Resúmenes amplios

URICEMIA Y SÍNDROME METABÓLICO


Corrientes, Argentina:
Los resultados de este estudio muestran una asociación entre la presencia de síndrome metabólico y los valores elevados de ácido úrico, aun después de realizar ajustes por edad y por sexo.

Revista de la Sociedad Argentina de Diabetes 56(3):83-92

Autores:
Gorban de Lapertosa SB, Miño CA, González CD

Institución/es participante/s en la investigación:
Universidad Nacional del Nordeste (UNNE)

Título original:
Asociación entre Uricemia y Síndrome Metabólico en un centro Hospitalario de Corrientes

Título en castellano:
Asociación entre Uricemia y Síndrome Metabólico en un Centro Hospitalario de Corrientes, Argentina

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.56 páginas impresas en papel A4

Introducción y objetivos 

El síndrome metabólico (SM), estrechamente asociado con la resistencia a la insulina, se define por la presencia de obesidad central, dislipidemia, anormalidades en el metabolismo de la glucosa e hipertensión arterial (HTA), y constituye un factor de riesgo para la aparición de diabetes mellitus (DM) y de enfermedad cardiovascular (ECV). Si bien no existe un criterio único para el diagnóstico de SM, este tiene alta prevalencia y contribuye en forma significativa a la morbimortalidad, por lo que existe la convicción de que deben generarse propuestas preventivas y terapéuticas. En América Latina, la prevalencia de SM en la población general es de 24.9%, algo mayor en las mujeres (25.3%) que en los hombres (23.2%); el grupo etario más afectado es el de los mayores de 50 años.

El ácido úrico (AU) es el producto final del metabolismo de las purinas y de los ácidos nucleicos. Algunos expertos piensan que la hiperuricemia es una característica del SM, aunque no se ha establecido un valor de AU plasmático que configure un criterio diagnóstico. Por otra parte, no se conocen completamente las alteraciones fisiopatológicas que llevan a la hiperuricemia. Numerosas investigaciones han mostrado la asociación entre las concentraciones plasmáticas de AU y los componentes individuales del SM. Los investigadores se preguntan si el AU contribuye de manera independiente a la aparición del SM, si solo es un epifenómeno de otros procesos involucrados y si puede constituir un biomarcador del desarrollo del SM.

El objetivo de este estudio fue evaluar la fuerza de la asociación entre SM y AU, en una población de pacientes asistidos en un hospital público en Corrientes, Argentina, entre 2017 y 2018.

 

Pacientes y métodos

Se trató de un estudio cuantitativo, descriptivo y transversal, con un muestreo aleatorio simple. Se incluyeron pacientes mayores de 18 años que concurrieron al hospital para exámenes de salud. Los criterios de exclusión fueron: pacientes con diagnóstico previo de DM tipo 1 (DM1), embarazo o lactancia, uso regular de corticoides, hemofilia y antecedentes de cáncer. El protocolo fue aprobado por un comité de bioética regional y por un comité de revisión institucional local. Los pacientes firmaron un consentimiento informado. Se registraron los datos demográficos, clínicos y antropométricos. El índice de masa corporal (IMC) se calculó con la fórmula de Quetelet. Las variables bioquímicas incluyeron perfil lipídico, glucemia, AU y prueba de tolerancia oral a la glucosa. Valores de glucemia mayores de 200 mg/dl se consideraron diagnósticos de DM. El diagnóstico de HTA se estableció con valores de presión arterial (PA) ≥ 130/85 mm Hg. Para el diagnóstico de SM se utilizaron los criterios NCEP-ATP III modificados. Se consideraron como hiperuricemia valores de AU > 6.5 mg/dl en hombres y > 5.1 mg/dl en mujeres.

Las variables cuantitativas se informaron con medidas de tendencia central (medias y medianas) y de dispersión (desviación estándar y rangos) y las variables cualitativas con frecuencias y proporciones. Las comparaciones entre los grupos se hicieron con prueba de Fisher o con prueba de chi al cuadrado (variables cualitativas), y con ANOVA unilateral (variables cuantitativas). La prueba post hoc de Bonferroni se aplicó cuando correspondía. Los resultados son informados como odds ratio (OR), con intervalos de confianza del 95% (IC 95%). Un valor de p < 0.05 fue considerado estadísticamente significativo.

La capacidad del AU plasmático para identificar SM se analizó con curvas ROC. Se estimó el área bajo la curva (ABC) para determinar la efectividad de la prueba para discriminar los pacientes con SM y aquellos sin él.

 

Resultados

Se estudiaron 435 personas que concurrieron al consultorio externo de clínica médica del hospital donde se realizó el estudio. El 72% eran mujeres (n = 312) y el 28%, hombres (n = 123); el 65% tenía menos de 54 años. Los factores de riesgo de SM detectados en esta cohorte fueron HTA, hipertrigliceridemia e hiperglucemia (más frecuentes en hombres que en mujeres), colesterol asociado con lipoproteína de alta densidad (HDLc) bajo (más frecuente en mujeres que en hombres), sobrepeso (30%), obesidad (57%), tabaquismo (39%) y sedentarismo (57%). La obesidad (IMC ≥ 30 kg/m2) fue más frecuente en mujeres (58%) que en hombres (53%).

La frecuencia de SM en la muestra fue del 58% (n = 251), y fue más habitual en mujeres (n = 187; 60%). La prevalencia de SM en el grupo aumentó al incrementarse la edad. La media del AU plasmático fue 5.17 mg/dl en hombres y 4.09 mg/dl en mujeres y la frecuencia de hiperuricemia fue del 17.7%. Los hombres < 45 años y aquellos > 64 años presentaron mayor porcentaje de hiperuricemia, al igual que las mujeres > 45 años.

La prevalencia de SM fue del 75% en los pacientes con hiperuricemia, frente al 54% en aquellos con valores de AU normal. Entre los individuos hiperuricémicos se registró un incremento en la prevalencia de SM en los grupos etarios de 45 a 54 años y de 55 a 64 años. En los pacientes hiperuricémicos, el perímetro abdominal aumentado fue el factor de riesgo más frecuentemente asociado (94%), seguido de HTA (68%) y de hiperglucemia (66%).

En el análisis multivariado se encontró una correlación positiva estadísticamente significativa entre AU plasmático y SM (OR ajustado: 1.499). El valor de corte en la curva ROC con mayor sensibilidad y especificidad fue de 4 mg/dl, similar para hombres y mujeres.

 

Discusión y conclusiones

Diversos trastornos clínicos y metabólicos (HTA, hiperlipidemia, hiperglucemia) se asocian con el envejecimiento, la obesidad central y el sedentarismo. Estos trastornos aumentan el riesgo de ECV y de eventos cardiovasculares. Se cree que hay también otros factores predisponentes, como la hiperuricemia, aunque no existe un acuerdo definitivo sobre si este trastorno metabólico es causa del SM o efecto de este.

Este estudio halló que un 87% de los pacientes incluidos tenía sobrepeso u obesidad. La prevalencia es superior a la informada en la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2018. Los investigadores lo atribuyen a que los participantes pertenecen a un grupo poblacional de bajo nivel socioeconómico, con consumo elevado de productos hipercalóricos altamente procesados, de bajo valor nutricional, y con alto contenido de grasas, sal y azúcar.

La prevalencia de SM difiere en las poblaciones debido a diversas influencias, como raza, sexo, edad y factores ambientales. El resultado obtenido en este estudio (58%) es muy superior a la prevalencia informada en otras investigaciones: Estados Unidos (entre 20% y el 30%), España (entre 17% y 29%), Uruguay (entre 10,4% y 36,5%) y aun Argentina (prevalencia global entre 20% y 34%). En un metanálisis de estudios sobre la población argentina, que incluyó 10 191 sujetos, con edad promedio de 45.2 años, la prevalencia de SM según los criterios ATP III fue del 27.5% (IC95%: 21.3 a 34.1), más elevada en hombres que en mujeres (29.4% frente a 27.4%, p = 0.02) y con incremento según el aumento de edad.

El 17.7% de la población estudiada presentó hiperuricemia. El porcentaje fue mayor en los hombres < 45 años y en los > 64 años, y en las mujeres > 45 años. Las causas de hiperuricemia son múltiples e incluyen factores hereditarios y factores ambientales, como disminución de la función renal, posmenopausia y uso de algunos fármacos (diuréticos tiazídicos). Se postula que la hiperuricemia genera resistencia a la insulina por inducción de disfunción endotelial, con menor síntesis de óxido nítrico por inhibición de la enzima óxido nítrico sintasa endotelial, lo que también aumenta los factores proinflamatorios.

Este estudio halló una correlación positiva entre los valores de AU plasmático y la prevalencia de SM. La normouricemia estuvo asociada con una prevalencia de SM del 54%, mientras que la hiperuricemia lo hizo con una prevalencia de 75%.

Numerosos expertos han planteado la hipótesis que la elevación persistente del AU puede predecir la aparición de SM. Los valores de 6.5 mg/dl (varones) y de 5.1 mg/dl (mujeres) son habitualmente aceptados como definición de hiperuricemia. Sin embargo, la asociación entre valores de AU y SM podría surgir ante cifras inferiores a las clásicamente aceptadas. En este estudio, el valor de AU de 4 mg/dl representó el valor de corte con mejor sensibilidad y especificidad en las curvas ROC, tanto en hombres como en mujeres (OR = 1.5). Los autores mencionan como limitación del estudio que se trató de una población hospitalaria, lo que puede introducir algún sesgo en los resultados.

En conclusión, los resultados de esta investigación muestran una asociación entre la presencia de SM y la hiperuricemia, ajustada por edad y por sexo. Los valores de corte para esta correlación podrían ser inferiores a los clásicamente aceptados para el diagnóstico de hiperuricemia. Sobre la base del bajo costo de la determinación de AU y de su accesibilidad amplia, los autores proponen considerar los valores plasmáticos de AU como un factor de riesgo no tradicional de SM, que podría anticipar la aparición de alteraciones metabólicas que repercuten sobre la salud y la calidad de vida de la población general.



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