Autor del informe
Claudia Borges Alonso
Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, Argentina
El artículo de los doctores Nguyen y Powelda, da a conocer una amplia recopilación de datos alimentarios obtenidos de la encuesta NHANES (NationalHealth and Nutrition Examination Survey) 2003-2010. El objetivo de la investigación fue examinar la relación existente entre el consumo de comida rápida y en restaurantes de servicio completo y el ingreso de energía y nutrientes en adultos entre 20 y 64 años en los Estados Unidos, considerando que aumentan el consumo energético total, así como la incorporación excesiva de otras sustancias nocivas para el organismo como las grasas saturadas, azúcar y sal y que, en los últimos 30 años ha aumentado hasta 24% del total de energía consumida diariamente en este grupo de edad.
Los resultados de la presente investigación ponen de
manifiesto las diferencias en el consumo de comida rápida según grupos de edad y sexo; se encontró que los hombres jóvenes consumen más grasas saturadas y cantidad total de alimentos que las mujeres y adultos mayores. Es de señalar las diferencias encontradas en el consumo de comida rápida según la etnia, donde las personas de raza negra mostraron un aumento del ingreso energético total, de grasas saturadas y de sodio, en comparación con hispanos y blancos, independientemente de la edad. Las personas con ingresos altos consumieron menos sodio, y los adultos mayores tuvieron un menor ingreso energético adicional, en comparación con los de ingresos medios.
Por otra parte, el trabajo muestra el hecho de que aquellos que consumieron alimentos en restaurantes de servicio completo tuvieron un incremento de un 10% en la ingesta calórica diaria. Este último con cifras de 205.21 kcal diarias adicionales en comparación con 194.49 kcal consumidas en restaurantes de comida rápida. Los datos ofrecidos llaman la atención en cuanto a los grupos susceptibles de consumir alimentos menos saludables, que serían las poblaciones donde cabría realizar campañas de salud para orientar sobre estilos de vida saludables.
Cabe señalar en este contexto que los adultos no reducen la ingesta calórica fuera de los restaurantes para compensar el exceso consumido. Esta situación alerta sobre la necesidad de que se establezcan políticas gubernamentales encaminadas a la reducción de factores de riesgo que se presentan a gran escala en las poblaciones y que se originan en el consumo excesivo de comida rápida, exponiendo a un gran porcentaje de la población a padecer obesidad, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, resistencia a la insulina y enfermedad cardiovascular.
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