La medición de dos tipos de lípidos en el flujo sanguíneo junto con la proteína C reactiva como marcador de inflamación, puede precisar en mujeres con una anticipación de 30 años el riesgo de eventos cardiovasculares graves.
El artículo Inflammation, Cholesterol, Lipoprotein(a), and 30-Year Cardiovascular Outcomes in Women publicado en la revista New England Journal of Medicine * examina la relación entre la inflamación, los niveles de colesterol, la lipoproteína(a) y los desenlaces cardiovasculares en mujeres estadounidenses a lo largo de un período de 30 años.
La investigación fue simultáneamente presentada en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología realizado en la primera semana de septiembre de 2024.
La esencia del informe destaca que los niveles de proteína C reactiva (PCR) de alta sensibilidad, el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) y la lipoproteína (LPa) contribuyen a predecir el riesgo cardiovascular a 5 y 10 años, y representan vías diferentes para la intervención farmacológica.
En vista de ello, y por considerar la importancia de la evaluación del riesgo en las primeras etapas de la vida, convocan a profundizar el conocimiento referido a la utilidad de estos biomarcadores con el fin de predecir en las mujeres el riesgo cardiovascular durante períodos de tiempo más prolongados.
Metodología de la investigación
El estudio recolectó muestras de sangre e información médica de 27 939 proveedoras de atención médica de los Estados Unidos que habían integrado el Women's Health Study. Las participantes se encontraban sanas al inicio de la evaluación.
Además de evaluar la manera en que la PCR de alta sensibilidad, junto al LDL y la LPa, predecían eventos cardiovasculares de forma individual y colectiva, también midieron los niveles iniciales de los marcadores en las mujeres que iniciaron el estudio entre 1992 y 1995 a una edad media de 55 años, posteriormente seguidas durante 30 años.
El principal criterio de valoración se centró en la manifestación de algún acontecimiento cardiovascular adverso grave, como infarto de miocardio, revascularización coronaria, accidente cerebrovascular o muerte por causas cardiovasculares.
Durante el periodo mencionado, 3 662 participantes padecieron en algún momento infarto de miocardio, ictus, intervención quirúrgica para restablecer la circulación o una muerte relacionada con problemas cardiovasculares.
Para medir cada uno de los tres marcadores, fueron agrupadas en cinco categorías abarcativas de las mediciones con los niveles más altos a los menores.
El estudio calculó de cada biomarcador los cocientes de riesgos ajustados y los intervalos de confianza del 95% entre quintiles, junto con curvas de incidencia acumulada a 30 años ajustadas por edad y riesgos competitivos.
Resultados principales
Los investigadores hallaron que las mujeres con los valores más altos de colesterol LDL presentaban un 36% de riesgo asociado a cardiopatías en comparación con las de niveles más bajos.
Las pacientes con niveles más elevados de LPa mostraban un aumento del 33% del riesgo asociado mientras las de niveles superiores de PCR presentaban un 70% de incremento.
Al evaluar las tres medidas de manera conjunta (LDL, LPa y PCR), , en comparación con las mujeres con los niveles más bajos, las que registraron niveles más elevados presentaban un riesgo asociado de ictus incrementado por encima de 1,5 veces y más de 3 veces de cardiopatías coronarias.
Los investigadores resaltan que, a pesar de ser solo mujeres las personas evaluadas, suponen que los resultados serán similares en hombres.
Conocimientos previos y recomendaciones
El mayor conocimiento adquirido en los últimos años referidos a los niveles aumentados de inflamación y su relación con los incrementos de los riesgos de enfermedades cardiovasculares contribuye a la explicación del por qué son recomendables los niveles inferiores.
Las células inmunitarias pueden además detectar la acumulación de colesterol extra en las células o activarse en respuesta a la acumulación de placa y enviar señales inflamatorias.
El mecanismo genera un entorno hiper-inflamatorio que favorece la formación, crecimiento y eventual ruptura de la placa, con el consiguiente aumento de riesgos cardiovasculares.
Los investigadores enfatizan la prevención primaria en busca de una salud cardiovascular óptima. Para alcanzarla, destacan la realización regular de actividad física, llevar una alimentación cardiosaludable, controlar el estrés y evitar o promover la cesación del tabaquismo. Las medidas propuestas para personas con riesgo elevado pueden incluir la utilización de medicamentos reductores del colesterol y/o la inflamación.
El artículo afirma que las conductas de vida adoptadas tempranamente para mejorar la salud cardiovascular, pueden acumularse en el tiempo para derivar en mejores resultados de salud en años e incluso décadas más tarde.
El colesterol LDL, evaluado de manera rutinaria por los proveedores de atención médica, puede tratarse con una amplia variedad de terapias, como las estatinas. Sin embargo, las recomendaciones estándar de evaluaciones de Lp(a) y PCR pueden variar.
Algunos países recomiendan la evaluación para LPa dado que los niveles elevados a menudo se deben a riesgos heredados.
En países sin evaluaciones universales de LPa, como EE.UU., los médicos pueden prescribir análisis para personas con antecedentes familiares o que padecen enfermedades cardíacas.
La variación de los análisis de PCR a menudo dependen en sus evaluaciones de los riesgos subyacentes de cada persona o de los criterios del médico.
La colchicina como terapia antinflamatoria utilizada previamente como tratamiento para la gota, fue aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en el 2023 para contrarrestar los riesgos de enfermedad cardiovascular de las personas con aterosclerosis.
Conclusiones alentadoras
Una única medición combinada de los niveles de PCR de alta sensibilidad, colesterol LDL y LPa entre mujeres estadounidenses inicialmente sanas fue predictiva de eventos cardiovasculares incidentes durante un período de 30 años.
Los datos respaldan los esfuerzos por ampliar las estrategias de prevención primaria de los episodios ateroscleróticos más allá de las estimaciones tradicionales de riesgo a 10 años.
Los autores remarcan la imposibilidad de tratar aquello que no se mide y esperan que los hallazgos acerquen el campo a la identificación de mecanismos utilizados en etapas tempranas de la vida para detectar y prevenir enfermedades cardiovasculares.
* The New England Journal of Medicine
Inflammation, Cholesterol, Lipoprotein(a), and 30-Year Cardiovascular Outcomes in Women
Paul M Ridker, M. Vinayaga Moorthy, , Nancy R. Cook, , Nader Rifai +, I-Min Lee, Julie E. Buring
31 de Agosto, 2024
https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa2405182
Filiación de las autores/es:
Divisions of Preventive Medicine (P.M.R., M.V.M., N.R.C., I.-M.L., J.E.B.) y Cardiovascular Diseases (P.M.R.), Brigham and Women's Hospital, the Department of Epidemiology, Harvard T.H. Chan School of Public Health (P.M.R., N.R.C., I.-M.L., J.E.B.) y el Department of Laboratory Medicine, Boston Children's Hospital (N.R.).
Todas las instituciones están radicadas en la ciudad de Boston.
+- Faculty of Medicine, University of Porto, Porto, Portugal.
Copyright siicsalud © 1997-2024 ISSN siicsalud: 1667-9008