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Introducción
Se han observado diferentes prácticas de consumo de bebidas alcohólicas en las sociedades y representan un hábito cultural generalizado entre los grupos sociales. Los contextos socioculturales tienen una gran influencia en la cultura de la bebida y existen diferencias en términos de la frecuencia con la que las personas consumen alcohol por encima de los límites seguros. Estas variaciones se extrapolan cuando se consideran los datos sobre el consumo excesivo de alcohol en adolescentes y jóvenes. Además de los aspectos sociales, familiares y religiosos que impregnan e influyen en el consumo de bebidas alcohólicas, otros dos aspectos señalan una asociación con la alta prevalencia de este comportamiento entre adultos jóvenes y adolescentes: la edad de iniciación y el patrón de consumo. Las consecuencias del consumo incontrolado de alcohol van más allá del contexto individual e imponen una carga considerable de agravios indeseables y altamente onerosos a toda la sociedad. La edad de iniciación alcohólica se considera un marcador de riesgo para desarrollar trastorno por consumo de alcohol en adolescentes y adultos jóvenes y puede afectar el desarrollo de habilidades y comportamientos que son necesarios para manejar la transición a la edad adulta, incluida una progresión hacia la dependencia. El consumo de alcohol también actúa como un indicador de riesgo sexual.
El objetivo de la presente investigación fue analizar la tendencia del consumo de bebidas alcohólicas entre adolescentes y adultos jóvenes en edad escolar según el sexo.
Métodos
Se realizó un estudio de investigación de tendencias en escuelas públicas del municipio de Petrolina, Estado de Pernambuco, Brasil entre 2014 y 2016, con estudiantes de ambos sexos de entre 12 y 24 años. La variable de interés fue el consumo de bebidas alcohólicas. El atracón de alcohol (binge drinking) se consideró la ingestión de cinco o más dosis en una sola ocasión. La definición de experimentación temprana de la adopción del consumo de bebidas alcohólicas fue la ocurrida antes de los 14 años. El instrumento de muestreo de datos comprendió dos partes; por un lado, una encuesta acerca de datos socioeconómicos y por otro, la Encuesta de Conductas de Riesgo Juvenil. En los tres años de estudio, los datos se obtuvieron en el mismo período de meses. Las tendencias se evaluaron utilizando el enfoque recomendado por los Centers for Disease Control and Prevention. Los análisis se realizaron mediante regresión logística, con significación estadística de 0.05. Los análisis se estratificaron por sexos, controlados por edad, raza/etnia y grado escolar mediante variables categóricas.
Resultados
La muestra final estuvo compuesta por 3146 participantes. Las características sociodemográficas y económicas generales de los participantes demostraron una mayor prevalencia de estudiantes del sexo femenino (56%), 14 años (17.3%), etnia autodeclarada (55%), religión católica (47.9%), soltero (95%), sin hijos (98.4%), educación de la madre con escuela secundaria completada/superior incompleta (22.1%), educación del padre cuando se conoce, analfabeto/escuela primaria incompleta (20.1%). El promedio del ingreso mensual cuando se conocía era de dos salarios mínimos mensuales (23.8%).
Cerca del 56% de los adolescentes ya habían probado alguna bebida alcohólica, la mayoría de los cuales tuvieron contacto después de los 13 años. En los últimos 30 días, alrededor del 30% de los adolescentes informaron haber consumido alcohol, la mitad de los cuales obtuvo la bebida directamente y la otra mitad a través de otra persona. La prevalencia de atracones de alcohol osciló entre el 17% y el 25%. Además, el 5% de los adolescentes informaron tener bebidas alcohólicas en las escuelas.
El porcentaje de niñas que probaron el alcohol antes de los 13 años se mantuvo similar a lo largo de los tres años (p = 0.943). La prevalencia de este comportamiento se estabilizó en torno al 20%. Hubo una tendencia a la disminución de la prevalencia de niños que refirieron haber probado el alcohol antes de los 13 años (p = 0.014). El porcentaje medido en 2014 fue de 24.5%, mientras que este valor cayó a 17.7% en 2016.
En cuanto al consumo de al menos una dosis en los últimos 30 días, los niños tuvieron una prevalencia inicial del 27% y mantuvieron tasas similares en los años posteriores (p = 0.340). Sin embargo, se observó un aumento significativo (p: 0.024) en el porcentaje de niñas que refirieron haber consumido alcohol en los últimos 30 días. La prevalencia en 2014 fue de 28.8%, y aumentó a 36.5% en 2015 y 32.5% en 2016.
El porcentaje de niños que informaron estar involucrados en consumo excesivo de alcohol en los últimos 30 días se mantuvo estable en alrededor del 20% a lo largo de los años (p = 0.951). Cerca de 5% de los niños refirieron haber consumido alcohol en la escuela durante los tres años evaluados (p = 0.491). Por otro lado, los datos de las niñas revelaron una disminución significativa en los episodios de atracones de alcohol (p = 0.019), y el porcentaje de niñas se duplicó en el período evaluado, comenzando desde alrededor del 2% y alcanzando el 5% (p = 0.016).
Conclusiones
Los resultados del presente estudio sugieren una tendencia hacia la estabilización del consumo de alcohol entre los niños y un aumento entre las niñas en edad escolar. En consecuencia, parece haber una tendencia a la igualación entre los sexos con respecto al consumo de bebidas alcohólicas durante los tres años evaluados.
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