El estigma, la burocracia y la percepción negativa del sistema sanitario español dificultan el acceso y la adherencia al tratamiento de los migrantes con VIH/SIDA a pesar de la cobertura universal garantizada por las leyes del Estado.
El estudio publicado por la revista de acceso abierto Annals of Medicine * explora los desafíos para recibir atención médica por VIH/SIDA que enfrentan los migrantes atendidos en los Servicios de Salud de Madrid, España.
Situación reinante
A pesar del acceso universal garantizado por el sistema sanitario local, las personas migrantes que viven con virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) enfrentan obstáculos significativos en diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Los autores consideran que las creencias personales, los estigmas sociales y las trabas administrativas generan vulnerabilidad y condicionan la continuidad de la atención médica.
El diagnóstico temprano de la infección por VIH permite una vinculación oportuna a la atención, reduce tanto la progresión de la enfermedad como la morbilidad y la mortalidad, minimiza las complicaciones y disminuye la transmisión del virus. Además, contribuye a la retención y la vinculación con el tratamiento de por vida y seguimiento médico regular para garantizar la eficacia de la prescripción antirretroviral.
El mantenimiento permanente del tratamiento de las personas con VIH conduce a la supresión viral, mejora la esperanza y calidad de vida y previene la transmisión viral. El control mundial de la epidemia a nivel mundial precisa garantizar que los pacientes diagnosticados continúen participando en el seguimiento y tratamiento personal.
El impacto de la migración en el diagnóstico del VIH y su vínculo con la atención sanitaria es un fenómeno complejo cuya comprensión todavía es incompleta.
Los migrantes expuestos a un mayor riesgo de diagnóstico tardío, son víctimas de factores estructurales, sociales y culturales, entre los que destacan: violencia física o verbal, marginación, discriminación, miedo, inseguridad, estigma interno, estigma anticipado y estigma de los proveedores de atención médica. Las consecuencias del maltrato influyen en la atención médica y adherencia al tratamiento.
El sistema público nacional de salud contempla la atención primaria (AP) y especializada (hospitales), brindada a todos los extranjeros (residentes o no residentes), con inclusión expresa de las personas no registradas o legalmente autorizadas para residir. El Ministerio de Sanidad español publicó en 2023 el plan estratégico nacional para la gestión del VIH con cuatro objetivos claves:
prevención, diagnóstico temprano, inicio precoz del tratamiento antirretroviral, gestión de la cronicidad y la mejora de la calidad de vida de las personas afectadas, con especial atención a migrantes y/o pertenecientes a grupos vulnerables.
El uso de los servicios de salud pública por parte de las personas extranjeras (residentes legales o no) exige la obtención previa de una tarjeta sanitaria o un documento de asistencia sanitaria.
Enfoque y resultados
El estudio cualitativo llevado a cabo en la institución pública Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid. entrevistó a 21 migrantes con VIH procedentes de África, América Latina, el Caribe y Europa del Este.
Los hallazgos principales fueron:
Estigma y creencias: el VIH se asoció con muerte, culpa o castigo, lo que retrasó la búsqueda de diagnóstico y favoreció la ocultación ante familiares y parejas.
Consecuencias sociales y laborales: miedo a la discriminación en el empleo, rupturas afectivas y aislamiento.
Barreras administrativas y legales: dificultades para obtener la tarjeta sanitaria, retrasos en el inicio de la terapia y temor a repercusiones sobre la residencia legal.
Relación con el sistema sanitario: desconfianza hacia la atención primaria y experiencias de juicio o falta de empatía que limitaron la adherencia.
Papel de las asociaciones: ONG y redes comunitarias resultaron claves para facilitar acceso a medicación, trámites y acompañamiento.
Creencias personales y del entorno
Los hallazgos de la investigación resaltan las importantes barreras que dificultan el acceso de los migrantes con VIH a la atención médica, fomentadas por las creencias sobre la enfermedad y el profundo impacto del diagnóstico en sus vidas.
Los autores comparten apreciaciones de estudios anteriores que identifican diversas formas de estigma, incluyendo la internalización de creencias negativas (estigma interno) y el miedo a la discriminación futura debido a la condición de salud (estigma anticipado).
El estigma interno se asocia con depresión, ansiedad, menor adherencia al tratamiento y rechazo a buscar ayuda en los servicios de salud, mientras el anticipado conduce a ocultar el diagnóstico, evitar consultas médicas y pruebas de seguimiento y desconfiar de los profesionales sanitarios. Ambos estigmas no actúan de forma aislada, por el contrario, la interacción amplifica efectos negativos como la evitación activa de los tratamientos antirretrovirales. Además, un diagnóstico de VIH suele generar sentimientos de pérdida de identidad, autodesprecio, vergüenza y ansiedad por aspectos de la vida perdidos o en vías de perderse.
Los resultados del estudio revelan que el miedo a perder la confidencialidad, así como las posibles repercusiones sociales y familiares actúan como barreras importantes para la búsqueda de atención médica, situación que lleva a la censura comunitaria o incluso a la marginación social, invisibilidad y pérdida de identidad.
Las preocupaciones sobre el impacto en la vida familiar, el riesgo de rechazo por parte de las parejas o la ruptura de las relaciones después del diagnóstico obstaculizan aún más la adherencia al tratamiento y la continuidad de la atención.
Los autores creen que si bien la educación sexual en las escuelas es necesaria, su implementación efectiva requiere sensibilidad hacia los antecedentes culturales y religiosos de la población destinataria.
Obstáculos sanitarios
El grupo de personas en estudio enfrenta dificultades para acceder a la atención, principalmente debido a la falta de conocimiento sobre los recursos disponibles y/o a barreras administrativas que dificultan el proceso. El desconocimiento del funcionamiento de los sistemas sociales y de salud supone una barrera para la población migrante debido a las dudas y la confusión sobre cómo acceder a consultas médicas o cómo solicitar servicios.
Las demoras en la atención por falta de la documentación requerida también representan obstáculos para el acceso a la atención. El miedo a ser expulsado del país o que su condición médica afecte negativamente la obtención de la documentación, hace que las personas migrantes con VIH eviten la solicitud de intervención médica para su diagnóstico. La falta de conocimiento o un dominio deficiente del idioma del país de acogida también supone un reto a la hora de realizar los trámites administrativos necesarios.
Un ensayo del Ministerio de Sanidad referido a las barreras de acceso a la atención sanitaria para personas migrantes con VIH, identificó la obtención de una tarjeta sanitaria como el mayor obstáculo para recibir atención médica.
En las entrevistas realizadas a los migrantes, varios participantes dudaron respecto a sus posibilidades de asumir los valores de la atención pese a que desde 2018 el Acceso Universal al Sistema Nacional de Salud garantiza la atención médica universal sin coste adicional para las personas migrantes, con independencia de la condición de residencia, beneficio que incluye cobertura de seguro, copagos y gastos de medicamentos.
Interrelación profesional-paciente
La relación entre los profesionales sanitarios y las personas con VIH también actuaría como barrera a la atención cuando los pacientes sienten que son juzgados, cuestionados o estigmatizados dentro de la propia organización sanitaria (estigma estructural y organizacional).
Los pacientes desconectados por razones culturales o lingüísticas con los profesionales que les atienden sienten que se les brinda menos apoyo, percepción que desalienta la confianza en el sistema.
Pese a que los migrantes de Sudamérica o África pueden enfrentar diversas barreras para obtener atención médica, más que la procedencia, el estatus migratorio y la naturaleza personal determinante de los estigmas interno o anticipatorio, aportarían obstáculos adicionales.
Los autores mencionan además los inconvenientes derivados de las relaciones con diversas personas, lugares, espacios e instituciones donde se desarrollan actividades sociales qu generan aceptación o rechazo comunitario.
El estudio cita una investigación local que al centrar su atención en las desigualdades en la gestión del VIH entre migrantes de Sudamérica y África, mostró que presentaban elevado riesgo de diagnóstico tardío (<35 años) y alto de SIDA (entre 35 y 50 años).
Conclusiones finales
El estigma, en sus formas internas, anticipadas y estructurales, aún representa un obstáculo central en la atención del VIH, incluso en el contexto de cobertura universal que garantiza la legislación española.
Las creencias negativas y el temor al rechazo social o familiar llevan al ocultamiento del diagnóstico y a la interrupción del tratamiento, mientras que los trámites administrativos complejos retrasan la vinculación con el sistema sanitario. La percepción de desconfianza hacia la atención primaria y el trato poco empático de algunos profesionales profundizan la vulnerabilidad.
Los autores remarcan que la superación de las barreras precisa medidas integrales:
simplificación administrativa para garantizar el acceso inmediato a la atención,
formación de los equipos sanitarios en competencias culturales y comunicación empática,
fortalecimiento del rol de la atención primaria en el manejo del VIH y
consolidación de la articulación con asociaciones comunitarias que han demostrado ser decisivas para acompañar a los pacientes y favorecer la adherencia.
* Annals of Medicine
Real-world experience of barriers to diagnosis, early detection and disease management among migrants living with HIV in Spain: a qualitative study
María Belén Martín-Sanz, Oriol Martin-Segarra, Domingo Palacios-Ceña, Antonio Gil-Crujera, Stella Maris Gómez-Sánchez, María Velasco-Arribas
5 de agosto, 2025
https://doi.org/10.1080/07853890.2025.2543520
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