Informe
Autor del informe original
J Ambroszkiewicz
Institución: Institute of Mother and Child,
Varsovia Polonia

Marcadores Inflamatorios en Niños con Alergia a la Leche de Vaca Tratados con Dieta Libre de Leche de Vaca
En niños con alergia a la leche de vaca, la utilización de dietas estrictas libres de leche de vaca, aunque asociadas con la resolución de los síntomas, no anula por completo la inflamación inducida por la alergia. Por lo tanto, estos pacientes parecen persistir con inflamación de bajo grado. La valoración de marcadores inflamatorios específicos podría ser de utilidad para monitorizar la eficacia del tratamiento.

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/166860

Comentario
Autor del informe
Mariel Alejandra Gabe 
Centro Integral de Salud Infantil, Buenos Aires, Argentina


En el tratamiento de la APLV (Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca) se utiliza una dieta de exclusión estricta. En niños amamantados, es la madre quien debe eliminar de su alimentación alimentos con leche de vaca o sus derivados. En niños quienes consumen fórmula láctea, se debe indicar una fórmula extensamente hidrolizada de proteínas de suero y/o caseína. En caso de que esta no sea tolerada o se produzcan manifestaciones graves, conviene indicar una fórmula de aminoácidos.
En mi rol de licenciada en nutrición, observo que en esta dieta solamente se suele poner énfasis en los alimentos que hay que eliminar y en los que están permitidos, sin mencionar alimentos que podrían participar del mecanismo de inflamación. Esto me parece importante,
ya que de acuerdo al estudio Valoración de marcadores inflamatorios en niños con alergia a la leche de vaca tratados con dieta libre de leche de vaca, bajo la autoría de Ambroszkiewicz J, Gajawska J, Chelchowska M, Rowicka G, a pesar de realizar la dieta correctamente no se anula la inflamación provocada por la alergia. Debido a esto, me permito cuestionarme si no es necesario apuntar a recomendar, dentro de los alimentos permitidos, el consumo diario de alimentos antiinflamatorios. Los fitoquímicos presentes en los alimentos, se comportan como mensajeros intracelulares, a través de la formación de metabolitos activos. Estos activan o inhiben la expresión de genes involucrados en los procesos inflamatorios. Las familias de los principales fitoquímicos con propiedades antiinflamatorias son los carotenoides, compuestos fenólicos, alcaloides, compuestos nitrogenados y órganosulfurados.
La dieta mediterránea sería el estilo de alimentación que cumpliría con este requerimiento. La misma es rica en vegetales, legumbres, frutos frescos y secos, cereales, alimentos bajos en grasas saturadas, aceite de oliva y pescado, principalmente. Por otro lado, me cuestiono si sería pertinente indicar aumento en el consumo de omega 3, ya sea a través de un suplemento o de los alimentos, teniendo en cuenta que, según la revisión publicada en el año 2021: Beneficial Outcomes of Omega-6 and Omega-3 Polyunsaturated Fatty Acidson Human Health: An Updatefor 2021, tanto el ácido eicosapentaenoico (EPA) como el ácido docosahexaenoico (DHA) tienen efecto antiinflamatorio. Varios estudios muestran una relación inversa entre el estado de EPA y DHA y los marcadores sanguíneos de inflamación, como la proteína C reactiva y algunas citoquinas, como IL-6. Esta última también asociada con la inflamación producida por la APLV. Por todo esto, considero que se debería hacer hincapié en que la madre lactante consuma estos alimentos, ya que se ha comprobado que la alimentación de la madre influye en la composición de la leche materna, principalmente cuando hablamos de la naturaleza de la grasa ingerida, ya que está relacionada con la composición de ácidos grasos de la leche y, dado que la síntesis endógena de DHA es baja, es necesario un aporte materno adecuado, además de eliminar los indicados para la APLV.
Considero que, en el caso de los lactantes alimentados con fórmulas lácteas, habría que estudiar si sería posible el aumento de la fortificación con omega 3 u otros nutrientes que pudieran participar del mecanismo inflamatorio. También, me parecería adecuado que en niños que ya comenzaron la alimentación complementaria se pudieran recomendar alimentos con propiedades antiinflamatorias, además de restringir los correspondientes a los de la APLV.
Bibliografía consultada: Caballero-Gutiérrez Lidia, Gonzáles Gustavo F. Alimentos con efecto anti-inflamatorio. Acta méd. peruana  [Internet]. 2016  Ene [citado  2022  Jul  05] ;  33( 1 ): 50-64. Disponible en: http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1728-59172016000100009&lng=es.
Djuricic I, Calder PC. Beneficial Outcomes of Omega-6 and Omega-3 PolyunsaturatedFattyAcidson Human Health: AnUpdatefor 2021. Nutrients. 2021 Jul 15;13(7):2421. doi: 10.3390/nu13072421. PMID: 34371930; PMCID: PMC8308533.
Martínez García Rosa María, Jiménez Ortega Ana Isabel, Peral-Suárez África, Bermejo Laura M, Rodríguez-Rodríguez Elena. Importancia de la nutrición durante el embarazo. Impacto en la composición de la leche materna. Nutrición Hosp. [Internet]. 2020 [citado el 5 de julio de 2022] ; 37 (spe2): 38-42. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112020000600009&lng=es. Epub 28-dic-2020. https://dx.doi.org/10.20960/nh.03355.

Palabras Clave
marcadores inflamatorios, niños, alergia a la leche de vaca, dieta libre de leche de vaca
Especialidades
A.gif   P.gif        AP.gif   Bq.gif   DL.gif   EdM.gif   Ep.gif   In.gif   Nu.gif   
Informe
Autor del informe original
BO Asvol
Institución: Norwegian University of Science and Technology,
Trondheim Noruega

Sedentarismo y Propensión a Presentar Diabetes: Efecto del Ejercicio Físico y la Obesidad
La conducta sedentaria que implica permanecer sentado durante intervalos extensos, puede determinar, en personas que no realizan actividad física, un aumento en la propensión a experimentar diabetes.

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/155163

Comentario
Autor del informe
Mariel Alejandra Gabe 
Centro Integral de Salud Infantil, Buenos Aires, Argentina


La Federación Internacional de Diabetes (IDF, por su sigla en inglés), define tres tipos de diabetes: diabetes tipo 1, tipo 2 y gestacional. Esta última tiene lugar durante la gestación y puede desaparecer luego del parto. Sin embargo, las mujeres afectadas y sus hijos tienen riesgo aumentado de padecer diabetes tipo 2 más adelante en su vida.
La diabetes mellitus tipo 1 no puede ser prevenida, los desencadenantes ambientales que se cree que generan el proceso que resulta en la destrucción de las células productoras de insulina del cuerpo aún están bajo investigación. Sin embargo, en la diabetes mellitus tipo 2 juegan un papel muy importante los factores medioambientales, como el consumo de alimentos no saludables y la adopción de conductas inactivas y hábitos
sedentarios. Existen tres pilares fundamentales en el tratamiento de esta última: La alimentación, la medicación y el ejercicio físico, según indica la IDF. Respecto de este último aspecto, me parece interesante el artículo de Asvol y colaboradores, ya que busca encontrar la correlación directa que hay entre la diabetes y el tiempo de sedentarismo, dándole relevancia a la necesidad de realizar actividad física, debido a que, según se observa en la práctica diaria y según refiere la IDF, sus beneficios están subvalorados. En una revisión sistemática sobre control glucémico a través del ejercicio físico en pacientes con diabetes mellitus tipo 2, realizada por Quílez Llopis y Reig García-Galbisse, publicada en la revista Nutrición Hospitalaria en 2015, se llega a la conclusión de que es necesaria la prescripción de un entrenamiento estructurado, con una frecuencia, volumen e intensidad determinados para lograr beneficios en el control glucémico. Puntualmente, plantea que se deben realizar 150 minutos de entrenamiento semanal, con un intervalo no mayor de 48 horas entre sesiones, para lograr un control glucémico adecuado. Sin embargo, el artículo de Asvol y su grupo no se refiere a la actividad física como necesariamente estructurada, pero sí concluye que la conducta sedentaria puede ocasionar, en personas que no realizan ejercicio físico, un aumento en la propensión a presentar diabetes tipo 2. Por otro lado, en un artículo de investigación publicado en 2017 en Revista Médica de Chile, titulado “El sedentarismo se asocia a un incremento de factores de riesgo cardiovascular y metabólicos independiente de los niveles de actividad física”, se realizó un estudio observacional analítico de corte transversal que utilizó información del proyecto GENADIO (Genes, Ambiente, Diabetes y Obesidad) realizado entre 2009 y 2011, en Chile, que evaluó la prevalencia de factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los hallazgos principales de este estudio indican que el efecto del sedentarismo sobre los factores de riesgo cardiometabólicos es independiente de la situación sociodemográfica, del índice de masa corporal (IMC), de la actividad física y de la alimentación. El efecto del sedentarismo sobre estos factores no tendría relación con el aumento de la ingesta calórica, sino con un gasto energético reducido. Por otra parte, este estudio sugiere que los individuos que presentan mayor tiempo de sedentarismo no presentan patrones alimentarios distintos de aquellos con menor tiempo y concluye que altos niveles de sedentarismo tienen un efecto nocivo sobre factores de riesgo cardiovascular y metabólicos, los cuales están asociados con la obesidad. Por lo tanto, luego de analizar estos estudios, me parece de suma importancia advertir sobre la necesidad de la actividad física, definida según la Organización Mundial de la Salud como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía, abarcando actividades como formas de transporte activas, juego, trabajo, actividades domésticas, más allá del ejercicio físico que incluye una rutina planificada, programada y estructurada. Ya que suele suceder que las personas no advierten sobre la importancia de mantener una vida activa y desconocen que, a pesar de realizar ejercicio físico, si el tiempo que invierten de manera sedentaria es largo, pueden contrarrestar los efectos benéficos del ejercicio físico. Por otro lado, es importante dar a conocer la influencia que tiene el sedentarismo y la costumbre de realizar actividades pasivas diarias sobre el aumento de la glucemia, la insulina y el riesgo de presentar diabetes mellitus tipo 2, así como de otras enfermedades cardiometabólicas, más allá de remarcar la importancia de mantener una alimentación saludable. Sin embargo, por todo lo ya expuesto y porque suele verse con frecuencia en las consultas médico nutricionales, se debe hacer hincapié en que la alimentación saludable no debe ser la única variable a considerar para la prevención de estos trastornos metabólicos. Considero que debe categorizarse de la misma manera que el tiempo de sedentarismo y actividad física. Copyright © SIIC, 2019

Palabras Clave
sedentarismo, diabetes tipo 2, estudio HUNT, propensión a presentar diabetes, actividad física
Especialidades
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