La salud cardiovascular deficiente en la mediana edad predispone a riesgos acentuados de padecer en la vejez enfermedades como demencia, evento cerebrovascular y depresión.
El artículo que publica la revista Neurology * aborda el impacto del perfil cardiovascular medido a través del índice Life’s Essential 8 (LE8) que evalúa ocho factores de riesgo cardiovasculares modificables:
presión arterial, niveles de glucosa, colesterol, índice de masa corporal (IMC), hábito de fumar, actividad física, dieta y sueño.
El informe analiza el riesgo de estas condiciones en función de los perfiles cardiovascular óptimo, intermedio y deficiente.
Metodología y datos
La investigación prospectiva configurada en dos etapas, utilizó datos de las bases poblacionales UK Biobank y All of Us en Reino Unido y Estados Unidos, respectivamente.
La primera etapa de descubrimiento incluyó a 316 127 participantes, con edad media de 56 años y 52% mujeres.
El riesgo de sufrir un evento de salud cerebral grave (demencia, ACV o depresión en la vejez) aumentó progresivamente según el perfil de salud cardiovascular:
0,7% en participantes con salud cardiovascular óptima,
1,2% en aquellos con salud intermedia y
1,8% en los de salud deficiente.
Tras ajustar por otros factores en el análisis multivariable, los participantes con salud intermedia y deficiente presentaron una probabilidad mayor de 1,37 y 2,11 veces, respectivamente, de experimentar tales eventos en comparación con aquellos con perfil cardiovascular óptimo.
La etapa de replicación del estudio evaluó 68 407 participantes cono resultados similares.
El riesgo de desarrollar problemas de salud cerebral, durante el seguimiento promedio de 2,9 años:
2,8% en el grupo con salud cardiovascular óptima,
6% en el grupo intermedio y
9,7% en el grupo de salud deficiente.
Los hallazgos respaldan la relación entre un perfil cardiovascular deficiente con el riesgo superior de condiciones graves relacionadas con la salud cerebral.
Resultados evidentes
El análisis demostró que la salud cardiovascular subóptima en la mediana edad se asocia con un mayor riesgo de desarrollar condiciones graves en el ámbito de la salud cerebral, incluso después de ajustar los modelos de riesgo por múltiples variables.
La magnitud de los hallazgos sugiere que una intervención temprana y sostenida sobre los factores de riesgo cardiovascular reduciría de manera significativa el riesgo de los problemas a largo plazo.
Los resultados resaltan la importancia de implementar el LE8 como herramienta para evaluar y mejorar la salud cardiovascular, con el potencial de incidir favorablemente en la salud cerebral de las personas a lo largo de su vida.
Implicancias para la salud pública
Dado que los factores de riesgo cardiovascular evaluados en el LE8 son modificables, el estudio plantea una oportunidad crucial para la prevención en salud pública.
El establecimiento de metas de salud cardiovascular basadas en el LE8 puede arrojar un impacto positivo en la reducción de la incidencia de enfermedades cerebrales en la población adulta mayor.
Los resultados sugieren que un perfil cardiovascular deficiente aumenta considerablemente la probabilidad de los problemas de salud cerebral.
Al evaluar factores como la presión arterial, los niveles de glucosa y colesterol, el índice de masa corporal, los hábitos de vida y el sueño, el índice LE8 se posiciona como una herramienta valiosa para orientar estrategias de prevención.
* Neurology
Life's Essential 8 and Poor Brain Health Outcomes in Middle-Aged Adults
Santiago Clocchiatti-Tuozzo, Cyprien A. Rivier, Daniela Renedo, Shufan Huo, Maximiliano A. Hawkes, Kevin N. Sheth, Thomas M. Gill, Guido J. Falcone
Edición independiente: 23 de octubre, 2024
Edición en la revista 103 (10), 26 de noviembre, 2024
https://doi.org/10.1212/WNL.0000000000209990
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