Autor del informe
Orlando A. Forestieri
Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, Argentina
No existen dudas acerca de la indicación de antieméticos durante la administración de agentes quimioterápicos en el cáncer ginecológico, fundamentalmente en los de endometrio y de ovario.
Precisamente, el uso de fármacos antagonistas del receptor de serotonina y corticoides asociados a la quimioterapia con paclitaxel más carboplatino promueve el objetivo de mejorar la calidad de vida. La adición de un antagonista del receptor NK1 en estos casos la incrementaría.
El artículo fue elaborado por los doctores Maehara, Ueda y Miyamoto en la Fukuoka University, de Japón, y reclutó 26 pacientes (tres de las cuales se excluyeron por contraindicación por metástasis, neoplasias en el sistema nervioso central, úlcera péptica activa o patología obstructiva gastrointestinal que incrementan sensiblemente el riesgo emético).
Se consideraron parámetros de contraindicación para el
tratamiento: vómitos en las 24 horas previas a la terapia; leucopenia inferior a 3000 leucocitos/mm3 y menos de 1500 neutrófilos/mm3; menos de 100 000 plaquetas/mm3, y valores de TGP/TGO > 2.5 valor normal y de bilirrubina > 1.5 valor normal.
El grupo de 23 mujeres a evaluar fue dividido aleatoriamente en dos ramas. El grupo A recibió 3 mg de un antagonista de la serotonina y 16 u 8 mg de dexametasona por vía intravenosa. El grupo B, integrado por once pacientes, recibió la terapia mencionada más 125 mg de aprepitant (inhibidor del receptor de NK1) por vía oral el día 1 y 80 mg los días 2 y 3 del tratamiento.
Si bien no se hallaron diferencias entre ambos grupos respecto de edad, estadio, ingesta de alcohol o náuseas, sí fue significativa la respuesta al aprepitant en la inhibición de náuseas y vómitos en la etapa aguda, aunque fue igual a la del grupo A en la etapa tardía.
Si analizamos el uso de aprepitant asociado al grupo control es notable la eficacia sostenida desde el primer ciclo de este antagonista NK1 con respecto a antagonistas del receptor de serotonina más corticoides sobre náuseas, vómitos y uso de paclitaxel más cisplatino.
Debe mencionarse también una buena respuesta en la tolerancia posterior a los alimentos, donde el fármaco muestra un efecto positivo sobre la función gástrica.
Si bien el número de casos del estudio analizado es bajo, el trabajo está metodológicamente bien diseñado. Para el análisis estadístico se utilizó la prueba de McNemar y la de chi al cuadrado, considerando los valores de p < 0.05 como significativos.
La indicación del esquema paclitaxel más carboplatino en neoplasias de endometrio y ovario tiene en el aprepitant asociado con esquemas antieméticos de inhibidores de 5HT3 y corticoides una oportunidad terapéutica de notable eficacia.
De todos modos, será importante analizar retrospectiva y prospectivamente ensayos que continúen demostrando la continuidad de la terapia analizada, habida cuenta de que ofrece, al menos en el presente trabajo, una buena perspectiva de calidad de vida y adhesión al tratamiento de base.
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