Resúmenes amplios

EL IMPACTO AMBIENTAL DE LAS MEDIDAS CONTRA LA PANDEMIA DE COVID-19


Ciudad de México, México:
La adopción de medidas de prevención para mitigar el impacto de la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 estaría asociada con una mejora significativa de la calidad del aire en todo el mundo.

Science of the Total Environment 7601-8

Autores:
Corpus-Mendoza AN, Ruiz-Segoviano HS, Hernández-Granados A

Institución/es participante/s en la investigación:
Universidad Nacional Autónoma de México

Título original:
Decrease of Mobility, Electricity Demand, and NO 2 Emissions on COVID-19 Times and their Feedback on Prevention Measures

Título en castellano:
Disminución de la Movilidad, Demanda Eléctrica y Emisiones de NO2 en Tiempos de COVID-19 y su Retroalimentación sobre las Medidas de Prevención

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.64 páginas impresas en papel A4

Introducción

La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés) surgió en China a finales de 2019 y es causada por el coronavirus-2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés). La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la COVID-19 como una emergencia sanitaria mundial el 30 de enero de 2020. La mayoría de los países han implementado diversas medidas para frenar o mitigar la propagación de esta enfermedad, lo que habría cambiado de manera rotunda el estilo de vida de las personas. Esto tendría efectos positivos en el medio ambiente. Durante la pandemia se registró una disminución significativa del consumo de energía y combustible, así como de la emisión gases contaminantes como el CO2, el NO2 en comparación con el período prepandémico. El seguimiento de los cambios ambientales asociados de manera indirecta con las medidas contra la COVID-19 permitirá evaluar la evolución de esta pandemia y determinar la eficacia de las medidas aplicadas. Además, diversos estudios sugieren que la contaminación del aire podría aumentar la propagación y la mortalidad de esta enfermedad.

El propósito del presente artículo fue realizar una evaluación amplia del impacto de la pandemia de COVID-19 en la movilidad urbana, el consumo de electricidad y las emisiones de NO2 en su conjunto para diversos países del mundo. Además, se analiza la evolución de los casos confirmados de COVID-19 y se los compara con el inicio de las medidas de prevención y los cambios en los sectores afectados en diferentes países para discutir la eficacia en el tiempo en que se aplican.

 

Métodos

Los casos confirmados de COVID-19 y las muertes asociadas desde el 22 de enero hasta el 30 de junio de 2020 de 185 países y regiones se obtuvieron del Center for Systems Science and Engineering de la Johns Hopkins University. Además, la población y el producto interno bruto (PIB) asignados a los servicios de salud para cada país se obtuvieron de la Global Health Expenditure Database. Sobre la base a estos datos se determinó la fecha del caso número 100 de COVID-19 (D100), incidencia diaria (ID), la incidencia de muerte (IM), la tasa de incidencia (TI), así como el día umbral (DU) que estima la cantidad de días después del D100 en los que la infección crece de forma más rápida. La combinación de estos parámetros permite estimar y discutir la eficacia de las acciones implementadas para detener la propagación del virus y planificar eventos futuros y similares.

También se recopilaron datos diarios a nivel de país de noticias, redes sociales y artículos sobre las medidas de prevención implementadas en todo el mundo para combatir la pandemia. Estas medidas se analizaron en términos de sus efectos sobre la salud, la economía y el medio ambiente mediante el análisis de cambios en la movilidad, la generación de electricidad y el índice de calidad del aire (ICA) antes y después de la pandemia. Se comparó la cantidad de personas que se movilizaron alrededor de las estaciones de subterráneo, ómnibus y tren antes y durante la pandemia. Esta información se obtuvo de los COVID-19 Community Mobility Reports de Google. Asimismo, se comparó el consumo de energía eléctrica por horas y días de 26 países entre el uno de marzo y el 30 de junio para 2019 y 2020. Por último se calculó el ICA diario de NO2 medido por estaciones de monitoreo para 36 capitales alrededor del mundo para comparar el cambio porcentual entre la primera mitad de 2019 y 2020.

 

Resultados y discusión

Se observó que la IM del COVI-19 no se correlaciona con la inversión en servicios de salud por habitante en cada país. Las medidas individuales y sociales orientadas a prevenir la infección por SARS-CoV-2 podrían tener un papel más determinante que la atención médica recibida sobre la mortalidad por COVID-19, al menos en la actualidad. Los valores altos de DU revelan que las medidas de prevención lograron retrasar el período de contagio rápido de la COVID-19. La respuesta de los países europeos fue tardía en comparación con otras regiones del mundo, ya que tuvieron valores de DU más bajos en comparación con los de otros continentes. España, Italia, Reino Unido y Rusia estuvieron entre los diez países principales con más casos confirmados de COVID-19 al 30 de junio de 2020. En América, los Estados Unidos y Canadá demostraron valores de DU más bajos que Brasil, Perú, Chile y otros países latinoamericanos. Esto indicaría que las medidas de prevención aplicadas en los países latinoamericanos lograron retrasar la propagación del virus. Sin embargo, en los países latinoamericanos el aumento del IM estuvo acompañado de una TI elevada. Esto demuestra que para retrasar la propagación del virus es importante implementar medidas de prevención antes de que los casos empiecen a aumentar de forma rápida. Los países asiáticos difieren en el DU y la TI de la COVId-19 debido a la forma en que evolucionó la pandemia en ese continente. Los países africanos demuestran una TI de COVID-19 baja al 30 de junio de 2020, lo que probablemente se atribuye a la etapa inicial de la pandemia en ese continente.

Las medias implementadas para frenar la pandemia de COVID-19 parecen afectar múltiples dominios de la vida moderna y el medio ambiente. Durante la pandemia, la movilidad de las personas alrededor de las estaciones de subterráneo, ómnibus y tren disminuyó significativamente para todos los países, en comparación con los niveles prepandémicos. La caída de la movilidad comenzó a mediados de marzo para Europa, Asia y América, alcanzando niveles de aproximadamente -60% en comparación con años anteriores, mientras que el cambio en África fue menor y más tardío. Sin embargo, existe una diferencia significativa en el promedio de D100 por continentes. En el continente europeo la pandemia ya había comenzado cuando se aplicaron las restricciones de movilidad, mientras que algunos países asiáticos y la mayoría de los de América y África ya habían restringido movilidad de la población antes del D100. Esto explica los valores altos de DU observados para los países de América latina. Sin embargo, países latinoamericanos como Brasil, Perú, Chile y México demostraron valores elevados de TI desde principios de junio, debido a una relajación temprana de las medidas de prevención, presiones económicas o desobediencia civil. A principios de abril de 2020 se registró un aumento importante de la movilidad en Europa, lo que puede explicar por qué la disminución de casos confirmados de COVID-19 ha llevado más tiempo en ese continente en comparación con países que ya se encuentran en la fase de estabilización.

El consumo de energía eléctrica también disminuyó notoriamente durante la pandemia en relación con años anteriores, a pesar de personas que pasaron más tiempo en sus hogares. Por lo tanto, este cambio podría atribuirse principalmente a la disminución de la actividad industrial. Las fechas en las que países analizados recomendaron u obligaron a sus ciudadanos a quedarse en casa no difieren significativamente, lo que demuestra una vez más una acción temprana ante la pandemia de COVID19 de la mayor parte de los países de América latina. El consumo de electricidad durante la pandemia no disminuyó en Noruega y Suiza en comparación con años anteriores.

La calidad del aire mejoró significativamente durante la pandemia debido principalmente a la disminución de NO2. Este gas es nocivo para la salud y se genera como producto de la combustión de combustibles fósiles. Además, la concentración de contaminantes del aire estaría influida por las estaciones climáticas. Según varios investigadores, el invierno desacelera la dilución y dispersión de los contaminantes del aire. En todas las capitales de los países con datos disponibles se registró una disminución porcentual en el ICA para NO2 (indicativo de una mejor calidad del aire) del 1 de enero al 30 de junio de 2020, en comparación con 2019. Durante la pandemia, en países como Bulgaria, Finlandia, Perú y Filipinas la emisión de NO2 se redujo más de 40% con respecto a años anteriores. Esto sería tan significativo que diversos autores consideran que la disminución de NO2 ha salvado más vidas humanas de las que se ha cobrado la COVID-19. Sin embargo, la reapertura de las actividades humanas después del confinamiento demuestra que la mejora de la calidad del aire es insostenible, ya que los niveles de contaminación han vuelto a la tendencia normal en comparación con años anteriores.

 

Conclusiones

La adopción de medidas de prevención para mitigar el impacto de la COVID-19 en la salud humana estaría asociada con una disminución del consumo de energía y combustible, así como de las emisiones de NO2. En conjunto, esto habría mejorado significativamente la calidad del aire durante la pandemia, en comparación con el período prepandémico. Analizar el consumo energético y de combustibles, así como la emisión de contaminantes del aire junto con datos epidemiológicos de la COVID-19 permitiría discutir la implementación oportuna de las medidas de prevención. Los países europeos tuvieron valores bajos de DU atribuidos a la falta de tiempo para prepararse contra la propagación del virus, mientras que los países latinoamericanos implementaron medidas de prevención temprana que lograron retrasar el contagio. Sin embargo, la TI elevada observada posteriormente en América latina arroja dudas sobre el momento óptimo y los factores a considerar para implementar medidas de prevención como las restricciones en la movilidad.

 



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