Introducción

La pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) ha afectado el sistema educativo de todos los países, con el cierre casi total de las instituciones educativas en el Reino Unido. El 6 de mayo de 2020, las escuelas de 177 países se cerraron; en muchos casos, estas interrupciones motivaron la cancelación de los exámenes. Según estimaciones de UNICEF se perdieron alrededor de 4 meses de enseñanza como consecuencia de la primera cuarentena. Además de las consecuencias económicas, las cuarentenas generan cambios importantes en los hábitos de vida. Se estima que en el Reino Unido, alrededor de 2 millones de trabajadores perdieron sus trabajos; aunque todavía no se conocen con precisión las consecuencias a largo plazo de la pandemia sobre la educación, es indudable que la brecha preexistente entre los más ricos y los más pobres se ha acentuado de manera considerable. Los niños y los jóvenes representan hasta el 21% de la población del Reino Unido; en el momento de la reapertura de las escuelas, algunos alumnos habían perdido alrededor de 6 meses de clases.

Las cuarentenas se asocian con afectación sustancial de las interacciones sociales, las oportunidades para las vinculaciones con pares y la capacidad para recibir el apoyo social para promover el bienestar de la salud mental. El cierre temporario de las escuelas significa la pérdida de actividades sociales y físicas, asociada a su vez con consecuencias muy desfavorables sobre la salud mental y la calidad de las interacciones sociales con los padres y otros miembros de la familia. La pérdida de los contactos sociales rutinarios se asocia con patrones diferentes de respuesta social; los sentimientos de soledad aumentan. Cada vez surge mayor preocupación acerca de las consecuencias que tiene el cierre de las escuelas sobre la salud mental y el bienestar de los padres y de niños en edad escolar.

Las consecuencias de la soledad sobre la salud mental se conocen bastante bien; la depresión, la ansiedad, y la ideación suicida son sólo algunas de ellas. Estos trastornos, por su parte, se asocian con riesgo aumentado de enfermedad cardiovascular y cáncer. Estudios con seguimiento prolongado mostraron que la soledad y el aislamiento social se asocian con problemas de salud metal hasta 9 años más tarde, con asociaciones fuertes con la depresión y el estrés. Si bien se consideran conceptos diferentes, el aislamiento social y la soledad afectan a sujetos de cualquier edad, y a menudo se los considera de manera conjunta.

La medición del aislamiento social y la soledad es un desafío, ya que ambos son esencialmente subjetivos y cualitativos. La UK Office for National Statistics (ONS) recomienda la utilización de la UCLA Three-Item Loneliness Scale (UCLATILS) como medición indirecta de la soledad, y la pregunta adicional Direct Measure of Loneliness (DMOL). Si bien ambas mediciones son útiles para valorar la soledad, esencialmente son diferentes. El puntaje integral del UCLATILS determina la soledad y los sentimientos de aislamiento social de manera general e indirecta, en tanto que la DMOL es una medición única que determina los sentimientos actuales o temporales de soledad; esta herramienta es recomendada por la ONS.

En China y Singapur se implementaron diversas iniciativas para minimizar el estrés asociado con la pandemia y los trastornos de salud mental, por medio de redes de apoyo social y servicios psicológicos que pueden administrarse online. Los maestros tendrían un papel fundamental para aliviar las percepciones de los niños. El objetivo del presente estudio fue determinar los efectos de la cuarentena sobre la salud mental de los padres de niños en edad escolar; específicamente se analizaron los efectos de los períodos prolongados de cierre de las escuelas sobre los sentimientos de soledad y aislamiento social.

Métodos

La investigación de diseño transversal se realizó con padres de niños que asistían a escuelas primarias y secundarias en la comunidad; participaron 1214 padres quienes completaron un estudio online acerca de las consecuencias de la cuarentena sobre la salud mental, y específicamente en términos de la percepción de aislamiento social y soledad. Mediante modelos de regresión lineal se conocieron las asociaciones entre la UCLATILS, la DMOL y las características de los participantes. El criterio principal de valoración fue la prevalencia de ambos sentimientos.

Resultados

La mitad de los participantes refirió haber perdido la compañía, el 45% refirió sentimientos de “quedarse afuera”, el 58% refirió aislamiento social, y el 46% presentó soledad durante los primeros 100 días de la cuarentena. Los factores asociados con niveles elevados de soledad en la UCLATILS fueron el sexo femenino, el ser padre de niños con necesidades especiales, la falta de espacios aptos para el aprendizaje a distancia, la disrupción de los patrones del sueño, y los niveles bajos de actividad física durante los períodos de cuarentenas.

Los factores asociados con puntajes más altos en la DMOL fueron el sexo femenino, el ser padre soltero, el ser padre de niños con necesidades especiales, la falta de empleo, la poca actividad física, la falta de espacios aptos para el estudio y la disrupción de los patrones de sueño, durante la cuarentena.

Conclusión

Para el presente estudio se obtuvieron datos de 6 semanas durante los primeros 100 días de la cuarentena en el Reino Unido; se comprobó que el sexo femenino, los niveles bajos de actividad física, el ser padre de niños con necesidades especiales, los niveles bajos de educación, la falta de empleo, el acceso reducido a la tecnología y la disrupción de los patrones del sueño de los niños son los principales factores asociados con probabilidades altas de sentimiento de soledad en los padres de niños en edad escolar.