EL SATURNISMO DE VAN GOGH

Los síntomas clínicos evidenciados por Van Gogh cumplen los criterios diagnósticos actuales para el Trastorno Mental Orgánico debido a lesión cerebral o enfermedad somática, y Trastorno Orgánico de la Personalidad

Si bien el reconocimiento póstumo de la genialidad de Vincent Van Gogh se acepta hoy en día sin discusión, comentan los autores, el esclarecimiento del origen de la psicopatología del pintor holandés sigue generando arduas discusiones. El diagnóstico de esquizofrenia ha sido descartado, y actualmente se piensa en crisis epilépticas temporales de tipo psicomotor, frecuentes por lesiones estructurales de aparición tardía en el adulto. Se sabe que el pintor utilizaba pigmentos de plomo, de alta toxicidad por su elevado contenido en sales de este mineral: bastaría la entrada de metal por vía digestiva, cutánea o inhalatoria en mínimas cantidades diarias para provocar, por bioacumulación, la lesión encefálica caracterizada por crisis epilépticas, accesos de irritabilidad patológica, insomnio, vértigo, alucinaciones y delirium (encefalopatía saturnina), además de otros trastornos (dolor abdominal, anemia, alteraciones motoras) referidos en las innumerables biografías del artista.

Por ende, refieren, se propone la hipótesis de que el cuadro patológico del pintor se asociaría a una intoxicación por exposición reiterada al plomo.

Se efectuó una investigación documental, mediante un método de búsqueda bibliográfica que permitiera la compilación, análisis, ordenación y confrontación de ideas, hechos o documentos, con el fin de extraer conclusiones o verificar hipótesis. A través de un análisis histórico-biográfico, describen, se confrontaron los síntomas de la enfermedad a través del tiempo con los del saturnismo. La necesidad de manejar conceptos de psicopatología implicó la utilización de la Cuarta Edición Revisada del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-R), y la CIE-10 publicada por la OMS. El problema central al analizar el hecho histórico de la enfermedad de Van Gogh, advierten, es que únicamente se contaba con los síntomas que manifiesta en pintor en sus cartas, y con los juicios diagnósticos de los médicos que lo atendieron, careciendo de los datos que podrían ofrecer las técnicas actuales.

A mediados del siglo XIX, refieren, el "carbonato de plomo" era uno de los mejores pigmentos para el "blanco de plomo", y el "cromato de plomo" era magnífico para la gama de amarillos de cromo; estos pigmentos son prácticamente los únicos realmente tóxicos en la pintura al óleo, cuya utilización entraña riesgo de saturnismo. Se sabe que el pintor mezclaba con blanco casi todos sus colores, para que la capa de pintura fuera opaca y de gran poder cubriente; por datos contenidos en sus cartas y por la textura cremosa de muchas de sus obras, no hay dudas de que utilizaba el blanco de plomo, al menos durante su período holandés. En su estancia en Arles, Francia, el artista expresaba con amarillos de cromo el entusiasmo que le producía el paisaje del radiante sol del Mediodía.

Un año después de realizar los primeros paisajes al óleo, el pintor comienza a quejarse de astenia, que atribuye a su descuido alimentario, y luego a una supuesta "neurosis" propia del oficio; precisamente, las primeras manifestaciones de saturnismo suelen denominarse "neurodistonía vegetativa o neurosis", o se imputan a una alimentación deficiente, hasta que surgen los síntomas cardinales. También data de este período la aparición de estomatitis, con inflamación gingival dolorosa, a la que hace referencia en sus cartas. Posteriormente, aparece la anemia (diagnosticada durante su primer ingreso al hospital de Arles) y el colorido cutáneo pálido-grisáceo ("color plúmbico"), que aparece en sus autorretratos de la época. En 1988 hace referencia a molestias abdominales persistentes, compatibles con las del saturnismo crónico: dolor solapado, subclínico y recidivante. La "encefalopatía saturnina", la manifestación más grave de la enfermedad, puede ser muy proteiforme: epilepsia con convulsiones o crisis focales, trastorno mental orgánico de delirium, o ambos, además de otros síntomas centrales (ej. alucinaciones, vérgicos, irritabilidad, trastornos sexuales, etc.). Los síntomas neuropsiquiátricos del artista eclosionan en coindicencia con su genial período arlesiano, cuando su pintura alcanza la máxima expresión luminosa y colorista. Tras el famoso episodio de automutilación de su oreja, relatan, fue internado en el hospital de Arles, con diagnósticos de "crisis epilépticas con alucinaciones visuales y auditivas, y delirio". Actualmente, se tiende a aceptar el diagnóstico original de epilepsia, donde el área del lóbulo temporal es la más predispuesta a sufrir la agresión cerebral (las crisis temporales son las más frecuentes- 40-60%- de las epilepsias adquiridas del adulto); hasta hace pocas décadas, la intoxicación por plomo causaba con mayor frecuencia este tipo de epilepsia. En la psicopatología de Van Gogh, muchos síntomas avalan este diagnóstico.

Los estados crepusculares pueden originar conductas agresivas, frecuentemente desencadenadas por el consumo de bajas cantidades de alcohol, y formar parte (como fenómeno intercrítico) de un trastorno orgánico de la personalidad o, según la nosología actual, de cambios de personalidad debidos a causa médica generalizada (intoxicación crónica por plomo). Estos hechos se verifican en la biografía del pintor, como también los episodios de delirium (estado onírico con marcada inquietud y desatención, actualmente denominado "trastorno mental orgánico") y la neuropatía periférica radial (también frecuente en el saturnismo). Por testimonios de sus cartas, amplían, también se constata la presencia de otros síntomas centrales: vértigos, inestabilidad, trastornos de la función sexual, oscilaciones anímicas y alteraciones perceptivas (falsas interpretaciones o ilusiones sensoriales de la realidad, en forma de macropsias y micropsias), pérdidas de conocimiento y amnesia postictal.

Por ende, concluyen los autores, los síntomas clínicos que presentó Vincent Van Gogh cumplen los criterios diagnósticos actuales de Trastorno Mental Orgánico debido a lesión cerebral o enfermedad somática y Trastorno Orgánico de la Personalidad (CIE-10 y DSM-IV-R).

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