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Introducción
La enfermedad cardiovascular (ECV) es la principal causa mundial de morbilidad y mortalidad. Las ingestas más altas de fibra dietética se asocian con un menor riesgo de desarrollar ECV, y se ha demostrado que aumentar la ingesta reduce la presión arterial y otros factores de riesgo cardiometabólicos. El manejo farmacológico activo del riesgo cardiometabólico en pacientes con ECV establecida ha reducido el riesgo de nuevos eventos cardiovasculares y ha mejorado la supervivencia. No se ha establecido claramente hasta qué punto la fibra dietética puede reducir aún más el riesgo para las personas con ECV y tratadas con medicamentos cardioprotectores.
El propósito de la presente revisión sistemática y metanálisis fue analizar el efecto de la fibra dietética como terapia adjunta en personas con ECV o hipertensión.
Métodos
Se realizaron búsquedas en las bases de datos MEDLINE, Embase, PubMed y CENTRAL hasta junio de 2021. La búsqueda en línea se complementó con la búsqueda manual de listas de referencias para identificar otras publicaciones potencialmente elegibles. No se aplicaron restricciones de fecha o idioma a las búsquedas. Se incluyeron estudios observacionales prospectivos que informaban sobre la ingesta de fibra y la mortalidad en personas con ECV preexistente y ensayos controlados sobre el aumento de la ingesta de fibra sobre los factores de riesgo cardiometabólicos en personas con ECV o hipertensión (presión arterial sistólica > 130 mmHg). Los datos se extrajeron de forma independiente. El riesgo de sesgo en los estudios elegibles se evaluó con la escala de Newcastle-Ottawa, los ensayos se evaluaron con la herramienta Cochrane de riesgo de sesgo. Los resultados fueron mortalidad (estudios) y factores de riesgo cardiometabólico (ensayos). La síntesis de datos se realizó con efectos aleatorios y dosis-respuesta. La certeza de las pruebas se evaluó mediante el enfoque Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation.
Resultados
Se identificaron un total de 3 estudios prospectivos que incluían a 7469 adultos con ECV y 12 ensayos de 878 adultos con ECV o hipertensión. Los estudios se realizaron en el Reino Unido, Estados Unidos y Taiwán. Los ensayos se realizaron en Asia, Europa, América del Norte y Australia. El aumento en la ingesta de fibra osciló entre 5.6 y 12 g por día. Ocho de los ensayos proporcionaron fibra como suplementos (tabletas o polvo), cuatro ensayos proporcionaron productos de avena para aumentar la ingesta de fibra de los participantes.
Las pruebas de certeza moderada indican una mortalidad por todas las causas reducida (riesgo relativo: 0.75, intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 0.58 a 0.97) cuando se comparan ingestas de fibra más altas con más bajas. En términos de riesgo absoluto, esto se tradujo en 60 muertes menos por cada 1000 participantes (7 a 101 menos). La curva de respuesta a la dosis para fibra y mortalidad por todas las causas demostró una relación inversa. Suponiendo linealidad, hubo una reducción del riesgo del 14% por cada 10 g adicionales de fibra consumida. La reducción del riesgo de mortalidad prematura con ingestas más altas de fibra fue notoria a partir de datos que controlaron el uso de medicamentos, lo que indica que los beneficios observados fueron independientes de lo que se logró en el manejo farmacológico. Las pruebas a de certeza baja de los ensayos de adultos con ECV indicaron que el aumento de la ingesta de fibra redujo el colesterol total (diferencia de medias [DM]: −0.42 mmol/l; IC 95%: −0.78 a −0.05) y el colesterol asociados con lipoproteínas de baja densidad (LDLc) (DM: −0.47 mmol/l; IC 95%: −0.85 a −0.10). Además, los datos disponibles indican que el aumento de la ingesta de fibra mejoró las medidas de la presión arterial, el control de la glucosa en sangre y el peso corporal.
Las pruebas de certeza alta de los ensayos de pacientes adultos con hipertensión indicaron que el aumento de la ingesta de fibra reduce la presión arterial sistólica (DM: -4.3 mmHg; IC 95%: 2.2 a 5.8) y diastólica (DM: -3.1 mmHg; IC 95%: 1.7 a 4.4). Los beneficios se mantuvieron cuando se estandarizó la dosis de fibra a 5 g por día, con una reducción de –2.8 en la presión arterial sistólica y una reducción de −2.1 en la presión arterial diastólica. Además, las pruebas de certeza moderada y baja indicaron que en pacientes con hipertensión el aumento de la ingesta de fibra dietética se asoció con reducciones en la glucemia en ayunas (DM: -0.48 mmol/l; IC 95%: −0.91 a −0.05) y el LDLc (DM: -0.29 mmol/l; IC 95%: 0.17 a 0.40). Estas mejoras se observaron independientemente del uso de antihipertensivos. Los análisis de metarregresión indicaron que la fuente de fibra influyó en el resultado agrupado para el colesterol total, con mayores beneficios de las fuentes de alimentos en lugar de los suplementos (−0.52 mmol/l; IC 95%: −0.78 a −0.26; p: 0.008). La estandarización de la dosis de fibra a 5 g por día indicó una reducción beneficiosa en el colesterol total (DM: -0.15 mmol/l; IC 95%: -0.29 a -0.02).
Conclusiones
Los hallazgos del presente análisis enfatizan los beneficios probables de promover una mayor ingesta de fibra dietética para pacientes con ECV e hipertensión, ya que se asocia con una reducción del riesgo de mortalidad prematura y los factores de riesgo cardiometabólicos claves. Ensayos adicionales y análisis de cohortes en esta área aumentarían la confianza en estos resultados.
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