por causas complejas frecuentes en los decesos de personas con comorbilidades de base, sean atribuidas indirectamente al COVID-19, pero también puede ocurrir que en personas fallecidas con cuadros leves o moderados no se atribuya al COVID-19 como cusa de muerte, sino que se asigne incorrectamente una causa de muerte más general.(9)
De acuerdo con lo anterior es importante que a nivel clínico se tenga actualizada la lista de enfermedades preexistentes asociadas con mayor riesgo al COVID-19, con base en resultados de investigaciones a nivel mundial, con el fin de prestar la mejor atención posible a los pacientes, e informar a las personas acerca de cuál es su nivel de riesgo con el fin de generar conciencia y se puedan tomar decisiones individuales acerca de la prevención de la enfermedad, como bien lo mencionan Ssentongo y col., en el artículo que sirve de base para este comentario.
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Referencias:
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Gunturiz ML. Comportamiento del hipotiroidismo, diabetes y la obesidad en tiempos de pandemia de COVID-19. Rev ALAD. 2020; 10: 112-123. DOI: 10.24875/ALAD.20000009.
Ssentongo P, Ssentongo AE, Heilbrunn ES, Ba DM, Chinchilli VM. Association of Cardiovascular Disease and 10 Other Pre-existing Comorbidities with COVID-19 Mortality: A Systematic Review and Meta-analysis. PLoS One. 2020; 15(8): e0238215. https://doi.org/ 10.1371/journal.pone.0238215.
CDC. Enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19). Disponible en: https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/need-extra-precautions/people-with-medical-conditions.html.
Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia. Enfermedades no transmisibles y COVID-19. Disponible en: https://www.figo.org/es/enfermedades-no-transmisibles-y-covid-19.
Clark A, Jit M, Warren-Gash C, Guthrie B, Wang HHX, Mercer SW, et al. Global, regional, and national estimates of the population at increased risk of severe COVID-19 due to underlying health conditions in 2020: a modelling study. The Lancet. 2020; June 15. https://doi.org/10.1016/S2214-109X(20)30264-3.
Berlinski S, Gagete-Miranda J, Vera-Hernández M. Los problemas de salud, la pobreza y los desafíos de COVID-19 en América Latina y el Caribe. Disponible en: https://blogs.iadb.org/ideas-que-cuentan/es/los-problemas-de-salud-la-pobreza-y-los-desafios-de-covid-19-en-america-latina-y-el-caribe/. Acceso septiembre 10 de 2020.
Organización Panamericana de la Salud. Últimos “Indicadores Básicos” de la OPS arrojan luz sobre la situación de salud en las Américas. Disponible en: https://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=14960:ultimos-indicadores-basicos-de-la-ops-arrojan-luz-sobre-la-situacion-de-salud-en-las-americas&Itemid=1926&lang=es. Acceso julio 10 de 2020.
Alvarez Castaño VH, Ministerio de Salud y Protección Social. Exceso de mortalidad en Colombia 2020. Junio 23 de 2020.