Informes comentados


C.gif Cardiología C.gif
 
Informe
Resumen SIIC
LZ Rojas
Institución: Fundación Cardiovascular de Colombia,
Floridablanca Colombia

Insuficiencia Cardíaca Descompensada
Se pone de manifiesto que el uso de tratamiento médico basado en las guías reduce la mortalidad hospitalaria y las nuevas internaciones a corto plazo y que mejora la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia cardíaca aguda descompensada a los 30 días del alta. La proporción de terapia de bloqueo neurohormonal cuádruple al alta hospitalaria fue considerablemente mayor que en otras cohortes internacionales.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/175750


Comentario
Autor del comentario
Julio Bono 
Médico de planta, Sanatorio Allende Nueva Córdoba, Córdoba, Argentina


La insuficiencia cardíaca descompensada aguda (ICDA) constituye una de las principales causas de hospitalización cardiovascular, con elevadas tasas de mortalidad y rehospitalización a corto plazo, además de un impacto económico y social considerable.1
En los últimos años, diversos registros han permitido identificar determinantes pronósticos más allá de lo demográfico: fragilidad, sarcopenia, polifarmacia no cardiovascular, anemia y desnutrición.2–4 Así, el registro CURE-HF documentó la relevancia de la hiperpolifarmacia y de la presencia de demencia como predictores de mal pronóstico,5,10 mientras que el estudio AURORA puso en evidencia las diferencias entre octogenarios y no-octogenarios con ICDA.8 Asimismo, el WET-HF identificó a las mujeres con fracción de eyección supranormal o levemente reducida como un subgrupo vulnerable,6 y el registro Kochi demostró que la fragilidad interfiere en la
implementación de terapias guiadas por guías.2
Otros estudios han ampliado la perspectiva. El trabajo publicado en Emergency Medicine International (2023) mostró que la duración de la estancia hospitalaria es un determinante pronóstico independiente, mientras que un análisis en ESC Heart Failure (2023) diferenció los perfiles clínicos y evolutivos de pacientes con shock cardiogénico por ICDA versus infarto agudo de miocardio (IAM). Por su parte, el CURE-HF Registry validó la utilidad del score HELT-E2 S2 en la estratificación pronóstica, y otros estudios recientes han señalado el papel del índice nutricional geriátrico (GNRI), de la hemoglobina y de biomarcadores inflamatorios sistémicos como predictores de evolución adversa.11-13
En este marco, resulta interesante el resumen objetivo del trabajo “Insuficiencia Cardiaca Descompensada”, ya que menciona cómo el registro ICARUS (Institutional a Cute Secompens Ated HeaRt FailUre RegiStry) ofrece un aporte original desde Latinoamérica al describir los primeros 1.595 casos de ICDA atendidos en un centro de alta complejidad.5 Entre los hallazgos de ICARUS se destacan una mortalidad intrahospitalaria del 4.3%, una rehospitalización a 30 días del 8.7 % y una mejora significativa en calidad de vida. Además, más del 70% de los pacientes recibieron terapia cuádruple al alta.5 En comparación, el registro EVOLUTION HF reportó una mortalidad cercana al 28% al año, pese a la disponibilidad de terapias recomendadas.1 En Asia, el estudio nacional publicado en JACC Asia (2025) mostró infrautilización de los inhibidores del receptor de angiotensina-neprilisina (ARNI) y los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2), aun cuando el uso de betabloqueantes y antagonistas de mineralocorticoides fue elevado.4 Estos contrastes sugieren que los desenlaces favorables observados en ICARUS podrían estar influidos tanto por características poblacionales como por el hecho de tratarse de un centro de referencia y/o por la administración al alta de los pacientes con la cuádruple terapia.
A diferencia de registros como CURE-HF o AURORA, ICARUS no exploró variables pronósticas como fragilidad, deterioro cognitivo o sarcopenia.7–10 Tampoco incluyó biomarcadores emergentes como GNRI, hemoglobina o índices de inflamación sistémica,11–13 ni evaluó la utilidad de scores de gravedad como SOFA (Ann Med Surg 2025). Esto limita su capacidad para identificar subgrupos de alto riesgo y restringe el potencial para generar herramientas de predicción aplicables en la práctica clínica.
En suma, mientras ICARUS representa un avance para comprender la ICDA en Latinoamérica y evidencia buenas prácticas con alta implementación del tratamiento médico óptimo de acuerdo a las guías, sus resultados deben ser interpretados con cautela en comparación con registros multicéntricos internacionales, que incorporan mayor diversidad de variables clínicas, biomarcadores y herramientas de estratificación de riesgo.
Limitaciones y controversia metodológica
El carácter monocéntrico del estudio ICARUS y el seguimiento limitado a 30 días restringen la generalización y la posibilidad de evaluar desenlaces sostenidos. Además, no se realizaron análisis multivariables que permitieran ajustar por factores de confusión.5
Lo más relevante es la controversia metodológica, los autores plantearon objetivos descriptivos (caracterizar pacientes, prácticas y desenlaces), pero concluyen que la terapia guiada por guías redujo mortalidad y rehospitalización.5 Tal inferencia causal excede el alcance de un diseño observacional y debe interpretarse con cautela, como subrayan también otras experiencias contemporáneas. 1,4
Por lo tanto, ICARUS debe considerarse un punto de partida para visibilizar la realidad regional y una base sólida para futuros estudios multicéntricos, con seguimiento prolongado y análisis multivariables, que permitan confirmar y ampliar estas observaciones.
Copyright © SIIC, 2025 Referencias bibliográficas
1 Bozkurt B, Savarese G, Adamsson Eryd S, et al. EVOLUTION HF. JACC Heart Fail 11(10):1320-1332, 2023. 2 Hamada K, Ueda T, Hayashi T, et al. Kochi Registry. ESC Heart Fail 10(2):1050-1060, 2023. 3 Stämpfli SF, Scherrenberg M, Seiler T, et al. Swiss Cohort Study. Eur J Prev Cardiol 30(12):1464-1473, 2023. 4 Lee S, Kim J, Park J, et al. Nationwide GDMT practice. JACC Asia 5(1):34-47, 2025.
5 Rojas LZ, Gómez-Ochoa SA, Rodríguez JA, et al. ICARUS registry. Arch Cardiol Mex 95(1):42-48, 2025.
6. Kawai A, Shiraishi Y, Kohsaka S, et al. WET-HF. Int J Cardiol 409:132166, 2024.
7 Kimura T, Kobayashi A, Takahashi J, et al. Sarcopenia in ADHF. Int Heart J. 66(3):363-374, 2025.
8 Nishino M, Egami Y, Kawanami S, et al. AURORA study. Circ J. 88(1):103-109, 2023.
9 Kanai M, Egami Y, Kawanami S, et al. Hyperpolypharmacy in ADHF. Circ J. 88(1):33-42, 2024.
10 Machida K, Egami Y, Kawanami S, et al. Dementia in ADHF (CURE-HF). Circ J. 88(1):93-102, 2023.
11 Ono M, Mizuno A, Kohsaka S, et al. GNRI in ADHF. J Clin Med. 12(5):1891, 2023.
12 Omoomi S, Heidarpour M, Shafie D, et al. Hemoglobin and ADHF. BMC Cardiovasc Disord. 23:491, 2023.
13 Zhou Y, Li P, Wu F, et al. Inflammation biomarker in ADHF. Front Endocrinol 12:1627821, 2025.

Palabras Clave
insuficiencia cardíaca, descompensación cardíaca, América Latina, mortalidad
Especialidades
C.gif   Ep.gif         AP.gif   CI.gif   EdM.gif   E.gif   EM.gif   F.gif   Ge.gif   MF.gif   Mfa.gif   MI.gif   SP.gif   T.gif   
Informe
Resumen SIIC
LZ Rojas
Institución: Fundación Cardiovascular de Colombia,
Floridablanca Colombia

Insuficiencia Cardíaca Descompensada
Se pone de manifiesto que el uso de tratamiento médico basado en las guías reduce la mortalidad hospitalaria y las nuevas internaciones a corto plazo y que mejora la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia cardíaca aguda descompensada a los 30 días del alta. La proporción de terapia de bloqueo neurohormonal cuádruple al alta hospitalaria fue considerablemente mayor que en otras cohortes internacionales.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/175750


Comentario
Autor del comentario
Daniel Victor Ortigoza(1) Pablo Spada(2)  

(1) Médico de planta, Hospital Municipal de Morón, Morón, Argentina
(2) Jefe, Hospital Municipal de Morón, Morón, Argentina


La insuficiencia cardiaca (IC) se define como un síndrome clínico caracterizado por edemas, fatiga, congestión pulmonar y disnea, que producen elevación de las presiones intracavitarias y/o un gasto cardíaco inadecuado tanto en reposo como en ejercicio, que puede corroborarse con métodos invasivos o no invasivos como la elevación del péptido natriurético.
La IC se clasifica según la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) en reducida (IC-FEr), preservada (IC-FEr), ligeramente reducida (IC-FElr) y mejorada. La modalidad de manifestación clínica puede ser lenta e insidiosa o de presentación súbita y se la divide en insuficiencia cardíaca aguda descompensada (ICAD) e insuficiencia cardíaca crónica (ICC).
La ICC, entidad que se reconoce como un cuadro clínico con cierta estabilidad en su evolución clínica, tiene una prevalencia del 1
- 2% en pacientes adultos y estas cifras se incrementan a > 10 % en pacientes luego de los 70 años. Es la causa clínica más frecuente de presentación en sala de emergencias con cifras cercanas al 45% y lo hace como ICD.
Según el resumen objetivo sobre el trabajo Decompensated heart failure in a single center of a Latin American country: findings from the first 1595 cases in the ICARUS registry, el costo anual de la ICD basados en la prevalencia oscila entre 8.500 a 25.000 dólares por paciente y por internación en países desarrollados; en Latinoamérica, Colombia, donde fue desarrollado este estudio de cohorte prospectivo, la estadía hospitalaria de internación por IC fue de 8 +/-11 días y su costo aproximado fue de 2.525 dólares estadounidenses.
El Registro Institucional de Insuficiencia Cardíaca Aguda Descompensada (ICARUS) proporciona una extensa base de datos donde se pudo extraer información sobre características epidemiológicas, factores de riesgos, presentaciones clínicas, uso de dispositivos implantables, marcapasos, cardio desfibriladores (CDI), tratamiento médico, entre otros datos. Gracias a este extenso registro, se pudo analizar una cohorte prospectiva de 1595 pacientes que se presentaron al servicio de emergencias del centro cardiovascular Floridablanca, Santander, Colombia con diagnóstico de insuficiencia cardíaca aguda (ICA). Evaluar la mortalidad hospitalaria por todas las causas, los días de estancia o estadía de internación, y luego del alta a los 30 días, donde se analizaba la mortalidad, la rehospitalización, la calidad de vida evaluada con la puntuación del cuestionario de Minnesota (MLHFQ), la terapia de trasplante cardíaco o el uso de dispositivos de asistencia ventricular mecánica. Se analizaron datos personales de pacientes mayores a 18 años como sexo, edad, nivel educativo, seguro social etc.; datos cardiológicos: FE, código internacional de enfermedades (CIE-10), clasificación de IC según la Asociación Americana del Corazón: (AHA) A, B, C, D, y según la Asociación del Corazón de Nueva York (NYHA) I, II, III, IV; índice de comorbilidad de Charlson; enfermedad de Chagas (SI/No); entre otras preguntas de escrutinio. También se realizaron numerosos parámetros de laboratorios, por ejemplo: ferremia, hemoglobina glicosilada y péptidos natriuréticos.
De igual manera, se estudiaron las escalas funcionales de Barthel, escala de depresión de Zung, escala de calidad de vida medida con el MLHFQ, entre otras valoraciones.
El seguimiento de los pacientes se realizó telefónicamente a los 3 y 30 días del alta hospitalaria.
Se analizaron los primeros 1595 pacientes de la base de datos de ICARUS que ingresaron por ICD desde junio del 2023 a septiembre del 2024. La media de edad de los pacientes fue de 68 años, 69.29% eran varones, 68.53% tenían subsidio de seguridad social. El 74.23 % era analfabeto o tenían estudios educativos primarios, el 90.72% residía en zonas rurales.
Los antecedentes médicos más frecuentes fueron: hipertensión arterial (HTA) en 56.58 %, enfermedad coronaria un 26.08%, fibrilación auricular (FA) en 24.64%, y diabetes mellitus (DBT) 24.64%.
La etiología de IC fue: isquémica necrótica del 38.31%, idiopática 24.25 %, enfermedad de Chagas 21.25% y patología de origen valvular 14.92%.
El 16.36% de los pacientes enrolados tenían un dispositivo implantable y de ellos el 8.46% un cardiodesfibrilador implantado (CDI); con respecto a la clasificación de IC, el 81.25 % se encontraba en clase C de la AHA, el 59% en clase III-IV de la NYHA y la mediana de la FEVI fue del 30% (IC-FEr).
Con respecto a los días de internación, este fue de 6 días (Q1 = 4; Q3 = 11), con una incidencia acumulada de rehospitalización a los 30 días del 8,70 % (intervalo de confianza [IC] del 95%: 7.18 – 10.40%), una incidencia acumulada de mortalidad hospitalaria del 4.33 % (IC del 95%: 3.38 – 5.44%) y una mediana de cambio en la puntuación de calidad de vida (MLHFQ) de -20 puntos (Q1 = -37; Q3 = -5), medido a los 30 días.
El registro ICARUS analizó por primera vez una extensa población latinoamericana con insuficiencia cardiaca descompensada en una sala o guardia de emergencias, gracias al cual se interpretaron datos sociodemográficos, clínicos y patrones de tratamiento.
En esta cohorte prospectiva asignada se usó tratamiento de la IC dirigido por las guías consistente en el bloqueo neuro-hormonal cuádruple (inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina [IECA]; bloqueadores del receptor de angiotensina [ARA II]; inhibidores del receptor de angiotensina-neprilisina [IRNA]); antagonistas del receptor de mineralocorticoides [ARM]; inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 [iSGLT2] y betabloqueantes [BB]) , estrategia que al ingreso de los pacientes no superó el 49% y mejoró notablemente al momento del alta hospitalaria superando el 75%.
La incidencia de IC por enfermedad de Chagas en esta población fue del 21.25%, casi un 50 % mas que otros estudios poblacionales en Latinoamérica, tal vez, debido al riguroso escrutinio utilizado para el ingreso a este registro.
La mortalidad intrahospitalaria en este estudio fue baja (4.3%), en consonancia con otros estudios internacionales (OPTIMIZE-HF y ADHERE) y, referido a rehospitalización a 30 días, se observó un 8.7%, casi un 40% menos que en el estudio EVOLUTION-HF, explicadas probablemente por una alta adherencia farmacológica en este registro latinoamericano.
Para evaluar la calidad de vida en los pacientes enrolados se utilizó el score MLHFQ evidenciando una notable mejoría, ya que valores más bajos de la puntuación se correlacionan con una optimización de su bienestar. Los pacientes con ICD que reciben y adhieren a la terapia basada en las guías reducen la mortalidad intrahospitalaria, mejoran la calidad de vida y disminuyen las tasas de reinternaciones a corto plazo.
Copyright © SIIC, 2025 Bibliografía Rojas LZ, Gómez-Ochoa SA, Rodríguez JA, García-Rueda KA et al. Decompensated heart failure in a single center of a Latin American country: findings from the first 1595 cases in the ICARUS registry. Arch Cardiol Mex 95(1):42-48, 2024. doi: 10.24875/ACM.24000020. PMID: 39447249.
Copyright © SIIC, 2025

Palabras Clave
insuficiencia cardíaca, descompensación cardíaca, América Latina, mortalidad
Especialidades
C.gif   Ep.gif         AP.gif   CI.gif   EdM.gif   E.gif   EM.gif   F.gif   Ge.gif   MF.gif   Mfa.gif   MI.gif   SP.gif   T.gif   
Informe
Resumen SIIC
X Liu
Institución: Zhejiang Hospital,
Hangzhou China

Actividad Física y Mortalidad en Pacientes Hipertensos de Edad Avanzada
Aunque la actividad física vigorosa se considera beneficiosa para la salud, en pacientes hipertensos de edad avanzada no parece ofrecer una mayor reducción en la mortalidad en comparación con la actividad física moderada. Es importante considerar las condiciones individuales de salud y la tolerancia a la actividad al formular recomendaciones de ejercicio en esta población.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/175784


Comentario
Autor del comentario
Diego Costa 
Hospital de Clinicas José de San Martín, Ciudad de Buenos Aires, Argentina


Los beneficios de la actividad física son incuestionables. No obstante, al igual que sucede con casi cualquier otra exposición, la manera de hacerla y la dosis determinan el grado de beneficio y hasta el posible perjuicio. Todavía existe incertidumbre sobre el mejor tipo de ejercicio para cada población, y cuál es la medida óptima.
En el resumen objetivo sobre el trabajo Vigorous Physical Activity Dos not Lower All-cause and Cardiocerebrovascular Mortality more tan Meoderate Physical Activity inage Hypertensive Patients, destaca cómo los autores evaluaron los efectos de 3 niveles de actividad física en la población de adultos mayores de 65 años con hipertensión arterial (HTA). Estos niveles se determinaron de la siguiente forma: sedentarismo (sin actividad); actividad física moderada (AFM) = 30 minutos por
sesión, = 5 días por semana; y actividad física vigorosa (AFV) = 20 minutos por sesión. Sin embargo, esta definición de niveles de actividad física puede ser problemática, porque no mide de manera directa la intensidad, por ejemplo, con METs (Metabolic Equivalent of Task). Además, depende del reporte de los participantes, que pueden tener sesgos e inconsistencias; del análisis se categorizaron a 2897 personas en el grupo sedentario, 684 en el de AFM y 1880 en el de AFV. Las personas que hacían AFV comparadas con las de AFM tenían mayor frecuencia de tabaquismo, de sobrepeso y de HTA, lo esperable es que hubiera menos personas en el grupo de AFV, y además probablemente con menos comorbilidades. Se podría entonces conjeturar que el grupo de AFV hacía sólo menos tiempo de actividad, y no necesariamente más vigorosa. Los resultados, que indican que la AFV no ofrece beneficios sobre la AFM, y que incluso puede ser perjudicial en ciertos grupos, pueden estar sesgados por estas consideraciones. Existen algunas posibles explicaciones del aumento de mortalidad dada por una actividad más vigorosa, que los autores puntualizan: el aumento del flujo cerebral que podría desencadenar más eventos, o alteraciones autonómicas que aumenten la susceptibilidad a la isquemia miocárdica y a las arritmias. Sin embargo, es poco probable que estos efectos sean numéricamente tan grandes como para modificar los resultados generales. Además, varios estudios previos encontraron resultados discordantes, en los cuales la mayor intensidad de actividad física se asoció con una mejoría del control de la presión arterial (PA) y menos eventos cardiovasculares de manera global. La mayor fortaleza de este estudio está dada por la cantidad de individuos que se incluyeron, en total 5461, con datos obtenidos de una encuesta muy confiable como lo es la de la National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES), realizada por los Centers for Disease Control and Prevention. Esto dio la posibilidad de llevar a cabo ajustes por los principales factores de riesgo de manera confiable, y obtener datos de mortalidad comprobables. Sin embargo, las limitaciones de la definición de actividad física hacen que sea difícil sacar conclusiones definitivas. Queda claro que la actividad física redujo la mortalidad total con respecto al sedentarismo, pero el objetivo central del estudio de determinar el impacto de la intensidad de la actividad aún permanece incierto. Copyright © SIIC, 2025

Palabras Clave
hipertensión, edad avanzada, mortalidad, actividad física
Especialidades
C.gif   MI.gif         AP.gif   EdM.gif   Ge.gif   MD.gif   MF.gif   Ne.gif   Nu.gif   SP.gif   
Informe
Resumen SIIC
VJ Vera-Ponce
Institución: Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza de Amazonas (UNTRM),
Amazonas Perú

Prehipertensión y Presión Arterial Normal-Alta en América Latina
En el metanálisis de estudios latinoamericanos, la prevalencia combinada de prehipertensión y de presión arterial normal-alta fue elevada, de modo que más de la cuarta parte de la población adulta en la región podría tener un riesgo elevado de presentar hipertensión arterial. Se encontró una variabilidad importante entre los países.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/175797


Comentario
Autor del comentario
Daniel Piskorz 
Socio Gerente, Sanatorio Británico, Rosario, Argentina


En los últimos años se ha generado gran controversia en relación con los puntos de corte para definir hipertensión arterial (HTA) en consultorio, tanto como en la denominación de los distintos niveles de presión arterial (PA). Las guías 2023 de la European Society of Hypertension (ESH) no reconocen el concepto de prehipertensión, y consideran la categoría de presión normal alta en consultorio cuando la sistólica se encuentra entre 130 - 139 mmHg y la diastólica entre 85-89 mmHg.1 Por el contrario, las guías de la European Society of Cardiology (ESC), alineándose con las guías conjuntas del American College of Cardiology (ACC) y la American Heart Association (AHA), no aceptan el concepto de prehipertensión ni el de presión normal alta, y toman como PA
elevada cuando la sistólica se encuentra entre 120 - 139 mmHg o la diastólica 70 - 89 mmHg.2 En cambio, las guías norteamericanas categorizan la PA sistólica elevada cuando la sistólica es 120 - 129 mmHg o la diastólica mayor a 80 mmHg.3 En el continente latinoamericano, las guías de la Sociedad Latinoamericana de Hipertensión Arterial (LASH) se alinean con las de la ESH, reconociendo solo la categoría de normal alta, con los mismos valores de corte.4 En la Argentina, las guías de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), la Federación Argentina de Cardiología (FAC) y la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), en proceso de publicación actualmente, persisten con la denominación de PA limítrofe cuando la sistólica es 130 - 139 mmHg y la diastólica 80 - 89 mmHg.5 Estas divergencias entre las sociedades científicas tienen significativas implicancias a la hora de tomar decisiones terapéuticas, por lo que no deben ser tomadas con ligereza, y son muy relevantes para la discusión del trabajo que se analizará en los próximos párrafos.
El presente comentario científico analiza el resumen del estudio de Vera Ponce y colaboradores publican el trabajo original: Prevalencia de prehipertensión y presión sanguínea normal alta en Latinoamérica: una revisión sistemática con metanálisis.6 Por lo expuesto previamente es crucial, para evitar sesgos potenciales de esta publicación, considerar minuciosamente la definición de prehipertensión y PA normal alta, en un contexto donde se reconoce que la relación entre PA arterial y riesgo cardiovascular es continua, lineal y positiva desde valores superiores a 115-75 mmHg, y que por lo tanto, los valores de corte resultan más de una convención arbitraria que de evidencias provenientes de estudios epidemiológicos.7
Los autores incluyeron estudios observacionales transversales publicados como texto completo en sujetos mayores de 18 años, considerando prehipertensión la definición del 7° Comité Nacional Conjunto de los Estados Unidos de Norteamérica (JNC7): PA sistólica 120 - 139 mmHg o diastólica 80 - 89 mmHg, e HTA normal alta siguiendo las guías europeas: PA sistólica130 - 139 mmHg y diastólica 85 - 89 mmHg.8 Por lo que se observa entonces, cierto grado de superposición entre ambas definiciones, y diferencias con lo consensuado previamente en cuanto a puntos de corte con las guías de práctica médica.
Para la extracción de la información los autores realizaron un análisis cuantitativo, determinándose el riesgo de sesgos potenciales, clasificado en bajo, alto, y no claro. Sobre un total de 1108 estudios evaluados, luego de excluir aquellos que no cumplieron los criterios de inclusión, se seleccionaron 17 artículos. De los estudios incluidos, 15 se enfocaron en evaluar la frecuencia de prehipertensión, 1 exclusivamente en la HTA normal alta, y 1 en ambas condiciones. Por lo expuesto, los resultados relacionados con la segunda de las condiciones previamente mencionadas resultan bastante débiles, aunque el estudio que incluyo significativamente más pacientes fue en esta, pero en un solo país. La edad promedio de los individuos que participaron de estos relevamientos osciló entre los 37 y los 60 años, es decir adultos jóvenes y adultos, y el género femenino estuvo representado entre el 46% y el 100% de los casos. El tamaño muestral osciló entre poco más de 100 sujetos hasta casi 276 000 individuos. Una de las limitaciones más significativa de esta revisión sistemática y metanálisis es la gran variabilidad de dispositivos utilizados para medir la PA, desde esfigmomanómetros mercuriales, pasando por los aneroides, hasta llegar a los digitales braquiales o de muñeca y la tonometría. Por lo tanto, no se pueden excluir sesgos del observador ni garantizar la precisión del instrumento de medida o garantizar la confiabilidad de los datos proporcionados. La estandarización de los procesos es esencial en cualquier práctica médica, sobre todo para la medición de la PA (para que los datos sean comparables).
La frecuencia de prehipertensión fue en promedio 28% aproximadamente, con una gran variabilidad entre los estudios; mientras que la de presión normal alta fue 19.23%. Teniendo en cuenta que el diagnóstico se estableció en una sola consulta con 2 a 3 mediciones sucesivas, es altamente probable que estas frecuencias hayan sido sobreestimadas, ya que se sabe del fenómeno de regresión a la media en sucesivas mediciones, por lo que se necesitarían aproximadamente 74 mediciones de PA en consultorio para asegurar una variación biológica del parámetro menor a 5 - 7 mmHg. Estos datos justifican la medición de la PA fuera de consultorio, debido a que, además, entre 10% y 15% de los pacientes con PA limítrofe o normal alta son en realidad pacientes con HTA oculta, sobre todo en sujetos con sobrepeso u obesidad, con diabetes, fumadores y si son de género masculino.9
Consideraciones finales
Los pacientes con valores de PA entre 130 - 139 mmHg de sistólica y 85 - 89 mmHg de diastólica, más allá de la denominación que se utilice para nombrarlos, cualquiera sea su edad o género, se convierten en el 40% a 50% de los casos en pacientes con HTA en un seguimiento a 10 años. De ahí la relevancia de hacer un seguimiento adecuado y justificar la recomendación de un estilo de vida saludable. Por otra parte, se indica con alto nivel de evidencia la medición de la PA fuera del consultorio médico, ya sea monitoreo ambulatorio de presión arterial (MAPA) o monitoreo domiciliario de la presión arterial (MDPA), ya que en realidad entre el 10% y el 15% de los individuos en estos rangos de PA son pacientes con HTA oculta, y presentan más factores de riesgo cardiovascular asociados y comorbilidades, y mayor riesgo cardiovascular.
Copyright © SIIC, 2025 Bibliografía

1 Mancia G, Kreutz R, Brunström M, Burnier M, Grassi G, Januszewicz A, y col. 2023 ESH Guidelines for the management of arterial hypertension The Task Force for the management of arterial hypertension of the European Society of Hypertension: Endorsed by the International Society of Hypertension (ISH) and the European Renal Association (ERA). J Hypertens41(12):1874-2071, 2023. doi: 10.1097/HJH.0000000000003480. Erratum in: J Hypertens42(1):194, 2024. doi: 10.1097/HJH.0000000000003621.
2 McEvoy JW, McCarthy CP, Bruno RM, Brouwers S, Canavan MD, Ceconi C, y col.ESC Scientific Document Group. 2024 ESC Guidelines for the management of elevated blood pressure and hypertension. Eur Heart J 45(38):3912-4018, 2024. doi: 10.1093/eurheartj/ehae178. Erratum in: Eur Heart J46(14):1300, 2025. doi: 10.1093/eurheartj/ehaf031.
3 Whelton PK, Carey RM, Aronow WS, Casey DE Jr, Collins KJ, Dennison Himmelfarb C y col.2017 ACC/AHA/AAPA/ABC/ACPM/AGS/APhA/ASH/ASPC/NMA/PCNA Guideline for the Prevention, Detection, Evaluation, and Management of High Blood Pressure in Adults: Executive Summary: A Report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Clinical Practice Guidelines. Hypertension71(6):1269-1324, 2018. doi: 10.1161/HYP.0000000000000066. Erratum in: Hypertension71(6):e136-e139, 2018. doi: 10.1161/HYP.0000000000000075. Erratum in: Hypertension72(3):e33, 2018. doi: 10.1161/HYP.0000000000000080.
4 Sánchez R, Coca A, de Salazar DIM, Alcocer L, Aristizabal D, Barbosa E y col.LASH Guidelines Task Force Steering and Writing Committee. 2024 Latin American Society of Hypertension guidelines on the management of arterial hypertension and related comorbidities in Latin America. J Hypertens43(1):1-34, 2025. doi: 10.1097/HJH.0000000000003899.
5 Vissani S, Aquieri A, Rodríguez P, Delucchi A, Schiavone M, Stisman D. Presentado en una Mesa Conjunta SAC-FAC-SAHA el viernes 25 de abril a las 13.45 h en el Salón Panamericano Norte en el marco del XXXI Congreso Argentino de Hipertensión Arterial SAHA 2025 El desafío cardiorenometabólico.
6 Vera-Ponce VJ, Loayza-Castro JA, Zuzunaga-Montoya FE, Vásquez-Romero LEM, Sanchez-Tamay NM, Bustamante-Rodríguez JC y col. Prevalence of prehypertension and high normal blood pressure in Latin America: A systematic review with meta-analysis. Hipertens Riesgo VascS1889-1837(25)00026-1, 2025. doi: 10.1016/j.hipert.2025.02.001.
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Palabras Clave
prehipertensión, presión arterial normal-alta, América Latina, prevalencia
Especialidades
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