Programa Actualización Científica sin Exclusiones (ACisE)

Informes comentados


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Informe
Autor del informe original
Mónica Natalia Lovera
Columnista Experto de SIIC
Institución:
Posadas Argentina

Incidencia de la Diabetes Mellitus Tipo 2 entre los Trabajadores de la Salud
A partir de los resultados obtenidos en la investigación de una cohorte de trabajadores de la salud, los autores plantearon la necesidad de difundir y fomentar cambios en los hábitos que conducen a la obesidad y al aumento de la incidencia de la diabetes.


Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
http://www.siicsalud.com/des/ensiiccompleto.php/142491


Comentario
Autor del comentario
Rossy Muciño 
Consultorio particular, Tlalnepantla de Baz, México


La diabetes tipo 2 (DBT2) es un grupo de enfermedades metabólicas caracterizadas por la hiperglucemia como resultado de la resistencia a la insulina, de la deficiencia de insulina o de ambas.
Es un cuadro crónico, incurable y progresivo que ocasiona complicaciones macrovasculares y microvasculares cuando no se tiene un control adecuado.
Los factores de riesgo de la DBT2: tener más de 45 años (aunque en México hay cada vez más personas diagnosticadas con menor edad); tener sobrepeso u obesidad; tener padre, madre, hermano con DBT2; presión arterial elevada; presencia de dislipidemias; sedentarismo.
En México no existen datos que nos revelen la incidencia de DBT2 en los trabajadores de la salud.
La prevalencia de mujeres con diabetes es de 10.3%, y la de hombres, 8.4%; el 90% de
los casos de diabetes mellitus tipo 2 se relaciona con el sobrepeso y obesidad. Fuente: Ensanut 2016.
En resumen, tener sobrepeso u obesidad y ser sedentario son los factores más importantes en la aparición de la DBT2, por lo tanto los puntos más importantes a modificar son tener una alimentación saludable y la introducción de la actividad física.
Conocer los factores que causan esta enfermedad no necesariamente es un buen pronóstico para no padecerla; sin duda el objetivo es combatir el sobrepeso y la obesidad, en cuyo tratamiento la alimentación y la introducción de la actividad física son indispensables. Sin embargo estos cuadros no son solo fisiológicos, el estado emocional de las personas desempeña un papel determinante para lograr un buen apego al , ya que cada individuo tiene un vínculo muy personal con los alimentos y posiblemente de ahí derive la complejidad de un buen tratamiento.
Me atrevería a decir que los trabajadores de la salud no están exentos de contraer la enfermedad, ya que los horarios, las pocas horas de sueño, el estrés, el sedentarismo y las malas decisiones al momento de seleccionar los alimentos son factores que ayudan a la aparición de DBT2. Copyright © SIIC, 2019

Palabras Clave
diabetes mellitus, factores de riesgo, estudio de cohorte, trabajadores de la salud
Especialidades
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Informe
Resumen SIIC
AC Looker
Institución: Centers for Disease Control and Prevention,
Atlanta EE.UU.

Influencia de la Etnia en el Riesgo de Fracturas en los Pacientes con Diabetes
El mayor riesgo de fracturas, en los pacientes con diabetes, está fuertemente determinado por la etnia. En el estudio, la probabilidad de fracturas fue significativamente más alta en los pacientes diabéticos de origen mexicano-americano y en los sujetos negros no hispanos.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/149933


Comentario
Autor del comentario
Fernando Gordillo Altamirano 
Monash University, Clayton, Australia


La diabetes mellitus (DBT) es la endocrinopatía crónica más prevalente a nivel mundial. Los países en desarrollo, incluso aquellos de la región de Latinoamérica y el Caribe, son los que experimentarán el mayor aumento en el número de pacientes con DBT en las próximas décadas.1 Es un problema costoso para los sistemas de salud, una importante causa de morbimortalidad y tiene un impacto significativo en la calidad de vida de los enfermos.2 En parte, estos efectos son producidos por la asociación de la DBT con otras comorbilidades y por complicaciones propias de la enfermedad.
Aunque la asociación entre DBT y un riesgo aumentado de fracturas ha sido ya documentada, el artículo de Looker y colaboradores nos brinda nueva información. El estudio pretende responder una
interrogante principal, ¿cuál es la relación entre DBT y fracturas según los grupos étnicos? Es una pregunta relevante, pues la mayoría de los estudios previos se han centrado exclusivamente en dicho análisis para poblaciones caucásicas. La metodología ha sido cuidadosamente planteada, con puntos fuertes que incluyen la utilización de una muestra relativamente grande y representativa de adultos mayores estadounidenses (la empleada para el National Health and Nutrition Examination Survey), y su acertado ajuste mediante criterios de exclusión para quedarse con información completa y confiable de los pacientes.
Looker y su grupo determinaron que el riesgo de fracturas en pacientes con DBT cambia significativamente entre los grupos étnicos. Para individuos mexicano-estadounidenses con DBT el cociente de riesgos (hazard ratio) de fractura fue de 2.37, en comparación con individuos del mismo grupo étnico sin DBT. Al repetir este análisis en la población afroamericana no hispana, el cociente de riesgos fue de 1.87. Estos dos incrementos en el riesgo de fracturas fueron estadísticamente significativos. Sin embargo, para los pacientes caucásicos, la presencia de DBT no modificó su riesgo de fractura. Este estudio brinda evidencia que sugiere que la relación entre DBT y fracturas es más fuerte en pacientes de origen no caucásico.
Permitámonos brevemente conjeturar las razones de estas observaciones. ¿Estamos ante el hallazgo de diferencias genéticas, metabólicas o fisiopatológicas inherentes entre estos grupos étnicos? ¿Será la manifestación de hábitos o conductas diferentes entre ellos? ¿Será la consecuencia del desequilibrio social que en países como Estados Unidos suele desfavorecer a grupos minoritarios como los resaltados en este estudio? ¿O tal vez una combinación de algunos o de todos estos factores? La respuesta, desconocida por el momento, guarda gran valor pues permitirá fortalecer nuestro papel en el cuidado integral de la salud de estos enfermos. Por lo tanto, debería también motivar futuras investigaciones que exploren además la realidad de esta enfermedad en pacientes de nuestra región.
Copyright © SIIC, 2019

Palabras Clave
diabetes, hemoglobina glucosilada, fracturas, NHANES
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
Cristòbal Ignacio Espinoza Diaz
Columnista Experto de SIIC
Institución:
Cuenca Ecuador

La lipohipertrofia como complicación de la administración subcutánea de insulina en la diabetes mellitus tipo 1
La lipohipertrofia es alarmantemente alta en nuestra población. Es por ello que se recomienda poner énfasis en el examen físico del paciente con diabetes mellitus tipo 1, concretamente en los sitios de inyección, así como interrogar y educar respecto de la técnica utilizada para la administración de la insulina.


Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
https://www.siicsalud.com/des/crosiiccompleto.php/158981


Comentario
Autor del comentario
Adriana Villarino 
Jefe. Médica especialista en Medicina Interna, Hospital Italiano de Córdoba, Córdoba, Argentina


Luego de leer atentamente el artículo publicado, aparecen un par de preguntas. La primera, por supuesto, es preguntar sobre el tipo de insulinas administradas, ya que la tasa de aparición de lipohipertrofia es extremadamente alta en esta serie, lo que me hace pensar en que posiblemente estén utilizando insulinas con mayor componente inmunogénico, como las porcinas o más aún las bovinas, ya que luego de la aparición de la insulina humana altamente purificada este proceso disminuyó significativamente y másaún desde la utilización de insulinas análogas.
La segunda pregunta que surge es respecto a la técnica de colocación, que podría influir en la aparición de áreas lipohipertróficas, como la temperatura de la insulina o el uso de alcohol para limpiar la piel.
Respecto a las edades
de mayor frecuencia, bastante mayor en las personas de más edad en esta serie, creo que, en niños más pequeños, posiblemente las insulinas sean administradas por un adulto, lo cual más frecuentemente se realiza en los brazos o en la región glútea; zona con menor frecuencia de aparición en esta serie, difícil de lograr de motus proprio en un adulto, quienes se autoadministran en general la insulina.
Por último, consideraría el grado de control metabólico de los pacientes que presentan esta complicación, dado que en ocasiones inyectar insulina en estas áreas produce una absorción errática con dificultad para lograr estabilidad metabólica y esto podría verse reflejado en un grupo comparador que no presentara estas lesiones.
Acuerdo plenamente en que el tiempo trascurrido desde el inicio de la insulinización podría ser una causa importante para considerar, como se explicitara en la discusión, y que el grado de escolarización se corresponda a mayor duración de diabetes.
Creo que publicar este artículo, de gran interés para nuestra práctica clínica logra el propósito de que seamos metódicos al examinar a nuestros pacientes insulinizados.
Copyright © SIIC, 2019

Palabras Clave
diabetes tipo 1, lipohipertrofia, insulina
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
Pablo Stiefel
Columnista Experto de SIIC
Institución: Hospitales Universitarios Virgen del Rocío.
Sevilla España

Niveles de Glucosa en Sangre en la Hipertrofia Cardíaca
En el presente artículo pretendemos revisar la asociación que existe entre la glucemia plasmática y la hipertrofia cardíaca. Además, presentamos datos propios sobre la relación entre la llamada sensibilidad de la glucosa, esto es, la capacidad de la glucosa para desaparecer del plasma con independencia de la insulina, y la masa ventricular izquierda.

Resumen
La aparición de hipertrofia cardiaca está mediada tanto por factores hemodinámicos como por factores no hemodinámicos. En este sentido, se ha descrito una relación positiva y significativa entre la masa ventricular izquierda (MVI) y la hemoglobina A1c en la hipertensión arterial esencial. Además, los individuos hipertensos con diabetes tienen una mayor MVI que los pacientes no diabéticos hipertensos, pese a tener cifras de presión arterial similares. También se ha descrito que una mejora del control glucémico contribuye a la regresión de la hipertrofia ventricular izquierda en pacientes hipertensos con diabetes tipo 2, y que estos cambios se produjeron de forma independiente de la variación de la presión arterial. Por último, se ha publicado recientemente que la efectividad de la glucosa (que representa la capacidad de la glucosa para llevar a cabo por sí misma su propia desaparición en plasma, con independencia de los cambios dinámicos de la insulina basal) está fuertemente relacionada con la MVI en pacientes con hipertensión arterial en estadio 1 o con cifras de presión arterial normal-alta.


Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
http://www.siicsalud.com/des/expertocompleto.php/127023


Comentario
Autor del comentario
Pablo Alberto Bacci 
Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, Argentina


Con largo tiempo ya, el paradigma grasa saturada+colesterol>LDL elevadas>trasudación de lípidos>estrías grasas>lesiones ateromatosas>epidemia de mortalidad cardiovascular está llegando a su fin. Desde los tiempos de Ancel Keys y la famosa pirámide alimentaria, todos los abocados al cuidado de la salud cardiovascular hemos sido educados en este razonamiento simplista. ¡Como si la biología fuera tan simple! Pero ahora empezamos a dudar.
La realidad nunca se amolda a nuestros deseos o nuestra imaginación, como muchas veces pretendemos. Repasaba la historia clínica de mi paciente NNM, quien padece diabetes tipo 2 regularmente controlada y sufrió infarto extenso a comienzos de este año con insuficiencia cardíaca posterior (by pass en 2002): realizamos más de un control anual y sus valores de colesterol total fueron de 100 a
110 mg% y los de LDL entre 25 y 40 mg% durante los últimos 7 años (bajo mi cuidado “estatínico”), pero sus glucosiladas no bajaron nunca de 7.1 mg%.
Me viene a la cabeza la última droga para diabetes que es la primera que se muestra como promisoria en enfermos cardiovasculares (inhibidores de la SGLT2 empagliflozina), ya que en los últimos trabajos tuvo un impacto significativo en la reducción de la mortalidad (total y CV). Dicha droga baja la glucemia por eliminar glucosa en orina: ¿No sería mejor que la glucosa, en primer lugar, no entrara en nuestro sistema?
Ha llegado el tiempo de pensar diferente: tenemos que subir algunos escalones en la complejidad de nuestro razonamiento y entender que la partícula de LDL por sí misma NO es dañina, ya que es un elemento necesario de nuestra biología. El problema yace en el comportamiento biológico de las apolipoproteínas (y de todas la proteínas en general), dado que son ellas las que determinan nuestro comportamiento fenotípico y se dañan con el mal uso (léase oxidación-glucación). Es hora de que prestemos atención a otros factores más importantes que el “maldito” colesterol. Es hora de que salgamos de nuestras cajas, nos pongamos un poco más atrás e intentemos ver la realidad de otra manera. Empecemos a mirar otros factores (¿son los carbohidratos necesarios en nuestra dieta? ¿alguna vez lo fueron?). Quizás el problema principal no son las grasas en sí mismas, ni siquiera las grasas saturadas; quizás nunca lo fueron.

Copyright © SIIC, 2016

Palabras Clave
masa ventricular izquierda, hipertrofia cardiaca, efectividad de la glucosa, resistencia a la insulina, factores no hemodinámicas
Especialidades
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