Resúmenes amplios

SÍNDROME INFLAMATORIO MULTISISTÉMICO EN ADULTOS POSCOVID-19


Nashville, EE.UU.:
El síndrome inflamatorio multisistémico en adultos (SIM-A) es un trastorno infrecuente; se caracteriza por un espectro heterogéneo de manifestaciones clínicas y a menudo pasa desapercibido. Se requieren estudios prospectivos para mejorar el abordaje diagnóstico y terapéutico de los pacientes con esta entidad.

JAMA Network Open 4(5):1-5

Autores:
Davogustto GE

Institución/es participante/s en la investigación:
Vanderbilt University Medical Center

Título original:
Characteristics Associated with Multisystem Inflammatory Syndrome among Adults with SARS-CoV-2 Infection

Título en castellano:
Características Asociadas con el Síndrome Inflamatorio Multisistémico en Adultos con Infección por SARS-CoV-2

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2 páginas impresas en papel A4

Introducción

El síndrome inflamatorio multisistémico (SIM), luego de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés) en la fase aguda, es una complicación infrecuente, pero grave, de la infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2). El SIM se refirió inicialmente en los niños, pero actualmente se reconoce su posible aparición en adultos (SIM-A); los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) han establecido criterios diagnósticos para este síndrome.

El objetivo del presente estudio de cohorte fue describir el espectro del SIM-A, luego de la infección aguda por SARS-CoV-2, en pacientes asistidos en un centro de atención terciaria.

Pacientes y métodos

El estudio retrospectivo de cohorte se realizó en el Vanderbilt University Medical Center, Nashville, Tennessee. Se incluyeron adultos con riesgo de SIM-A, internados con resultados positivos en las pruebas para infección por SARS-CoV-2.

Se identificaron todos los adultos de 21 años o más con infección por SARS-CoV-2 confirmada, internados entre 1 de marzo y 30 de septiembre de 2020. Los pacientes con infección confirmada por SARS-CoV-2, internados entre 14 y 84 días después de la obtención de resultados positivos en la reacción en cadena de la polimerasas por transcriptasa reversa (RT-PCR por su sigla en inglés) o 14 días antes o después de la seroconversión se consideraron en riesgo de SIM-A. El resto de los pacientes se consideraron con COVID-19 aguda y se incluyeron como grupo de comparación. Para el estudio se siguieron las pautas Strengthening the Reporting of Observational Studies in Epidemiology (STROBE).

A partir del registro electrónico de la institución se obtuvo información acerca de las características demográficas (edad, sexo y etnia), y las comorbilidades crónicas. Los pacientes con riesgo de SIM-A fueron revisados de manera manual por uno de los 3 autores. El compromiso de órganos sistémicos se valoró con criterios establecidos; las variables continuas se compararon con pruebas de Mann-Whitney, en tanto que las variables categóricas se compararon con la prueba de Fisher. Los valores de p < 0.05 se consideraron estadísticamente significativos.

Resultados

A partir del registro electrónico se identificaron 7196 pacientes con infección por SARS-CoV-2 por RT-PCR o en los estudios serológicos; 839 de ellos (11.7%) estuvieron internados durante el período considerado.

Un total de 156 pacientes (11.7%) presentaron riesgo de SIM-A, en tanto que 683 (81.4%) presentaron COVID-19 aguda. Quince de los 156 pacientes (9.6%) en riesgo reunieron los criterios de SIM-A; los restantes 141 enfermos (90.3%) fueron excluidos de los análisis.

Entre los 698 pacientes evaluados, la mediana de edad fue de 55.8 años (21.2 a 96.9 años), 372 (53.3%) eran hombres, 326 (46.7%) eran mujeres, 406 (58.2%) eran de raza blanca, y 169 (24.2%) eran sujetos de raza negra.

Los pacientes con SIM-A eran más jóvenes (mediana de edad de 45.1 años, con rango de entre 21.3 y 84.0 años, en comparación con 56.5 años, con rango de entre 21.2 y 96.9 años para los pacientes con síntomas de COVID-19 aguda; p = 0.02) y tuvieron, con mayor frecuencia, evidencia de infección por SARS-CoV-2 por pruebas serológicas (9 pacientes [60.0%] con SIM-A, en comparación con ningún paciente con COVID-19; p< 0.001). Las características demográficas y las comorbilidades no difirieron entre los grupos.

Nueve de los 15 pacientes con SIM-A (60.0%) tuvieron síntomas de COVID-19 aguda, y 3 (20%) requirieron internación por COVID-19 aguda antes de ser internados por SIM-A. En los pacientes que habían sido internados por COVID-19 aguda, la mediana del intervalo entre la internación por COVID-19 aguda y la internación por SIM-A fue de 23 días (rango intercuartílico [RIC]: 16.0 a 24.5 días).

Durante la internación por SIM-A, 5 pacientes (33.3%) debieron ser internados en unidad de cuidados intensivos (UCI) para monitorización hemodinámica (n=3), tratamiento con agentes vasopresores (n=1), o asistencia respiratorio no invasiva (n=1). Tres pacientes (20%) tuvieron diagnóstico clínico de SIM-A, 4 (26.7%) recibieron tratamiento con inmunosupresores, y 7 (46.6%) fueron tratados con antibióticos; ningún paciente falleció.

La mediana del número de órganos afectados fue de 4 (RIC de 2 a 4.5); los sistemas gastrointestinal, hematológico y renal fueron los comprometidos con mayor frecuencia.

Conclusión

Los pacientes con SIM-A de la presente cohorte tuvieron una distribución más amplia de órganos comprometidos, pero menor gravedad de la enfermedad, en comparación con los pacientes de series anteriores. En la mayoría de los pacientes que reunieron los criterios de SIM-A, los profesionales de atención primaria no reconocieron los síntomas.

Los resultados en conjunto sugieren que, si bien el SIM-A es un síndrome infrecuente, se caracteriza por un espectro clínico más heterogéneo que el referido con anterioridad, y que a menudo pasa desapercibido. Se requieren estudios prospectivos para mejorar el abordaje diagnóstico y terapéutico de los pacientes con SIAM-A.

 

 



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