El consumo de papas, principalmente hervidas, puede integrarse en una dieta saludable, sin efectos negativos sobre la salud. La ingesta semanal de 14 papas o más guardaría relación con un menor riesgo de muerte en comparación con la de 6 papas o menos.
El artículo publicado en la revista The Journal of Nutrition * examina la asociación entre el consumo de papa y la mortalidad general y por enfermedades cardiovasculares (ECV) en una cohorte noruega que consumía principalmente papas hervidas.
La papa, un alimento básico y una de las hortalizas más consumidas a nivel mundial, juega un papel crucial en muchas dietas tradicionales. Los posibles efectos de las papas sobre las ECV, una de las principales causas de muerte, atraen gran interés por su amplio consumo.
Las papas aportan nutrientes como potasio, fibra dietética y vitamina C, asociados con un menor riesgo de ECV. No obstante, su alto contenido de almidón a menudo las excluye de las recomendaciones dietéticas.
Aunque varios estudios observacionales han examinado la relación entre su consumo y el riesgo de enfermedades crónicas, las limitaciones metodológicas han dificultado la formulación de directrices dietéticas claras.
Diseño del estudio y población
Los investigadores analizaron el impacto del consumo de papas (principalmente hervidas) en la mortalidad general y específica por ECV, cardiopatía isquémica (CI) e infarto agudo de miocardio (IAM) en 77.297 adultos (50,5% hombres) que asistieron a tres controles médicos entre 1974 y 1988.
La edad media de los participantes al inicio del estudio fue de 41 años.
En cada control, la ingesta dietética fue evaluada mediante cuestionarios de frecuencia de consumo. El número total de papas consumidas por semana se clasificó como 0–6, 7–13 y ≥14. El trabajo también evaluó otros factores como tabaquismo, actividad física y presencia de comorbilidadess.
Resultados
Durante una mediana de seguimiento de 33,5 años, el estudio registró 27.848 muertes totales, de las cuales 9.072 fueron por ECV, 4.620 por CI y 3.207 por IAM.
Los hombres consumieron mayor cantidad de papas que las mujeres.
Las papas fueron la segunda fuente más importante de fibra alimentaria, con un 20% de la ingesta en los hombres y un 16% en las mujeres y además la mayor fuente de vitamina C en los hombres, con un 26% de la ingesta y un 15% en las mujeres.
Los participantes que consumían 14 o más papas por semana presentaron un menor riesgo de mortalidad general y por ECV en comparación con aquellos que consumían 6 o menos.
El consumo de papas fue asociado inversamente con la mortalidad por ECV, CI y IAM.
Cada incremento de 100 g diarios de papa se vinculó con un 4% menos de riesgo de muerte general, por ECV, por CI y por IAM.
Aunque la prevalencia de diabetes al inicio del estudio fue baja, aumentó en los participantes con un bajo consumo de papas.
Los resultados permanecieron consistentes tras ajustar por índice de masa corporal (IMC), tabaquismo y actividad física, aunque las asociaciones significativas solo fueron observadas en hombres.
Conclusiones
El estudio de cohorte a largo plazo reveló asociaciones modestas e inversas entre la ingesta habitual de papas y la mortalidad general, por ECV y por CI, sin observaciones claras en la mortalidad por IAM.
Según los autores, sus hallazgos junto con la literatura y directrices previas, sugieren que el consumo de papas, principalmente hervidas, no tiene efectos negativos sobre la salud y puede integrarse en una dieta saludable.
La generalización de estos resultados a otras poblaciones sería limitada, dado que el ensayo se basó en una población noruega y en conductas dietéticas de las décadas de 1970 y 1980.
* The Journal of Nutrition
Potato Consumption and All-Cause and Cardiovascular Disease Mortality – A Long-Term Follow-Up of a Norwegian Cohort
Erik Kristoffer Arnesen, Ida Laake, Monica H Carlsen, Marit B Veierød, Kjetil Retterstøl
18 Mayo, 2024
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0022316624002888
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