Resúmenes amplios

USO DE BETABLOQUEANTES Y SALUD MENTAL


Oxford, Reino Unido:
No se han encontrado vínculos congruentes entre el uso de betabloqueantes y resultados psiquiátricos. Sin embargo, estos agentes se asociaron con reducciones en la violencia. Se justifican estudios adicionales para comprender mejor la función de los betabloqueantes en el tratamiento de la agresión y la violencia.

PLoS Medicine 1-26

Autores:
Fazel S

Institución/es participante/s en la investigación:
University of Oxford

Título original:
Associations Between ß-blockers and Psychiatric and Behavioural Outcomes: A Population-based Cohort Study of 1.4 Million Individuals in Sweden

Título en castellano:
Asociaciones entre los Betabloqueantes y los Resultados Psiquiátricos y Conductuales: Un Estudio de Cohorte Basado en la Población de 1.4 Millones de Individuos en Suecia

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.97 páginas impresas en papel A4

Introducción

Los betabloqueantes son ampliamente utilizados para tratar afecciones cardíacas y se sugieren para el tratamiento de la ansiedad y la agresión, aunque los hallazgos son conflictivos y están limitados por problemas metodológicos. Además, estos agentes se han asociado con la precipitación de otros trastornos psiquiátricos y el comportamiento suicida, pero los hallazgos son mixtos. Se ha propuesto que los betabloqueantes pueden asociarse de manera diferente con los resultados psiquiátricos y conductuales dependiendo de su clasificación, sin embargo, solo se ha incluido un rango limitado de betabloqueantes, principalmente propranolol y pindolol, en estudios previos. Además, la mayoría de los estudios se han centrado en los trastornos depresivos y de ansiedad y no han examinado las asociaciones con una gama más amplia de resultados psiquiátricos. Dado el uso generalizado de betabloqueantes, se necesitan estudios bien diseñados que examinen las asociaciones con los resultados psiquiátricos y conductuales, tanto en pacientes a los que se les recetan estos medicamentos para tratar los síntomas psiquiátricos y conductuales como para indicaciones cardíacas o de otro tipo. 

El propósito de la presente investigación fue examinar las asociaciones entre el uso de betabloqueantes y los resultados psiquiátricos y conductuales en una gran cohorte poblacional en Suecia.

Métodos

Se realizó un estudio de cohorte longitudinal basado en la población utilizando registros nacionales suecos de alta calidad de atención médica, mortalidad y delitos. Se incluyeron 1 400 766 personas mayores de 15 años que habían recogido recetas de betabloqueantes y fueron seguidas durante 8 años entre 2006 y 2013. Se vincularon los datos de registro sobre las prescripciones dispensadas de betabloqueantes con las hospitalizaciones por trastornos psiquiátricos (sin incluir el comportamiento autolesivo o los intentos de suicidio), el comportamiento suicida (incluidas las muertes por suicidio) y los cargos de delitos violentos. Se aplicó la regresión de riesgos proporcionales de Cox dentro del individuo para comparar los períodos en tratamiento con los períodos fuera del tratamiento dentro de cada individuo para reducir la posible confusión por indicación, ya que este modelo se ajusta de forma inherente para todos los factores de confusión estables (por ejemplo, genética y antecedentes de salud). Además, se ajustó por edad como una covariable variable en el tiempo. En análisis adicionales, se ajustaron según las indicaciones, los usuarios prevalentes, la gravedad cardíaca, los antecedentes psiquiátricos y delictivos, los betabloqueantes individuales, la selectividad y solubilidad de los betabloqueantes y el uso de otros medicamentos.

Resultados

En la cohorte, el 86.8% (n: 1 215 247) tenían más de 50 años y el 52.2% (n: 731 322) eran mujeres. Las afecciones cardíacas más diagnosticadas durante el período de estudio incluyeron enfermedades hipertensivas (49.9%, n: 699 147), cardiopatías isquémicas (28.1%, n: 393 194) y otras enfermedades cardíacas (37.5%, n: 525 586). El betabloqueante más prescrito fue metoprolol, prescrito al 60% (n: 826 165), seguido de atenolol (24.8 %, n: 347 540) y bisoprolol (16.6%, n: 232 688). El 13.1% (n: 182 769) de la cohorte fueron tratados con 2 o más betabloqueante diferentes. La gran mayoría de las prescripciones fueron para betabloqueantes selectivos (91.8%, n: 1 285 297). En términos de solubilidad, la mayoría de las prescripciones (79.4%, n: 1 111 605) fueron para betabloqueantes lipofílicos.

Durante el período de estudio, el 6.9% (n: 96 801) de los usuarios de betabloqueantes fueron hospitalizados por un trastorno psiquiátrico, el 0.7% (n: 9 960) presentaron comportamiento suicida y el 0.7% (n: 9 405) fueron acusados de un delito violento. Hubo heterogeneidad en la dirección de los resultados. Los análisis dentro de los individuos demostraron que los períodos de tratamiento con betabloqueantes se asociaron con menores riesgos de hospitalizaciones psiquiátricas (cociente de riesgos [CR]: 0.92; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 0.91 a 0.93; p < 0.001) y de cargos por delitos violentos (CR: 0.87; IC 95%: 0.81 a 0.93, p < 0.001) y con un aumento de los riesgos de comportamiento suicida (CR: 1.08; IC 95%: 1.02 a 1.15, p: 0.012). Después de estratificar por diagnóstico, la reducción de las asociaciones con las hospitalizaciones psiquiátricas durante el tratamiento con betabloqueantes se debió principalmente a menores tasas de hospitalización debido a trastornos depresivos (CR: 0.92; IC 95%: 0.89 a 0.96, p < 0.001) y psicóticos (CR: 0.89, IC 95%: 0.85 a 0.93, p < 0.001). La reducción de las asociaciones con cargos violentos se mantuvo en la mayoría de los análisis de sensibilidad, mientras que las asociaciones con las hospitalizaciones psiquiátricas y el comportamiento suicida fueron incongruentes. Las limitaciones del presente estudio incluyen que el modelo dentro del individuo no tiene en cuenta los factores de confusión que podrían cambiar durante el tratamiento, a menos que se midan y ajusten en el modelo.

Conclusiones

En el presente estudio poblacional, no se encontraron vínculos congruentes entre el uso de betabloqueantes y los resultados psiquiátricos. Sin embargo, los betabloqueantes se asociaron con reducciones en los cargos por delitos violentos, que permaneció en los análisis de sensibilidad. El uso de estos agentes para manejar la agresión y la violencia podría investigarse más a fondo. 



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