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Introducción
El accidente cerebrovascular es una de las principales causas de muerte y discapacidad en todo el mundo. A pesar de la disminución de la incidencia de accidentes cerebrovasculares, el envejecimiento de la población y la acumulación de factores de riesgo contribuyen a un mayor riesgo de accidente cerebrovascular de por vida. Los sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares a menudo experimentan problemas de movilidad y alteraciones de las funciones físicas. Existen factores complejos impiden que los sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares sobrevivan con éxito. La mayoría de los factores de riesgo están relacionados con el estilo de vida y son en gran medida modificables. La actividad física, como uno de los factores conductuales modificables, se ha demostrado como un enfoque de rehabilitación y un componente significativo de los programas integrales de rehabilitación de accidentes cerebrovasculares para mejorar el equilibrio, caminar y la función física, mientras que la inactividad física y el desacondicionamiento físico podrían contribuir al empeoramiento de la discapacidad. La recuperación de la función de movilidad se considera uno de los principales objetivos de la rehabilitación del accidente cerebrovascular. El Tai Chi y el Qigong se basan en los principios de la medicina tradicional china y se han descrito como equivalentes en términos de formas y principios esenciales. Se ha demostrado que el Tai Chi y el Qigong tienen beneficios físicos y psicológicos para los pacientes con accidente cerebrovascular.
El propósito de la presente investigación fue resumir las pruebas sobre el Tai Chi y el Qigong para mejorar la movilidad en los supervivientes de accidentes cerebrovasculares, específicamente la capacidad de caminar, el equilibrio dinámico y las actividades de la vida diaria .
Métodos
Dos equipos de investigación realizaron búsquedas independientes en 16 bases de datos electrónicas para identificar ensayos controlados aleatorizados publicados en idioma inglés, coreano y chino desde su inicio hasta diciembre de 2021. Los participantes fueron pacientes con accidente cerebrovascular con infarto cerebrovascular o hemorragia que habían sido dados de alta de los hospitales y tratados en centros de rehabilitación o de salud comunitarios. El grupo de intervención fue aquellos que aplicaron Tai Chi o Qigong junto con la medicación convencional. No hubo limitaciones en los tipos, duraciones o entornos de intervención de Tai Chi o Qigong. El grupo control consistió en aquellos que usaron otras formas de actividad física, tratamiento convencional o sin tratamiento. El resultado primario fue la movilidad, definida como la capacidad de moverse libre y fácilmente, que consistió en las medidas objetivas de la capacidad de caminar, el equilibrio dinámico y las actividades de la vida diaria. La calidad metodológica se evaluó mediante la Cochrane’s risk of bias tool 2.0. Se utilizó la versión 3.0 del software Comprehensive Meta-Analysis para calcular los tamaños del efecto con análisis de subgrupos y para evaluar la heterogeneidad y el sesgo de publicación. Los datos fueron extraídos de forma independiente. Se utilizó g de Hedges para cuantificar los tamaños del efecto. El sesgo de publicación se evaluó utilizando gráficos de embudo y la prueba de regresión de Egger (p > 0.05).
Resultados
El metanálisis incluyó 27 ensayos aleatorizados (18 con Tai Chi y 9 con Qigong) sobre sobrevivientes de accidente cerebrovascular (n: 1 919). Ninguno de los estudios se consideró con alto riesgo de sesgo, alrededor del 70% tuvo algunas inquietudes y el 30% se consideró de bajo riesgo. Los estudios incluidos se realizaron en China (n: 23), Estados Unidos (n: 2) y Corea (n: 2). Los ámbitos de intervención para los pacientes con accidente cerebrovascular fueron el ambulatorio hospitalario (n: 19) y el comunitario (n: 8). El tamaño de la muestra varió de 16 a 244 participantes. El intervalo de edad fue de 45 a 69 años. Alrededor del 62.1% de los participantes eran varones. Los diagnósticos de accidente cerebrovascular consistieron en infarto isquémico o hemorrágico. Los pacientes fueron reclutados dentro de los 3 meses posteriores al diagnóstico en cuatro estudios, más de 3 meses en cinco estudios y más de 6 meses en dos estudios.
El metanálisis de 27 ensayos controlados aleatorizados con modelos de efectos aleatorios indicó que el Tai Chi y el Qigong mejoraron de forma eficaz la movilidad, específicamente en la capacidad de caminar (g de Hedges: 0.81), el equilibrio dinámico (g de Hedges: 1.04) y las actividades de la vida diaria (g de Hedges: 0.43). Los efectos del Tai Chi y el Qigong fueron significativos para los programas a corto (g de Hedges: 0.91) y largo plazo (g de Hedges: 0.75), y cuando se compararon con los controles activos (g de Hedges: 0.81) y ningún grupo de tratamiento (g de Hedges: 0.73).
Conclusión
El Tai Chi y el Qigong realizados durante 12 semanas o menos son eficaces para mejorar la movilidad de los sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares. Se justifica la realización de estudios adicionales para evaluar si el Tai Chi y el Qigong funcionan mejor como complemento de la rehabilitación, una alternativa efectiva a la rehabilitación o como una estrategia de mantenimiento, y si los resultados pueden optimizarse aún más mediante la evaluación de diferentes escuelas de Tai Chi y Qigong, diferentes tipos de pacientes con accidente cerebrovascular y diferentes puntos en el proceso de recuperación posterior al accidente cerebrovascular.
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