En el contexto de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés) se han referido múltiples manifestaciones cutáneas, entre ellas erupciones vesiculares o maculopapulares, lesiones de livedo y necróticas, urticaria, lesiones similares a sabañones y erupciones inducidas por drogas. Los estudios clínicos con la vacuna contra coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2), con ARNm BNT162b2, refirieron dolor leve a moderado en el sitio de aplicación de la vacuna en el transcurso de los 7 días posteriores a la aplicación; se refirió dolor importante en menos del 1% de los enfermos, y eritema o edema en un porcentaje más bajo de pacientes.
La incidencia de reacciones locales no aumentó después de la aplicación de la segunda dosis; la mayoría de las reacciones fueron de intensidad leve a moderada y remitieron en el transcurso de 1 a 2 días. Las vacunas han sido aprobadas por las autoridades regulatorias para su uso masivo.
Se han referido reacciones alérgicas graves, incluida anafilaxia, después de la primera dosis de la vacuna de Moderna® y de Pfizer®.
En este último caso, 21 pacientes presentaron anafilaxia, con un índice de 11.1 por cada millón de aplicaciones: 17 de ellas en pacientes con antecedente de alergia o de reacciones alérgicas, en tanto que 7 pacientes referían antecedente de anafilaxia. Los síntomas comenzaron en el transcurso de unos pocos minutos después de la aplicación.
Sin embargo, las manifestaciones cutáneas en el contexto de la vacunación contra COVID-19 todavía no han sido bien descriptas. Se refirieron dolor en el sitio de la aplicación y edema y, para la vacuna de Moderna®, urticaria en el sitio de la aplicación, y erupción maculopapular.
Los autores refieren su experiencia con 3170 profesionales de la salud que recibieron la vacuna contra COVID-19 de Pfizer-BioNTech®; se produjeron efectos adversos leves en el 0.91% de los casos (n: 29).
Entre las reacciones, 11 pacientes (38%) presentaron síntomas cutáneos, como eritema y edema en el sitio de aplicación, exantema morbiliforme difuso, erupción urticariana leve, y exacerbación de dermatitis atópica bien controlada con anterioridad, en el contexto del tratamiento con dupilumab.
Cuatro pacientes (36.3%) presentaron manifestaciones extracutáneas, entre ellas espasmo de laringe, edema periorbitario, y angioedema; los datos coinciden con la información publicada por los CDC. Todas las manifestaciones cutáneas remitieron espontáneamente en el transcurso de 2 a 3 días sin tratamiento, con excepción de los enfermos que presentaron manifestaciones extracutáneas. Asimismo, el paciente que presentó exacerbación de la dermatitis atópica debió ser tratado con un curso breve de corticoides por vía oral. Si bien la mayoría de los enfermos (72.7%, n: 8) tenían antecedentes de alergia o diátesis alérgica, las reacciones cutáneas fueron muy leves.
Los medios difundieron temor por la posibilidad de reacciones alérgicas graves y acerca de la exclusión hipotética de pacientes con antecedente de alergias. Según los autores del presente estudio, las reacciones adversas cutáneas asociadas con la vacuna contra COVID-19 son muy raras, todas fueron leves y remitieron de manera espontánea; ninguna de ellas representa una contraindicación para la aplicación de la segunda dosis de la vacuna. Los dermatólogos, los profesionales de medicina ocupacional y los inmunólogos deben contribuir a brindar seguridad a los enfermos, en este sentido.
Copyright siicsalud © 1997-2024 ISSN siicsalud: 1667-9008