La identificación de la transmisión persistente y heterogénea del dengue concentrada principalmente en las áreas céntricas de las ciudades facilitaría reducir un 60% el total de casos urbanos.
El ensayo Estratificación de áreas de riesgo de transmisión de dengue y sus características espacio temporales [...] *, editado en la sección Scielo Preprints de la principal base de datos iberoamericana analiza en general la influencia de las variables climáticas en la transmisión del dengue y, en particular, los efectos de las mediciones pluviométricas y humedad relativa.
El reconocimiento de los mayores riesgos entomológicos-epidemiológicos, demostró ser un mecanismo eficaz en escenarios urbanos de varios países de la región, como Venezuela, Colombia, México y Brasil.
Aunque en el Perú existe la normativa que autoriza la estratificación distrital, los autores juzgan imprescindible fortalecer su aplicación a nivel urbano o municipal puesto que l a delimitación más precisa y actualizada favorecería el uso eficiente de los recursos disponibles y mejoraría la efectividad de los controles.
De acuerdo al patrón estacional del vector Aedes aegypti, las actividades de vigilancia y control deben ejecutarse anualmente, de manera sistemática y con financiamiento garantizado.
Los autores recomiendan iniciar el aumento de las acciones en el último trimestre del año, con el fin de anticiparse a las condiciones climáticas del primer semestre que estimulan la proliferación del vector.
Metodología de la investgación
El estudio observacional, ecológico y retrospectivo, adoptó un enfoque cuantitativo con fines de vigilancia sanitaria centrado en los sectores urbanos de la ciudad de Jaén (Perú). La evaluación comprendió los años 2000 a 2022.
Las temperaturas de la zona oscilan entre los 17 °C y 32 °C; sus temporadas de lluvias y secas abarcan de octubre a mayo y mayo a octubre, respectivamente. El pico de la humedad es perceptible en marzo.
Perfil clínico-epidemiológico
Durante el periodo 2000–2022, la transmisión endemo-epidémica de dengue presentó una marcada variabilidad interanual. Entre 2000 y 2018, los casos se mantuvieron en cifras relativamente estables, sin variaciones significativas por sexo, edad o forma clínica, razón por la cual los datos fueron consolidados como acumulados del tramo temporal. Sin embargo, a partir de 2019 comenzó a evidencirse una alteración sustancial en la tendencia, con aumento progresivo y sostenido del número de casos confirmados: 336 en 2019 y 236 en 2020, seguidos por un incremento abrupto de 3.038 casos en 2021 y 2.102 casos en 2022
Sintomatologías
Entre 2019 y 2022 prevalecieron los reportes de fiebre (98,5 %), cefalea (85,5 %), mialgias (75,2 %), artralgias en manos (58,6 %) y pies (54,2 %), dolor ocular (56,4 %) y náuseas/vómitos (45,6 %). Sin embargo, los autores identificaron cambios significativos en algunos síntomas: el rash exantemático disminuyó en frecuencia (p < 0,05), el dolor abdominal y los vómitos aumentaron en 2022, aumentó en forma sostenida la frecuencia de artralgias a partir de 2020 y disminuyó la conjuntivitis tras su pico en 2020 (p < 0,05
Virología
Desde el punto de vista virológico, quedaron registradas las circulaciones de los cuatro serotipos del virus del dengue. En 2011 se identificó DENV-4, seguido por DENV-2 (genotipo América/Asia) en 2012, vinculado a un brote importante.
En 2015 se aisló DENV-1, y desde entonces ha predominado DENV-2. A partir de 2019, el genotipo Cosmopolitan de DENV-2 fue detectado en el Perú, primero en Madre de Dios y luego en regiones como Cajamarca, lo que sugiere una expansión nacional.
Entre 2019 y 2022, se confirmaron combinaciones de serotipos en circulación: DENV-2 (65–76 %) y DENV-1 (14–34 %), con presencia ocasional de DENV-3 (2020: 20 %).
Pese a la estabilidad en las formas de presentación del dengue, se identificaron incrementos en la proporción de niños y adolescentes afectados, así como en los alcances de hospitalizaciones en los años 2021 y 2022.
Los cambios probablemente asociados a la circulación del genotipo Cosmopolitan del DENV-2, resaltan la importancia de fortalecer la vigilancia virológica en regiones con alta transmisión.
Las manifestaciones clínicas más frecuentes, como fiebre, mialgia, cefalea y dolor retroocular, coincidieron con los antecedentes documentados. Sin embargo, los casos con síntomas similares en poblaciones de Perú, Bolivia, Ecuador y Paraguay, señalaron variaciones específicas en función de los serotipos: por ejemplo, DENV-3 se asoció con mayor frecuencia a síntomas musculoesqueléticos y gastrointestinales, mientras que DENV-4 a respiratorios. Además, un metaanálisis reciente que incluye estudios desde 1943 hasta 2020 de los cuatro serotipos, reportó fiebre (97,5 %), cefalea (81,6 %) y mialgias (74,2 %) como síntomas predominantes.
Conclusiones
El estudio confirma la estrecha relación entre variables climáticas y la dinámica de transmisión del dengue, destacándose la precipitación y la humedad relativa como los principales factores asociados. La integración de datos climáticos en los sistemas de alerta temprana contribuiría a la mejora de las respuestas sanitarias frente a los brotes.
Los autores/as recomiendan fortalecer la vigilancia entomológica de manera continua, añadiendo indicadores como el subutilizado índice aédico y tecnologías de monitoreo como ovitrampas.
La combinación de análisis espaciales, temporales y climáticos, junto con una adecuada gestión de datos, constituye una herramienta poderosa para orientar políticas públicas y diseñar intervenciones más eficientes frente al dengue en contextos urbanos complejos.
* Scielo
Estratificación de áreas de riesgo de transmisión de dengue y sus características espacio temporales en la ciudad de Jaén, Perú, entre 2000 y 2022
Mario Neyser Vásquez Dominguez, José Joaquín Carvajal Cortés
31 de julio, 2025
https://preprints.scielo.org/index.php/scielo/preprint/view/12820
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