LA EMERGENTOLOGIA SE INICIA COMO NUEVA DISCIPLINA EN ICA
La costa del Perú, donde se localiza el Departamento de Ica y por donde transitaron las máximas autoridades de la Fundación SIIC (F SIIC) y de la Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), se encuentra en el llamado Cinturón de fuego del Pacífico, una de las zonas más activas sísmicamente del mundo, producto de la tectónica entre las placas de Nazca y la Sudamericana.
El 15 de agosto de 2007, frente a las costas de Chincha Alta y a 60 kilómetros al oeste de la ciudad de Pisco, tuvo lugar un movimiento sísmico de una magnitud de 7,8 en la escala de Richter que dejó como consecuencia casi 600 muertos y miles de hogares destruidos.
En la ciudad de Ica, la doctora Cecilia García Minaya, Directora Regional de Salud, y los profesores Rafael Bernal Castro y Rosa María Hermitte conversaron distendidamente sobre la repercusión global en la sociedad peruana de tragedias naturales como aquella y el impacto concreto que éstas han representado en la actual política de salud regional de Ica.
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De las desgracias aprendemos algo grande", declara la Directora Regional, quien reconoce que a pesar de que siempre se contó con informes y programas de actuación que contemplaban estos desastres naturales, no tenían la práctica necesaria para desarrollar un plan de reacción, "
y la práctica se aprendió con dolor".
Verse expuestos a tamaña experiencia, condujo al país a una reconstrucción que contempló "
un rediseño de nuestro sistema", y la creación de "
un plan de contingencia muy elaborado, muy tendiente a nuestras necesidades en el área de salud para dar respuestas inmediatas".
Cuando se le pregunta acerca del contenido curricular de las materias que se imparten en las universidades regionales y su correspondencia con la preparación que imperiosamente requieren los profesionales implicados en la resolución de este tipo de fenómenos naturales, la respuesta de la doctora no se deja esperar: "
Estamos en un proceso de calificación y clasificación de los profesionales de la salud con el temperamento necesario para hacer este tipo de tareas". A lo que añade que la clave está en saber que "todo depende de una buena organización" y del perfil de esos obreros de la reconstrucción que necesariamente deben poseer "
temple, espíritu trabajador, capacidad de solidaridad y mucho desprendimiento".
En los diferentes estadios que atraviesa el desastre, la población juega un rol fundamental como parte afectada pero también como parte activa: "
Había muchas maneras de reaccionar: en unos momentos con gran esperanza, en otros con desasosiego; y en aquellos lugares donde se trabajó en equipo, se superaron muchísimas cosas, y en aquellos donde se dio una reacción negativa, no tuvimos avances, es más, en esas zonas tuvimos que intervenir doblemente".
Hoy, esa conciencia colectiva del bien común todavía da signos de rezago: se observa basura arrojada en el cauce de los ríos, se improvisan viviendas con lo que se tiene a mano en las zonas pretéritas del desastre… Todo ello evidentemente conlleva un riesgo epidemiológico potencial sobre el cual ya se han tomado medidas que atienden especialmente a niños y adolescentes que incluyen planes de alimentación para paliar el elevado índice de anemia nutricional infantil que se disparó tras el terremoto, ludoterapias y módulos de atención psicológica para tratar el estrés postraumático.
Para ejecutar todo esto, la formación de los profesionales de la salud es vital, y es responsabilidad del gobierno "
dotarles de una ayuda didáctica" actualizada y en castellano, afirma la doctora Minaya. Y en relación a ello concluye:"
Me parece excelente la sociedad científica que ustedes nos presentan, porque para nosotros el idioma es muchas veces un límite para poder acceder a muchísimas páginas, y es muy poco el tiempo que tenemos realmente para dedicar a nuestro autoestudio."
Cecilia García Minaya
Directora Regional de Salud de Ica
Ica, Perú