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Introducción
La enfermedad por coronavirus 19 (COVID-19) causada por el virus de síndrome de distrés respiratorio (SARS-CoV-2) se transformó en una pandemia mundial con cerca de 45 millones de casos y un millón de muertes hasta octubre de 2020. Los neonatos son un grupo vulnerable en el que la evidencia del curso natural de la enfermedad es escasa.
El 70% de las infecciones se han atribuido a la transmisión ambiental, y el 30% restante a la transmisión vertical. Estos porcentajes son similares a los de la población en general pero con mejores resultados clínicos.
Los hallazgos clínicos en neonatos con COVID-19 son normales aunque se ha hallado leucopenia o leucocitosis, linfopenia e incrementos en los valores de lactato deshidrogenasa y creatinina-quinasa.
Se ha sugerido una transmisión horizontal con una detección dentro de los primeros 15 días de vida, aunque existe evidencia de transmisión vertical. El conocimiento de este tipo de transmisión se basa en la detección de antígenos virales en neonatos, placenta y líquido amniótico, entre otras matrices.
La mayoría de los datos reportados provienen de poblaciones adultas y la evidencia en recién nacidos proviene de informes aislados y estudios retrospectivos. El objetivo de este trabajo es describir las características clínicas, los hallazgos de laboratorio, el manejo y los resultados de neonatos infectados por SARS-CoV-2.
Resultados
Se evaluaron 198 neonatos sospechados de tener SARS-CoV-2 entre abril y julio de 2020. De las 191 madres admitidas sospechosas de tener la enfermedad, un 64% dio positivo, la mayoría era asintomática. Las madres asintomáticas tuvieron fiebre, tos y dolor de garganta. El 61.3% de las madres tenían hipertensión inducida por el embarazo, 35.5% presentaban ruptura prematura de membranas, y el 6.5%, diabetes gestacional. Este estudio incorporó 125 neonatos infectados nacidos de 122 madres infectadas. El 81.6% nacieron a término y un 36.8% tenía bajo peso al nacer, de los cuales la mayoría tuvo una adaptación extrauterina favorable.
El 10.6% de los neonatos estaban infectados por SARS-CoV-2, un total de 21 pacientes de los cuales 18 nacieron de madres con un diagnóstico confirmado de COVID-19. Los tres restantes nacieron de madres con un diagnóstico negativo: uno adquirió la infección de forma posnatal, la madre de otro neonato tenía características compatibles con la infección pero dio negativo en los análisis de hisopados y el tercero dio positivo al día 25, probablemente debido a una transferencia horizontal. Dentro de esta cohorte, 17 neonatos habían nacido a término y nueve tenían bajo peso al nacer. Ninguno requirió renimación y 12 de estos neonatos fueron alojados con sus madres y recibieron alimentación a pecho. Nueve pacientes fueron derivados a terapia intensiva neonatal debido a distrés respiratorio, enfermedad cardíaca congénita y diagnóstico antenatal de COVID-19 (5, 3 y 1 pacientes, respectivamente).
La mayoría de los recién nacidos con COVID-19 eran asintomáticos, y 7 pacientes presentaron síntomas respiratorios y gastrointestinales (33.3% y 4.8%, respectivamente).
Los 21 neonatos recibieron cuidados y monitoreo de rutina. Tres nacidos pretérmino tuvieron síndrome de distrés respiratorio, uno de los cuales debió ser intervenido con ventilación mecánica invasiva.
Discusión
Este estudio describe una de las cohortes más grandes infromadas hasta el momento de recién nacidos con SARS-CoV-2 provenientes de hogares de ingresos bajos. Cerca de un tercio de los neonatos incorporados presentó COVID-19 con síntomas respiratorios y gastrointestinales que mejoraron con el cuidado habitual.
Se encontró una incidencia de 10.6% de infección por SARS-CoV 2, lo que concuerda con lo informado por otros autores. El hisopado nasal para analizar mediante reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real (RT-PCR) es la técnica de elección para el diagnóstico de la infección con este virus en recién nacidos; el papel de los anticuerpos es incierto y la mayoría de las infecciones tienen lugar en el embarazo tardío, donde hay una producción alterada de anticuerpos. Se categorizó al 57.14% de los recién nacidos incorporados como infectados posparto.
El virus infectó por igual a ambos sexos. Los nacidos pretérmino fueron el 19.1% de los neonatos infectados y un 42.9% de los infectados tuvieron bajo peso al nacer. Otros trabajos no encontraron relaciones significativas entre el peso al nacer y la frecuencia de infección.
Dos tercios de los neonatos infectados fueron asintomáticos y el resto presentó manifestaciones respiratorias y gastrointestinales, lo que concuerda con lo reportado en metanálisis previos. Seis pacientes requirieron internación en terapia intensiva por bajo peso al nacer, distrés respiratorio y prematurez. Los casos asintomáticos requirieron medidas de apoyo y un monitoreo estricto.
Se halló leucopenia, linfopenia y trombocitopenia en algunos pacientes, lo que concuerda con otras infecciones virales neonatales, aunque los marcadores de inflamación sugieren una respuesta similar a la de los adultos. El 90% de los neonatos tuvieron hallazgos de radiografía de tórax normales.
La mayoría de los neonatos participantes en este estudio fueron internados con sus madres y alimentados a pecho, lo que posibilitó la transmisión horizontal. Uno de los neonatos tenía anticuerpos IgM al día 12 pero dio negativo a IgG. Los anticuerpos IgM no suelen tener transporte transplacentario debido a su estructura aunque no puede descartarse la producción endógena por parte del recién nacido luego de la infección posnatal.
En conclusión, la mayoría de los neonatos infectados por SARS-CoV-2 demostraron un perfil clínico leve aunque es necesaria una internación en cuidados intensivos. En ambientes de recursos limitados es necesario garantizar los medios necesarios para el cuidado de estos pacientes dentro de la infraestructura existente. Son necesarios más estudios con potencia estadística suficiente para analizar los desafíos existentes en el amamantamiento, la internación con la madre, el testeo repetido y el impacto de la infección a largo plazo.
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